Lagrimas del Cielo – Sexta Novillada en La Mexico.

Se le escapo el triunfo a Salvador Lopez.

Falla nuestro pronóstico por uno. Solo embisten tres de ocho. Pero es suficiente para comprobar que La México puede tener un mejor nivel en la presencia y en el juego de su ganado. Hace falta igualar los encierros pero la variedad en las ganaderías es clave. Con diferentes niveles de posibilidades, los toreros tienen oportunidad de conseguir algo más. Hubo algo menos en su actuación que se hecha de menos mucho más: valor y afición.

Por: Puntillero – De SOL Y SOMBRA.

Sentidamente, a pesar de que el anuncio del cartel prometía una tarde harto tediosa, al culminar la lidia del quinto la banda toca “Granada”.

Las fotos nos mienten otra vez. Dentro de los primeros cinco vemos dos novillos que sospecho tienen más edad de la anunciada; tercero y quinto. Principalmente el tercero, con esa cara de señor y que hace cosas raras de salida, sumando al novillo serio y de juego soñado corrido en tercer lugar. La bravura, más aún que la semana pasada, resulta el elemento diferenciador de la tarde que devuelve el viaje a los aficionados de las conversaciones diversas al unánime reconocimiento taurino y que calladamente convence de cual debe ser la luz de nuestro taurino sendero.

La lidia de los primeros cuatro novillos por parte de las agazapadas cuadrillas, que fintan con irse acabado el paseíllo, ha sido un nuevo conjunto de molestos ruidos. Solo el buen son del quinto pone un poco de orden.

Y no obstante toda la novillada es pasada con dos pares y lidiada como Dios les da a entender, al momento en que Salvador López pega gaoneras con firmeza sin que el novillo le alcance la afición centra toda su atención al tranco y el recorrido del astado. El burel por ningún motivo es sencillo, humilla al inicio de su embestida pero al segundo tiempo exigía llevarle toreado.

Es decir, tenerle bien prendido de la tela al comienzo de la suerte, aguantar el “pasito a paso” y extender su tranco mediante ese “…hasta allá” que refirió Alameda de Manuel Capetillo.

En medio de barrizal, serrín y charcos, López torea como está acostumbrado a hacerlo, sin demasiadas estrecheces, con toque de mano y voz. La segunda tanda con la derecha eleva el nivel y descubre que el torero en un año ha mejorado tremendamente . Desde su aspecto físico hasta su concepto de torear.

Sin embargo, torear hoy es descubrir y aflorar las posibilidades ocultas de los toros y Salvador López queda en plena evidencia cuando el novillo, aburrido, se va frente a los médicos, puesto que en los medios no fue mandado. Aún en ese terreno los cites invertidos invitan al burel a seguir embistiendo. Increíble que el novillero perdiese todo el aire al final de su faena y previo a perfilarse deja todo en la cuadrilla que devuelve el novillo a los medios.

Mentalmente el se derrumba Salvador, sin estar del todo mal sabe que la espada no le quita el triunfo sino la muleta donde no rompió. No culpemos a la espada de la inmortalidad que no consiguió con la muleta.

Conrado se equivoca varias veces. Acartonado y sin soltura con el capote a pesar del quite combinado. Su actuación es la confusión total. Pasa por alto a un novillo con el que requería imponerse, en su segundo se ve descolocado y con nula disposición ante el sexto que le frustra al grado tal que al azotar en la arena durante la faena de muleta aprieta el gesto ante lo inevitable de la situación.

A pesar de todo, da la impresión que el torero no encuentra el rumbo. Para pena de sus seguidores.

Hablar de Juan Vicente es confirmar el ridículo de la fiesta mexicana. Sin tipo ni planta, menos del mínimo valor necesario y con la mala suerte de enfrentar al cárdeno tercero que se lo puso complicado. En el séptimo de la tarde tampoco dice algo.

Alejandro Chacón sufre de un mal muy extendido hoy en día, la extensión a medias de los muletazos. Pega varios pases con temple por el lado izquierdo solo que tener los brazos tan pegados al cuerpo a la hora del mando sume a los toreros en la indefensión y acaban siendo llevados a donde los toros quieren. Con el octavo es imposible cualquier cosa, el novillo es un invalido desde salida.

De El Nuevo Colmenar consiguen sus ganaderos dar media vuelta al ruedo pero regresar por dentro del callejón. Evidencia de que la fiesta esta en manos de no solo de nuevos ricos que compran un rancho y ganado de otros, sino de ricos que son nuevos “taurinos” Eso es más peligroso.

En medio de un ambiente raro como el que vivimos ayer solo nos queda esperar algo tan extraordinario como la lidia al quinto novillo. Casualmente, a veces la lluvia es abundancia.

Twitter: @CaballoNegroII

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Sexta de Temporada de Novilladas 2010. Menos de un cuarto de entrada en tarde lluviosa. Constante lluvia desde el paseo y hasta la muerte del segundo. Chispeo ocasional a partir de entonces. El ruedo se cubrió en dos terceras partes de serrín. El festejo comenzó veinticinco minutos después por indicación de la autoridad que presidió.

6 novillos, 6 del Nuevo Colmenar (Divisa bugambilia, rojo y amarillo) Disparejos de presencia, cómodos de cabeza, con excepción del quinto y sexto. Destacaron primero, noble con recorrido por ambos lados; cuarto obediente y repetidor con un lado izquierdo notable y altamente el quinto, noble y bravo con fijeza y emotividad en el último tercio. Inválido el octavo. Los toros desarrollaron genio en el caballo peleando con la cara arriba. El quinto “Don Pepe” fue homenajeado con el arrastre lento.

Salvador López (Aguamarina y oro) Palmas y Vuelta con leves protestas. Luis Conrado (Botella y oro) Silencio y silencio. Juan Vicente (Sangre de toro y oro) Pitos y Pitos. Alejandro Chacón (Grosella y oro) División tras saludar por su cuenta y Silencio. Tercer y cuarto espadas nuevos en esta Plaza. Los ganaderos dieron los ganaderos dieron media vuelta al ruedo a la muerte del quinto.

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