Voz de la Fiesta – Novilleros. Paulo Campero: “Torear es mi pulso de vida.”

Paulo Campero en entrevista para "De Sol y Sombra" detrás la Antigua Hacienda de Tlalpan.

Introducción por Luis Cuesta.

Proseguimos nuestro ciclo de entrevistas novilleriles descubriendo perfiles, juveniles conceptos, historias y las eternas ilusiones toreras. En esta ocasión nuestros destacados colaboradores encuentran en la Capital al novillero Paulo Campero. Una historia de contrastes taurinos, de lucha y determinación por ser torero en todo momento. Torería y novillería enfrentan el destino de cara a una oportunidad en la inminente Temporada Chica.

Entrevista por “El Bardo de la Taurina” y “Puntillero” al alimón.

Tlalpan, la tierra firme al límite de un antiguo lago, es la sureña e histórica localidad hoy “cercana” al centro de la Capital que alberga nuestra entrevista. Paraje de emperadores, descanso de los virreyes, vive en estos momentos una dimensión diametralmente opuesta a la de su nacimiento.

El trajín diario de la metrópoli, el desorden de su transporte, el ruido del movimiento y la lluvia parecen trastornar la llegada al centro histórico tlalpeño a través de su milenaria Calzada. Sin embargo, nuestra llegada a la tierra de Renato Leduc se realiza sin mayor dilación al tomar el camino que indica “El Bardo de la Taurina” asiduo visitante a esta clásica localidad.

El sur es terreno conocido para nuestro entrevistado. Avecindado en Churubusco, para Paulo Campero, con el talento y oportunidad de los nóveles taurinos, llegar a una cita taurina es una realización anticipada. De Loreto a Taxqueña, de Santa Úrsula a Mixocac, los caminos sureños marcan el origen de esta historia.

Gorra torera por tocado, ligereza en el andar y con cierto toque de misterio en su decir nos entera de su paso por Hidalgo y San Miguel de Allende, en pleno entrenamiento durante el fin de semana en el que sigue estando en novillero, buscando y acudiendo al llamado de la media luna de las astas de los toros.

Campero, joven serio y con esa mirada que refleja el paso de las vivencias, toma tranquilo su sitio al comenzar nuestra entrevista. Menciona en varias ocasiones un tema que siempre en los toreros resulta clave, tener un concepto.

– DE SOL Y SOMBRA: Paulo, en arte hay que tener una concepción de cómo se hace lo que se hace. Tengo la impresión que desde tu inicio has tenido un sello peculiar, que apunta cierto misterio al torear. ¿Cómo un joven como tú se forma una concepción propia, dentro del toreo bueno, en medio de un ambiente, el de hoy, no tan propicio para ello?

– PAULO CAMPERO: Creo que mi concepto del toreo es algo que he ido descubriendo, aún no lo completo. Es un misterio descubrirse como persona y más allá como torero. Es complicado hablar de uno como torero, uno debe conocerse muy bien como persona si no como torero menos lo puedes hacer. Todo ha sido a partir de una formación, de unas ganas de querer ser grandes y de ir aprendiendo en el camino, cayéndose y levantase. Esa ilusión es la que mantiene mi vida. Te das cuenta que tu concepto se forja a partir de tu misma vivencia.

– DSyS: Hay una fotografía no añeja, recuerdo, en la que vas con el lío al hombro por el túnel de la Plaza México, ese has sido tú pero, ¿Desde cuándo te sueñas torero? En tu caso, ¿El torero nace con ese sueño?

– PC: Sí creo que hay algo de lo que dice Usted. Las personas nacemos con cierta cosita que ya uno la descubre que es la vocación. Sí uno nace con vocación a lo largo de sus días lo va a descubrir. Por supuesto, para mi traer un lío al hombro es mi verdadera vocación, estoy cierto de eso porque no hay nada más en la vida que me llene tanto como traer un capote en la mano y más allá poderme sentir único al momento de estar frente al toro. Estoy convencido que es la profesión más hermoso. Lo mío es el toreo.

– DSyS: ¿Consideras ser un torero que pudo haber nacido en cualquier época?

– PC: Soñando, me habría encantado nacer hace cincuenta o sesenta años atrás cuando el Toreo era otra cosa. Otro México y otro mundo, pero ahora únicamente las revistas, los videos, algunas crónicas que leo me dejan conocer. Debió ser mágico

– DSyS: Pero la calidad taurina habrá sido superior, incluso pudo haber más festejos, pero ser torero, que nunca ha sido fácil serlo, debió haber sido entonces aún más complicado.

– PC: Por supuesto. Era más difícil, porque había en consecuencia más aspirantes a toreros, más entrega de los que querían ser parte de la Fiesta. A veces me imagino que habrá sido enfrentar al “barbas” de aquella época. ¿Cuántos habríamos realmente podido siquiera dar un destello en la Época de Oro?

Es evidente que Paulo Campero tiene una especial inclinación para hacer y quizá para ser un torero a la antigua escuela. Es un torero completo, es decir, dominar los tres tercios con la mayor amplitud de variedad. Además, procura colocar banderillas cuadrando arriba, a veces con la montera puesta, así como dominar lances con el capote como se hacía antes, rodilla en tierra.

Lógicamente las fuentes en las que abreva el novillero, su formación taurina, guarda poca relación con la formación taurina contemporánea y convencional que indica que resulta mejor reservarse. Este torero procura alejarse del cartabón.

– DSyS: ¿Qué te atrae de esa época (Época de Oro)?

– PC: Bueno, todo. Algo muy importante en mi formación es tener, ahora el recuerdo, en su momento las palabras del Matador Pepe Luis Vázquez que tuvo la suerte de participar y convivir con esos grandes toreros y los personajes tan llenos de magia y sabiduría. Ello me ha dado un extra, convivir con una persona mayor, que además cortó el primer rabo de Novilleros en la Plaza México, implica tener que aprenderle todo. Creo que la formación del torero ha cambiado. No me imagino en los novenarios de aquella época ni con el “chon lagañas” de esos años. Pero sí, ser un torero completo es algo que me ocupa y me ha formado. Antes lo toreros tenían que pasar por mil etapas, desde estar en la cuadrilla de algún matador modesto para luego avanzar y abrirse paso. Sueño con eso, con aspirar a un concepto integral del torear.

“Abro un paréntesis.” Interviene “El Bardo de la Taurina” diciendo: “Me permito insistir en la expresión de Campero, que se brinda incluso con romanticismo pues no podemos creer, como dice alguno, Rodolfo Rodríguez `el último romántico de la Fiesta´ Y expreso mi molestia. Porque tú no puedes hablar de romanticismo cuando no has besado con pasión. Y me refiero a la Fiesta, cuando no la has vivido y no te has entregado a sus placeres y sufrimientos. No se puede juzgar ni limitar.”

Y prosigue nuestro columnista con la siguiente pregunta:

– DSyS: Siempre es importante ser un torero que cuya época en el albero trasciende en la historia. Insisto, ¿Cómo un joven como tú puede buscar expresarse de tal modo en el ruedo? ¿En dónde florece ese amanecer que proyectas?

– PC: En los sueños. Primero abrir los ojos al mundo de los toros gracias a la magnífica oportunidad que me dieron mis padres de conocer una corrida de toros. Estar en una Plaza de Toros, eso ya es mucho. Es como para el clérigo entrar a una iglesia, un éxtasis o algo mágico. Y uno es su vivencia, su convivencia también con gente como Ustedes, por ejemplo, que tiene amor a la Fiesta. Eso forma, al igual e incluso más allá de leer un libro o ver un video, el trato con las personas es muy importante y más con personas taurinas. Aparte el buscar un pitón aún en un pueblo, el ir a hacer un quite a un amigo o un rejoneador, el hambre, las ganas de ser y superarse, así como el amor que se le puede tener al toro.

DSyS: Torear implica la necesidad una madurez de juicio para quien lo ejerce, más cuando en los asuntos de la vocación hay un riesgo y además una fortaleza mental respecto a la decepción; falta de oportunidades, golpes bajos. Parece que cada desaguisado te pregunta que tanto quieres ser torero. ¿Qué te hace seguir?

PC: No lo sé exactamente. Es simplemente mi gusto o necesidad de ser torero. Yo lo quiero verdaderamente. Más allá de los obstáculos, está la ilusión de cuajar el sueño. Estar entrenando en La México, por ejemplo lo es. Me motiva ver una foto, de un amigo o una figura, reflejarme en ello, me gustaría ser el que está toreando. Tengo hambre de ser torero. No sé que sea pero es mi pulso de vida. El toro te hace madurar es cierto, pero quizá la verdadera madurez es darse cuenta que aún lo hayas intentado no vas en buen camino. Soy consciente que hay que aprovechar cada oportunidad, cada momento de magia.

DSyS: ¿Entenderías tu vida taurina del mismo modo sin “la legua”?

PC: Por supuesto que no. He tenido la bendición poder ir a Hidalgo a que, mi gran amigo Luis Conrado que también ha corrido la legua fuerte, me haya dicho el domingo hay un festejo, vamos. Y el camioncito con eternas paradas para llegar y ver unos novillos y al otro día, en el siguiente pueblo, unos torazos, creo que conocer esas poblaciones y esa gente que le brindan su hogar y su corazón en unas palabras o en una barbacoa o un elote después de torear es algo único. Porque así he aprendido a ver el toreo y no solo como lo vemos en La México, en Arroyo o las demás plazas de la república, sino en una visión completa que exige a uno adaptarse a condiciones adversas y superarlas.

DSyS: ¿Te imaginas a Paulo Campero en el corto plazo con la capacidad suficiente y reencontrar esos caminos que te han formado? O, simplemente, das vuelta a una página más en la vida.

PC: No, por supuesto. Eso no se puede olvidar ni dejar en el pasado, claro que echaría la vista atrás. Si estoy en esta mesa ahora es por algo, gracias a algo y mañana recordaré lo que viví hoy o ayer. No se deja del todo en el pasado, el ayer nos forma como persona y torero uno no puede olvidarse de cada pueblito que pisó.

DSyS: Vivimos en una época en la que nos cuestionamos si aún hay o no “legua”. Más ahora cuando esa formación taurina de otra época parece, en un momento de escuelas taurinas y buenas recomendaciones, casi imposible. Parece que la correría por los pueblos se quedó en “El Zopilote Mojado”, “Más Cornadas Da el Hambre” o “Seda para mi muerte” ¿Esa formación taurina, ese origen del toreo, la vuelta al pasado es compatible con el presente?

PC: La “legua” existe. Por supuesto de una forma totalmente diferente porque México ya no es el de antes. Eso cambia la situación de cualquier rubro y claro la circunstancia taurina. Hoy, aunque no parezca, las poblaciones tienen más recursos y pueden llevar ganado de casta cuando antes eran cebús. Cambia lógicamente la formación de los toreros. Afortunadamente los niños pueden entrar a las maravillosas escuelas taurinas, uno está fuera de la edad para entrar,  ya no tienes esa suerte y queda buscarte el camino en los pueblos. Es otra legua, ya no existen novenarios desaparecieron por completo, pero aún quedan lugares en donde uno se impone a todo.

Al “Bardo de la Taurina” sureño personaje también parece haber corrido bastante por estos rumbos. Un trío le saluda afectuosamente y en cuanto lo ven dicen “Ah, seguro aquí se va a hablar de toros” Y entre canción y canción el trío hace mención sobre el torero que hoy encontramos.

Nuestro personaje aguarda el momento de comentar su comienzo profesional donde se agolpan los recuerdos.

DSyS: ¿Qué significan para ti las palabras Acapulco y “Caletilla”?

PC: El inicio profesional. Una plaza maravillosa, grande y preciosa, con ambiente en el clima pena que no lo haya taurino. Cumplí un sueño. En una Plaza con historia y que ha tenido categoría. Desafortunadamente la gente ya no asiste. Hace falta publicidad entre tanta población y turismo. A cualquiera le puede llamar la atención pero nadie va. Recuerdo que antes de la novillada caminaba por su Costera y viendo entre tantos lugares que no había un solo cartel de toros me llenó de pena y algo de desilusión por sabes que partirías plaza con poca gente, que es lo de menos cuando se tiene afición y deseo de ser torero. Sí, como taurino me hubiera gustado verla con una mejor entrada. Aquel año (2008) corté una oreja en mi debut profesional y toreé otra novillada más donde estuve, me sentí, mucho mejor que en mi presentación. Di la vuelta al ruedo en esa novillada final. Quince días después Don Raúl Ibelles me permitió presentar en su casa. Primero di vuelta al ruedo y en la repetición corté una oreja. Pero Acapulco es algo que me deja marcado es mi punto de partida.

DSyS: Y con cuatro novillos matados de luces, cuatro festejos únicamente, llega el brinco de presentarte en Arroyo con todo lo que ello implica: el novillo, la crítica, la afición y la exigencia capitalina en una Plaza que calla donde todo es traslucido. Da la impresión de ser un salto fuerte. Con tan poco rodaje, ¿Cómo es esa experiencia?

PC: Increíble, esa tarde fue mágica para mí. Una gran entrada en Arroyo, el debut de la ganadería de Caparica, mi presentación junto con la de Oscar Amador y con un vestido, verde esmeralda y oro, que tiene un significado especial para mí, toreé dos novilladas con ese vestido. Y es cierto Eduardo, Arroyo tiene eso, mide mucho, calla pero aún guardando silencio al rematar siente uno las palmas muy fuertes. Es a veces desconcertante pero corté una oreja y di la primera vuelta al ruedo que dieron los novilleros. Luego salió Amador a pegarnos un baño con el faenón al último pero fue una tarde grande con ambiente. Una Plaza especial.

DSyS: Ese vestido tiene toda una historia.

PC: Sí, pude hacerme de él. El Matador Juan Luis Silis me lo dejó a un precio muy accesible. Ese terno es una pieza de museo que perteneció al Maestro Curro Rivera, un figurón del toreo. Es un vestido peculiar porque no tiene alamares en la casaca. Tener un avío así lo hace también a uno sentirse torero, es un privilegio.

De inmediato, el toque de torería que reviste el hecho ser propietario de un vestido con historia ilumina la mirada y la ilusión del protagonista. La célebre “armadura” siempre impulsa a enfrentar la adversidad.

DSyS: Yo recuerdo esa segunda tarde en Arroyo no fue fácil. Dividiste y te defendiste a la manera en que lo pueden hacer los toreros, más cuando el reclamo, no es que no sea legítimo, sino que excede lo taurino y cae en lo personal. El público es el supremo Juez, pero incluso los jueces deben de dar garantías. ¿Qué es lo que pasa en una Plaza donde solo tienes un turno y todo se suele pasar muy rápido? Y más cuando las cosas se ponen de nuevo a la contra en otra nueva experiencia.

PC: Definitivo. Una experiencia que te va formando porque aprendes de tus errores. No el hecho de defenderme, sino fue un detalle, una chaladura o un arranque, es parte de uno, lo geniudo para bien o para mal. No sé que sentí en ese momento, sentí coraje. El público no es que deba ponerse y sentir como el torero, como dices es el supremo Juez, pero me increparon más allá de lo taurino. Y en un espectáculo culto no nos podemos olvidar que el respeto es cultura. No digo que haya estado bien, pero pasado un límite uno se debe defender.

DSyS: Cómo me gusta –apunta “Bardo de la Taurina”– lo clásico, que es lo vigente. El público puede tener la razón pero recordemos: “No nos engañemos. Solo Manolete sabe como estuvo Manolete hoy.” Lo de Campero es carácter, lo dijimos también la semana pasada en el caso de Garza Gaona. Cuando ves gente tlaxcalteca en la grada agrediendo por agredir cada que se puede es de llamar la atención. Siendo tan joven tienes reventadores ¿Cómo lo asimilas?

PC: La verdad no sé si reventadores como tal, detractores quizá, por lo menos no partidarios. No es correcto hablar sin tener menor idea de lo que se dice. Pude torear una novillada con Jaime Ruíz en Metepec. Ese día estuve bien con la muleta pero me puse muy pesado con la espada. Me estaban pitando de tal modo que llevaron a la autoridad a apresurar los avisos. No pasó a mayores gracias a la cruceta. Cuando alterné con Oscar Amador la primera vez cruzaron algunas miradas a mala idea conmigo, cosa que realmente no importa. Pero en el concurso de ganaderías los mismos aficionados de Metepec y de la tarde anterior en Arroyo llegaron a lanzarme palabras antes de partir Plaza y hay que aguantar. Pero cuando corté la oreja una hora después, increparon de tal modo que me hicieron lanzar de mala gana el ademán. Ya quedó atrás. La realidad es que es cierto lo que recuerda Bardo de “Manolete”. Incluso solo el propio “Bardo de la Taurina” sabe cómo escribió la columna el jueves o como tú hablaste en el micrófono o escribiste la crónica el lunes y pudiste hacerlo mejor. Solo uno sabe cuál es la realidad de sí mismo.

DSyS: Te has encontrado muy pronto con situaciones fuertes. Así es el toreo. Hoy en día los novilleros de escuela, y no discrimino sino al contrario, pienso en un país que parece taurinamente tener menos que antes, es destacable el caso de las escuelas taurinas, nos encontramos que hoy tú enfrentas a situaciones que otros no y más en novilladas de un solo novillo. Pasó en el Cortijo Los Azulejos, aquella lluviosa tarde delante de un encierro exigente como el de Joselito Huerta y con todos los visores taurinos, incluidos los de la Plaza México ahí. ¿Cómo has enfrentado el hecho de encontrarte con la presión de que cada tarde te juegas las que aún no llegan?

PC: Quizá sería más fácil si uno tuviera más rodaje, la oportunidad de acudir a tientas o la posibilidad de matar toros a puerta cerrada, si no es más fácil, técnicamente sí se asimilaría mejor la técnica y se progresaría más. Sin embargo, yo disfruto saber que esas tardes de cara o cruz, te juegas la siguiente oportunidad te impulsan y motivan a superarte taurinamente. Quizá no he llegado a “salir a morir” muchos podrán decir que estoy mal, pero uno busca algo más, progresar. Yo solo tengo una sola tercia, en La México. Debe ser importante ir de becerrista a Europa, debutar con tercias y tentar en España, para mí es un acicate porque pienso que yo lo puedo hacer mejor y es un aliciente.

DSyS: Paulo, aquella novillada de Atizapán te vimos llegar hasta manejar carretera, con lluvia y vestido de luces. Uno se impone incluso antes de torear ¿Hasta dónde se llega por estar delante del toro?

PC: Yo lo vivo así. He visto que muchos lo pasan fatal al vestirse y cada quien en su grado disfruta lo que hace. Yo disfruto todo momento, la posada que Doña Gabriela García aquella vez me proporcionó. Todo momento consigo gozar, a pesar de todo, y procuro resolver cualquier situación. No tengo un esquema definido, es como si trataras de traer el pase montado. No puede ser, no debe porque no se puede. Una tarde importante, el embistió novillo y qué mejor, lo pinché en medio de una terrible racha con la espada. Pero es disfrutar la vida, lo que haces. Con la suerte de hacer lo que me gusta, a disfrutarlo.

Para un novillero que corre caminos y busca pitones sin duda es la ilusión máxima La México, se sueña, se madura, se piensa. Pero que en el corto tiempo, el final de una historia de Luis Spota apenas llegar en el tercer acto debe costar trabajo asimilar. A Paulo Campero no solo le ocurrió lo anterior, sino que lo hizo en una manera muy peculiar. Mató, él solo, cinco novillos sin escuchar un solo aviso.

DSyS: Ese día pasaste de ser una cara nueva a un interesante prospecto con un año apenas de novillero, en plena formación, con hechuras y con mil cosas por pulir. Y de pronto llegas, sin rodaje, a la Plaza México en la inaugural. ¿Cómo se da ese gran salto?

PC: La verdad no se la razón específica de cómo llegué a la Plaza México. Pero como haya sido y a quien haya sido, le tengo mayor gratitud porque estar en ese túnel, en ese patio de cuadrillas ha sido el día más feliz de mi vida. El “Cielo Andaluz” en La México fue un sueño. No hubo una novillada previa a ese día pero tenía que estar ahí, antes o después, se hizo bien o mal y no tenía duda que tenía que estar ahí. Ahora, mi ilusión es regresar, triunfar y procurar abrirse paso. Uno quisiera llegar con cuarenta novilladas para cuajar cualquier novillo, era mi décima, tal vez no fue el sueño de todos pero nada me quita haber tenido esa experiencia.

DSyS: ¿Cómo viviste la semana previa a tu presentación?

PC: Es curioso, estaba en mi casa cuando veo un número desconocido y lo tomé con desconfianza. Era de la empresa. Me preguntaron si me sentía bien e inmediatamente dije que sí porque así me sentía. Fue ir a la empresa, firmar contrato, algo tan real te llena de felicidad. Y de pronto suenan los teléfonos con las cuadrillas que buscan colocarse o los periodistas que preguntan nuestro estado. Es algo emocionante.

DSyS: ¿Qué ha pasado desde aquella tarde hasta esta vez en que puedes volver a la Monumental? Incluso, en los laberintos obscuros de los desencantos. ¿Los ha habido?

PC: Sí, por supuesto. El primero fue no triunfar en México cuando te ves sin redondear el sueño. Sé que si no triunfas, fracasas. Uno se debe de exigir al límite, si no caes en la mediocridad. Cuando no triunfas viene la desilusión, ahí el carácter te rescata. A mí todo eso me ha hecho levantar, agarrar los avíos y a revisar que está pasando. Llegan oportunidades y cambios. Me separé del Matador Pepe Luis en una decisión dificilísima por el apreció y agradecimiento que le tengo. Sin embargo, esos desencantos alimentan mi ilusión ahora.

DSyS: Reviso los choques y las impresiones fuertes en tu historia. Agreguemos que llegas a la Plaza México no solo a matar tu lote, sino al primero, al segundo, al cuarto, al quinto y al sexto. Eres un hombre joven y un torero más joven aún. Otro choque fuerte, ¿Qué te deja?

PC: Mucho porque ahora sé esas cosas pueden pasar y muy rápido por lo que hay que aprovechar. Nunca había matado más que un solo novillo en mi vida por tarde. Me vi por debajo física y mentalmente, quedé agotado. Hoy he cambiado mi forma de encarar los compromisos, pues como me enseñó el Matador Pepe Luis, jamás hay que salir con la cara abajo ni rendirse.

DSyS: ¿Llegó el momento Paulo en qué pasó por tu mente tirar la toalla?

PC: Nunca. Supe que físicamente me pesó pero siempre hay que hacer hasta lo imposible. Además conforme la tarde, incluso desde que empezó, fue avanzando el viento y acabó en peor. Afortunadamente, conté con el Matador Pepe Luis, que en todo momento me alentó porque el cansancio mental era algo que no había enfrentado. Ahí, como él me dijo, no había otra más que salir con dignidad. No me dieron un solo aviso, eso me sorprendió cuando me lo dijeron pues no me di cuenta durante el festejo. Una enseñanza tremenda. Recuerdo que en el sexto el viento fue complicadísimo, delante de un toro serio y que se movía, únicamente me quedaba hacer el último esfuerzo y salí sobre mi propio pie con dignidad.

DSyS: Muchas cosas pasaron desapercibidas la Temporada Pasada, a pesar de los triunfos que hubo de varios toreros. Y más para los programas oficialistas en televisión que prefirieron hablar más de tu apoderado que de lo que taurinamente hizo el toreo, cosa nefasta y que me parece hasta falta de respeto. Recuerdo perfecto tu saludo rodilla en tierra, tus naturales y banderillas al segundo. Pasado el tiempo, hoy ¿Cómo está el torero?

PC: Ya pasó un año el 6 de junio pasado y en este momento estoy anímicamente mejor. Taurinamente existe claro una evolución porque si uno no aprende de sus errores está perdido. Tengo más hambre que nunca y el ánimo de ser torero. Físicamente estoy más fuerte y aunque parezca trillado he redoblado esfuerzos y quiero estar mejor que nunca. Hoy tengo la capacidad de tener más la cabeza fría, siento que tengo la serenidad suficiente de pensar delante del toro. Estar en el campo más, que lo he hecho con mucha más frecuencia este año a diferencia del pasado me ha ayudado y técnicamente también he avanzado y espero me vean mejor que ayer.

Si no se triunfa en La México, la situación de un torero se complica, más la de un novillero. El caso de Campero, tras el tremendo compromiso del año pasado, pone en entredicho la actual circunstancia de la novillería, que no tiene opciones ni quien pueda hacer cumplir con lo mínimo indispensable que requiere un novillero, oportunidad.

DSyS: Justo en esta época cuando hay severas críticas para no querer dar novilladas ¿Qué impresión tienes del ambiente que los “taurinos” generan hacia los novilleros?

PC: Lo comentábamos hoy entrenando en la Plaza México. Es preocupante que en una ciudad de veinte millones de habitantes ya no existan esos diez mil que iban todos los domingos a los toros. No sé que sea, ni quisiera saber porque seguramente me hará llorar. Más siendo el Toreo algo tan magnífico con ese misterio da pena que muchos se estén pensando no ir el domingo a la inauguración de la Temporada, esa algo que va lastimando a los que amamos la Fiesta. Verla hoy y ver videos no de hace mucho cuando tenía un magnífico ambiente es una fea sensación.

DSyS: ¿Te asumes ya en con un cartel?

PC: Sí, uno evoluciona, las circunstancias así se presentan. Nunca hay que adelantar esperamos estar este año en la Plaza México. Uno cierra los ojos y quiere verse anunciado en cualquier Plaza, toreando y en contacto con el toro. Claro está, mi deseo es estar en la Plaza México. Quiero ser torero, quiero ser feliz y siendo torero es mi forma de serlo.

DSyS: ¿Cuántas novilladas siguieron a La México?

PC: Cinco novilladas sin orejas por mis fallas con la espada pero de un tiempo para acá he sentido que mentalmente tengo más clara la forma de hacer la suerte y no dejo de tirarme a matar todo el día y cada día.

DSyS: Paulo pero la gente ya te conoce y a pesar de toda esta historia te van a exigir. No hay vuelta, ni “ya meritos” Este año la gente da la impresión que va exigir mucho. ¿Cuál es tu posición al respecto?

PC: Pues es algo que me ilusiona, la exigencia porque se le exige al que puede y yo siento que la gente considera que puedo y yo también. Estoy cierto en ello. Mi motivación es muy fuerte y mi mentalidad es más fuerte. Estoy consciente de la exigencia. Yo lo haría.

DSyS: Mucho cuenta la espada.

PC: Sí. Los cánones en la suerte están marcados. Sé que la mano izquierda es importantísima y mentalmente estoy más fuerte para matar los toros. El corazón tampoco puede fallar pero comentando con Antonio Rivera, de Querétaro, me dijo una cosa muy lógica pero cierta “Bueno, ¿Con qué se matan los toros?” nos decía. Y todos los que estábamos ahí le decíamos: “Con el corazón” o “Con la mano izquierda”. Al final nos dijo: “Con el estoque.” Y es verdad. Siempre pienso en ello.

DSyS: En tu caso eres un ejemplo vivo del novillero capitalino, por si fuera poco entrenas en la Plaza México. De pronto en provincia se topa con el regionalismo. ¿Cómo te sientes cuando parece que la provincia es un coto cerrado?

PC: Bueno, primero es una bendición entrenar ahí. Y sí, el toreo de pronto se vuelve regional y eso es natural queda solo arrimarse al toro. También no me engaño, no se programa al que no corta orejas. Puedes estar bien o no pero las orejas siempre cuentan. Eso lo tendré que remediar porque uno se queda con la espinita de no poder torear. Y espero que eso cambie en la Plaza México.

DSyS: ¿Estás listo para la Plaza México?

PC: Sí, absolutamente. Y con la clara convicción de arrear. No hay de otra. Y no solo mi persona sino todos los que pisen este año La México tenemos la convicción de estar mejor y puedes estar seguro que muchos de mis compañeros quieren verse triunfadores y como dice “El Bardo” de pinceladas no se hace un cuadro, hay que triunfar.

DE SOL Y SOMBRA: Quizá en unos meses puede cambiar todo este escenario, la llave mágica es la Plaza México. A pesar de todo, sigue siendo la directriz, ¿Qué le dices por último a la Afición?

PAULO CAMPERO: La México es la que da y quita. Y nos puede dar mucho a todos. Yo les diría que acudan a la inauguración este domingo y la segunda y a todas las que vayan a dar, anuncien a quien anuncien, que vayan a exigir y alentar y sobre todo a formar parte de la Fiesta que tanto lo necesita. Les agradezco mucho la oportunidad de platicar con “De Sol y Sombra”. Suerte.

Y así quedamos en pleno Tlalpan y en la anochecida, yéndonos sin realmente irnos. Soñando día y noche con encontrar la próxima figura del toreo, sin pensar como se de un cartel u otro. Hay novilleros e ilusión y fortaleza de evolución.

La afirmación de Paulo Campero es el pleno convencimiento que una férrea voluntad y un infranqueable deseo pueden lograr un objetivo. Claro está, habrá que acudir y esperar, de nueva cuenta, el encuentro entre novilleros y novillos y ser testigo de ello.

Twitter: @BardoTaurina; @LuisCuesta_; @CaballoNegroII.

Fotografía: @ColorJay; @HFilmsDigital.

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