Casos de Lidia, Casos de Juicio – Quinta Novillada en Arroyo.

Jorge Rizo al Natural. Si tan solo hubiera ligado…

La estela ganadera fuera del ruedo a veces resulta un obstáculo aún mayor para los novilleros. El ambiente taurino tan proclive al autobombo y la complacencia deja a un lado todo a fin de ensalzar alguna “cosa qué contar”. Ayer las enhorabuenas se desgranan para el ganadero casi sin importar el juego real del ganado que aquí consignamos.

Por: Luis Eduardo Maya Lora.

Se fue el mes de Tlaxcala y regresa el otro saltillo. Pero afortunadamente lo hace la parte más cercana a la bravura. El toro de cabrera vía Huichapan sigue siendo un lujo, por la finura de su presencia, lo interesante de su juego y el esmero que en ellos pone el ganadero.

El año pasado Huichapan se lleva el concurso de ganaderías con un novillo superior. Esta ocasión de los cinco lidiados ninguno raya a esa impresionante altura. Sin embargo, al menos dos de los cinco otorgan posibilidades serias de triunfo.

Al mejor trapío suele corresponder la mejor bravura. Y por ello destacan segundo y cuarto que en medio de un encierro de por sí parejos. Los dos novillos de los turnos pares, similares por hechuras entre sí, muestran ciertos bemoles en su juego y aquí el debate será el berrido del segundo y el rasgar la arena del que cierra lidia ordinaria.

Dos tópicos cuyo debate nos llevarían a recordar la conclusión “El berrido de la vaca brava es como la fiesta de los toros, hay que tolerarle antes de suprimirle” Por ello el segundo es el mejor del encierro, sin duda. Pelea fuerte con el montado, tras saludo capotero del debutante Jaime Adrián, y a pesar de que le hieren abajo y pellejeramente, crece en banderillas donde comparte el espada en turno el tercio con Paulo Campero.

Dicho tercio lo abre, no el invitado, sino Jaime Adrián que erra en el intento de violín y queda a merced del novillo cuando Campero a cuerpo limpio realiza un quitazo ante el silencio general. Luego, el de Churubusco contesta con éxito al violín y Adrián se complica con un quiebro de cortas. Delante de todo esto el novillo agarra tan necesario aire.

Es común que los novilleros peguen uno y no salgan al frente. Atención. No decimos que ataquen al burel, que es cosa distinta, sino que a la salida de cada suerte atiendan adelante la continuidad, de modo tal que sostengan el edificio del muletazo en todo momento. Jaime Adrián, con la derecha omite lo anterior, pierde un paso en lugar de quedarse en el sitio con el trapo puesto y el de Huichapan, que rebosa la embestida, se queda con media faena y aguardando los medios.

Desplante a destiempo casi arrolla al novillero que cierra a empujones y es prendido en la joselillina como resultado de cambiar el toreo bueno por el relumbrón. Mata mal y no obstante la paliza y el aplauso de la gente aguanta la autoridad con corrección y deja todo en una vuelta cariñosa así como en una cerrada ovación al novillo, que no homenaje.

La dureza parece acompañar a José Mari Macías y parece que el mismo está predispuesto a recibirle. Se encuentra con un novillo que le engancha al recibo y que tras su encuentro con el caballo comienza a desfondarse. Parece haber una tanda de esperanza con la derecha pero el de Huichapan, que dobla contrario y se queda parado, renuncia a seguir y deja todo en desilusión, pese al esfuerzo del de Huamantla. Tres tardes difíciles para el joven novillero con novillos francamente a la contra.

Espero la autoridad haya realizado el apercibimiento de rigor a Jorge Rizo. No se puede bajo ninguna circunstancia llegar tarde a la Plaza. El torero, sabemos, padeció por el terno, no pudo hacer el paseo y sale al cuarto turno con un pantalón de monosabio. Eso no obsta de nuevo para apreciar su facilidad con el capote, incluso su incipiente ligereza en los remates, la rebolera de recibo de haber culminado el giro completo habría sido de locura.

Lo mismo el quite, de nuevo como hace quince días al paso, pero esta vez en giro contrario y con el capote por delante –chicuelinas, claro. Expectación servida que se aumenta conforme Rizo utiliza su altura y sus brazos para torear largo con la derecha pues, pese a que el novillo rasga y tiene la tentación de echar para atrás, se rebosa y va largo en los viajes. Hay emoción cuando Jorge está cerca y más la habría si le pisara el terreno y le atacara.

Hay de pronto novillos que aun rasgando embisten y me parece esto desconcierta a Rizoque no alcanza a ver aún el sitio y que dejó al novillo el lado izquierdo casi inédito. Solo destaca un natural bueno a compás abierto que apuntó,

Campero cita al de regalo con la izquierda.

que pareció dibujar un episodio mayor que no llegó. Es el comienzo del novillero, cierto, y ayer se lleva una lección tremenda, hay y puede haber mansos que funcionan. Misteriosamente, el arrastre lento, tras no otorgarlo en el segundo resulta incomprensible en este.

Dos a uno está Huichapan a favor en este balance. Los toros que marcarán la diferencia para determinar las excelsitudes del encierro son los que lidia el capitalino Paulo Campero que vuelve tras la cornada de La México. Y regresa, como debe de ser aunque no deja de levantar comentarios, con el bello canario y azabache. Campero, con su acostumbrado sello destaca al recibo y al torear- no es exageración – a compás abierto en la gaonera. Atención a la falta de fuerza del burel.

En tercio compartido con Jaime Adrián vuelve su desigualdad banderillera. Pero con la muleta, tras breve prueba, se enreda por la derecha en suaves y largos derechazos. Con el novillo a menos, Campero gusta por su sabor pero el novillo pierde gas y la media altura bien aplicada del torero deja las cosas servidas para… la decepción del pinchazo. Así no puede ser.

Regala uno. Vemos porque no se lidia ordinariamente, desiguala del resto por serio y alto además de cárdeno. Áspero de salida, Campero solo puede dejarle en los medios. Por fortuna, César Morales, con esa dignidad torera y esa categoría impagable, deja en todo lo alto el puyazo que comienza a decantar la condición del obsequio conforme desciende la sangre. Esfuerzo sobre humano hace Gabriel Luna, al que consume el nervio y que asoma imprudentemente. Con los mansos todo exceso, incluidos los capotazos donde Christian Sánchez se hace un lío siempre tienen mella y negativa.

Campero desdeña la condición del manso en un buen inicio de faena donde destaca un impensable cambio de mano por bajo. En medio del silencio viene una serie con la derecha de alto mérito que le es coreada. El novillo es de pezuña dura y cabeza muy armada –hacía arriba.

Cuando parece venir la faena, aparece la música, a petición del novillero. Luego cierta velocidad en el procedimiento, la baja casta y alta mansedumbre del novillo que se defiende y se empeña en jugar a la contra, impiden que Campero encuentre nueva tanda. Solo queda el esfuerzo, el doblón poderoso pero la realidad es que el novillo de fondo ausente impide cualquier triunfal realización. Menos aún en la estocada. Ayer Campero mejora con las telas, empeora con las armas.

Así las cosas, los novillos acuden a la cita con la seriedad que les imprime el gentilhombre que es su ganadero. Que ayer restableció los colores de la divisa, marino y oro, no obstante algunas divisas fueron azul rey. Lo importante es que el rey en Huichapan sigue siendo el toro serio y su corona la bravura. Aunque de cinco, solo dos.

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza Antonio Velázquez – Arroyo. Sábado 1 de Octubre de 2011. Quinta Novillada de la XXI Temporada. Menos de un cuarto de entrada.

5 novillos, 5 de Huichapan, uno de regalo (Divisa marino y oro) Parejos salvo el de regalo. Destacan en este orden segundo, novillo importante, y cuarto, homenajeado con el arrastre lento. Complicados en demasía tercero y quinto. El primero fue débil.

Los novilleros Paulo Campero (Canario y azabache) Palmas y silencio en el de regalo. Jaime Adrián (Obispo y oro) Vuelta tras leve petición. José Mari Macías (Celeste y oro) Palmas. Jorge Rizo (Nazareno y oro) Silencio tras aviso.

Saludó Christian Sánchez tras banderillear al tercero. César Morales espléndido al picar al de regalo.

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