Afirmación Blanco y Oro – Décima Segunda Novillada en La México.

Casi diez años después de la presentación de los barralvas españoles en la Plaza México, aún sin el remate esperado en su presencia –en ese solo rubro, solo el novillo cuarto representa en trapío atanasio en su punto máximo- los corridos en tercero y quinto lugar son dos verdaderos dijes.

Pero antes abre plaza un novillo más amexicanado, incluso a pesar de su altura de remos esos caireles blancos del testuz –caribello- da la impresión denotarle otro origen. Frío de salida se aviva en el caballo y tras breve quite de Luis Conrado, el barralva comienza a denotar la protesta del cabeceo y las manos por delante, expresa y constante que condiciona el tercio de banderillas.

Conrado es hoy otro, afortunadamente para bien y con este novillo lo ha demostrado. Puede que sus formas no sean las más finas o incluso su toreo no tenga el más almidonado pergamino, eso queda de lado cuando su ejecución del oficio taurómaco tiene fuerza de expresión, misma que le aporta la firmeza que ya le conocíamos y un arma que comienza a utiliza y desarrollar, el temple.

Por eso, a partir del ejercicio de ambas virtudes el de los Altos de Mixcoac elimina el calamocheo molesto del novillo al no dejarle enganchar la muleta ni por el lado derecho ni por el lado natural, donde ayudándose liga con emoción en torera por el sol escena bañada. A pesar del viento aguanta, a pesar del paso a paso, obliga sutilmente y enciende la flama.

Justo cuando el novillo va al frente y en los medios, Conrado, a mi parecer, equivoca en el molinete de rodillas que descompone al manso. Hay veces que no se debe desandar por el camino y él había recorrido el sendero de la línea natural. No obstante, ayer al carisma y al cariño de la gente, se impone el respeto y la superación de colocar siempre el valor al servicio del toreo bueno.

Por eso mismo es una pena que matara mal. Esa oreja bien ganada no se debió escapar pues esta ha sido un festejo de compromiso. Todo queda en ovación y misterioso aplauso en el arrastre. Menos mal, los buenos aficionados, saben que ese primero se fue al inferno de los mansos.

Mejor no van las cosas del azar para Conrado en el cuarto, un serio ejemplar retacadísimo y alto, serio por delante, que a punto está de entablerarle al salir. Difícil su juego en banderillas, llega falto de fuerza a la muleta.

Obliga al torero a ponerse cerca, quizá demasiado. Pero cuando el agua de la tarde amenaza con diluir su última oportunidad en la Temporada, la cercanía de su enemigo a su muleta saca el valor del primigenio Luis Conrado pero unido a la capacidad de sacar tres muletazos al límite de la voltereta sumados al de pecho.

Ese pasaje de valor decidido, no obstante, deriva en la voltereta que pica la determinación de Conrado a volver a la cara para volver a espantar y finalmente imponerse al manso que retrocede. Dos caras de la misma moneda el lote del capitalino, el manso cabeceante su primero y el manso débil que se queda a la mitad del viaje con la cara arriba. A los dos les pudo, a ambos les mata mal. Única mácula.

Inmaculado, como sugerencia hacía el futuro cercano, es el terno que luce Joaquín Angelino de Arriaga. Tras su difícil paso por Madrid y el polémico periplo –trofeo incluido- tapatío, el de Apizaco regresa a La México para encontrarse con un feo y negro novillo llamado “Madrilisto”, nombre común en el hierro queretano. Altísimo, basto, silleto, chincolo, zapatón y un sin fin de peculiaridades que se olvidan cuando ataca, bravo y pujante la cabalgadura.

Joaquín de inmediato observa cualidades, encuentra terrenos y luce en la chicuelina con su toreo de espejo pero que emociona porque el toro tiene poder y acude con prontitud. Clave el capote de “Lupillo” que rompe y enseña el camino abajo al novillo en banderillas. Brindis decidido y en pleno comienzo se observa que el pitón derecho trae consigo espléndidas cuelgas.

Corre la mano con largueza, estética y en la distancia justa donde el altísimo barralva se desplaza entregado a la muleta. Importante el manejo de la altura, Joaquín la deja puesta, con el brazo al vuelo y procurando echarse el novillo atrás, donde la cintura rompe y la cadera juega. Así han sido las tandas siguientes con La México recuperando la hondura de su voz. Lado izquierdo, emoción a la baja, pues el atanasio tiene el tranco descompuesto.

No importa ello al volver a la diestra mano. Luce Joaquín en trincherazos, los pases contrarios y por bajo con la zurda y la postrera y desdeñosa sucesión de muletazos con la misma mano que dejan al novillo servido para la igualada. Pinchazo arriba y emocionante descabello con el toro peleando antecede a la petición bien otorgada, así como al arrastre lento justo pues incluso a contra querencia el barralva toma los engaños dispuesto a pelear en todo momento. Bravura y nobleza unidas. Pitón izquierdo, única objeción.

Lo mismo con el bello quinto que desde salida está a la contra. Su pelea con el montado es sin clase y en banderillas aprieta adentro al grado de casi estrellar la pierna derecha de “Lupillo” en las tablas luego de perder terreno a la salida del primer par. Angelino lo ha intentado pero el manso se defiende, echa atrás y no resiste dos cites naturales seguidos.

Es atinado alternar lados cerca de tablas para evidenciar la vuelta contraria del manso. Mata caído y ante la presión tlaxcalteca cerca de cuadrillas, Gilberto Ruiz Torres cede solo para exponer al novillero, injustamente, a la censura popular de la división. Menos mal se diluye cuando la vuelta se sucede pues el triunfo independientemente de las orejas ha sido del tlaxcalteca. Única observación, a sus ayudas, menos gritos por favor.

Mal el colombiano Leandro de Andalucía. Nada claro toda la tarde, sin parar ante el espléndido tercero. Hubo una tanda de naturales hacía afuera que solo mostró las tremendas posibilidades de tal ejemplar. Sin acople, impunemente lo deja pasar. Menos con el noble sexto, chico pero con cabeza. Ayer el colombiano simplemente no ha estado.

La gente sí que ha acudido. Vean como un poco de calidad trae consigo mayor interés.

Aunque la gente chacotee, aplauda detalles insignificantes, grite en momentos en que no ha a lugar hacerlo y disfrute más del jolgorio que del rigor del acto de la corrida siempre será bienvenida.

Menos mal para el buen aficionado, estamos ya más cerca, cada día más, del rigor del Derecho de Apartado.

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Domingo 9 de Octubre. Décima Segunda y última de Temporada de Novilladas 2011. Un cuarto de entrada en tarde soleada al principio y tras la salida del tercero tornase muy nublada y lluviosa, el ruedo soportó la constante llovizna.

6 novillos, 6 de Barralva (Divisa Azul, amarillo y rosa) Tremendamente desiguales. Chicos primero y sexto, basto y alto el segundo, bien construidos y serios el resto, principalmente el rematado cuarto. Con calidad y altísimas posibilidades segundo, tercero y sexto. Principalmente el segundo, con un extraordinario pitón derecho, y justamente homenajeado con el “arrastre lento”. El primero difícil y cabeceante tuvo emoción. Muy complicado el cuarto al que le faltó fuerza, manso y a la defensiva el quinto.

Luis Conrado (Obispo y oro) Ovación y saludos tras aviso. Angelino de Arriaga (Blanco y oro) Oreja tras petición y oreja protestada. Leandro de Andalucía (Grana y oro) Pitos tras dos avisos y Silencio. Novillada de triunfadores

Cuadrillas. Saludó Fernando García Araujo tras banderillear al tercero, lo mismo que Ángel Marínez “Lupillo” al bregar al segundo.

Destacó el puntillero Erasmo Fernández al finiquitar al armado cuarto con temple y de soberbia manera.