Radar Taurino – La Mano del Gato.

 

Y qué esta imagen se repita el domingo por la noche. Zotoluco y Talavante tras tentar en Marrón.

Estamos en pleno viaje taurino y es para estar de plácemes. Si tenemos afición suficiente el cartel de la Plaza México, la difícil cuesta de la segunda tarde, resulta una cita ineludible. Aún con la tentación tapatía la Afición de La México tiene el compromiso de asistir, de reunir y alinear el tranco del cónclave taurino en la Capital, derrochando categoría y no despilfarrando los premios.

Por: Luis Eduardo Maya Lora.

Se rompen la cabeza los taurinos por saber “qué embiste”. Dicen, “¿Qué garantiza?” “Con qué vengo a La México?” Como todo lo quieren reciclable y desechable –vivimos la época consumista de que sino “se presta” uno “sale otro” o (mientras alguien no se cuele) “se regala” otro más- los veedores ya no saben qué hacer.

Bueno, sí saben. No más que, como dijo Alfonso Gaona de Antonio Algara, su irreconciliable rival: “Le gustaba sacar las castañas con la mano del gato”.

La respuesta es traer al Toro. Llevamos años diciéndolo.

Y sí, Usted señor veedor que sé perfectamente que me está leyendo –es más, puedo advertir como sea levantado incómodamente sus lentes y plácidamente se ha acomodado en el asiento- deje de buscar las tablas arguyendo mentalmente “¿Qué es el toro?” La respuesta la sabe y la entiende sumamente bien desde que es Usted taurino.

Lo decimos –otra vez- porque la alimaña lidiada en tercer lugar el domingo pasado, así como el ya famoso toro de regalo “Buen Mozo”–ha habido quien lo ha querido comparar “tan solo” estadísticamente por su nombre con el de Pastejé para Garza en ´46- son un terrible vado que vuelve a exhibir los peores demonios del taurinismo.

Se lo llevaron. Enhorabuena. Arrancaron para sí la parte del joven león a costillas del menor de los tigrillos. Pero no lloren bengalíes que eso no es de toreros. Ni pongan a cantar a los gorriones desde sus jaulas de oro. La venganza como el gazpacho, se come fría y sabe mejor delante del toro. Y sin golpes bajos por favor que el de negro siempre pone las cosas en su sitio. Y quedan diecinueve largos domingos.

Porque todos sabemos, más en los toros, que es lo malo y que es lo bueno. Que es lo que se protesta y que es lo indubitable, que es lo taurinamente correcto y lo que no. Claro, hay quien se hace el “chistoso” y dice: “Pues es lo que gusta en México, la gente sale contenta.” Eso no es cierto. Pero esta presunción admite prueba en contrario. Admitámosla.

Afortunadamente hay vida taurina después de la “Regia Inauguración”.

Esa prueba en contrario se llama José Marrón Cajiga, el exitoso e histórico “as” del mercado bursátil mexicano que hoy se encuentra en camino a elevar los colores de su obscura divisa a la iluminante gloria del prestigio ganadero. Y lo hace con un cartel, que a pesar de la molestia e incluso razón de muchos, tiene mucho de bueno.

A quienes disgusta su presencia, les tenemos la “buena nueva” de que “Zotoluco” se juega mucho de su futuro el próximo domingo. Y no lo decimos por la fechas que vaya a perder si viniera una “derrota” en La México.

Por supuesto que no. A sus gestores talento no les falta para hacer valer el peso de la historia. Hablamos de su prestigio. Así a cara o cruz. Porque la medianía no va con un torero como él.

Mario Aguilar delante de un toro de Rancho Seco en 2010 en la Plaza México.

Lo decimos porque el acicate de venir a la segunda como le ocurrió en aquel mini mano a mano con César Rincón en 2006, puede que aflore que aún queda agua en el abrevadero. Ojalá y la corrida consiga sacar lo mejor del cerebral torero capitalino.

Un error del taurinismo actual, del gestor y del veedor, es que todas sus acciones y todos sus disparos tienen silenciador. Gastan poco dinero en espacios. La México no se llena en su parte alta no porque sea “muy difícil, nunca se ha llenado…” Señores, siempre ha sido difícil llenarla, desde que se levantó ha sido el gran reto.

Pero esto, que cuesta mucho dinero, que es un problema porque se quita mucho de la utilidad que producen los toreros, es el gasto más necesario que puede haber y el que este comentador más recomienda. Y no respecto del portal taurino que ha prostituido la noticia en pos de la publicidad, sino el gasto dirigido al espacio que no es especializado. Ese que puede formar la nueva clientela que en poco tiempo brindará “el retorno de la inversión”.

Esta es la razón que criticamos hic et nunc a Manuel Martínez “Choperita”. El triunfador de Madrid, el triunfador de México, el hombre de la gran mano zurda y que rebasa el límite de la fantasía; el torero al que el aire mexicano le lleva al extremo del paroxismo, Alejandro Talavante, que es toda una figura, al igual que sus compañeros de generación, aún no es una atracción para el gran público.

Espero equivocarme. Lo mismo que espero la afición “se equivoque” y llene el numerado. Porque vamos a ver si la estrategia de irse “a pelo” respecto de la difusión es la adecuada. Veremos si el público vuelve después del domingo pasado o si el despilfarro final, en los bolsillos y en la parafernalia inaugural que hace la gente sentirse importante y solo por eso acude, tiene algún efecto.

Solo diré al respecto que para quien se diga taurino, quien presuma de afición taurina es un pecado de lesa torería no asistir el próximo domingo a la Plaza México. Consigno una locura y lo acepto: si tiene cualquier otra cosa que interfiera de las 3 a las 7 de la noche del domingo con la corrida, déjela y váyase a los toros. Ya luego pedirá permisos o extenderá explicaciones.

Porque el año pasado cuando el alter ego quedó atrás – y lo señalamos aquí en De SOL Y SOMBRA, antes que nadie- y empató el “Alma Gemela” al influjo de Talvante, el lunes 30 de noviembre de 2010 había 50 mil almas taurinas en el purgatorio taurómaco. Atención, si la corrida no se cae quizá, seamos testigos de algo histórico.

Del hierro de Marrón pese a su proclividad a la nobleza y la sosería como en aquella corrida inaugural en 2006, hemos notado un progresivo ascenso hacía la bravura, en novilladas e incluso corridas, las hechuras pueden mentir, la casta no. Y es posible que Marrón esté a las puertas de un paso trascendental.

En medio de este vendaval, en medio de la juventud, de la dureza por momentos y de la ilusión aparentemente diluida aparece un viejo conocido de La México, Mario Aguilar. La mocedad del juego taurómaco, aquella tarde del faenón en México, parece muy lejos del joven hidrocálido. Muchos lo descartan, le desdeñan.

Simplemente es de anotar que los toreros con sello no se acaban en una tarde. Ha dejado Aguilar el terruño y el cobijo familiar para buscársela en el sur del Bajío y con la mira y el sueño puesto en La México. Lo hemos también consignado –todo mundo lo puede consultar- Pachuca, Aguascalientes, Tlaxcala… son claros síntomas de recuperación.

Pena que en este último, otra vez, los brincos de gato de los gestores hayan dejado al hidrocálido sin oportunidad de expresarse. Atención con lo que pueda hacer con el capote. Si Mario se templa y su brazo vuela, que es en  lo que más debe centrar su actuación, algo puede que vuelva a encender las aparentes cenizas de un joven que puede aún cambiar la moneda. Por eso está en nuestro “Radar”.

Así las cosas, esperemos que las castañas se saquen con la muleta al frente, el pase adelante y con algo serio en fondo y apariencia.

Que no vaya hacerse válida la sentencia de Carlos León, ahora menos que nunca, por favor: “Pa´que soltar un ratón cuando hay cuatro gatos en el tendido”

A menos que los adorados gestores insistan en seguir “llevándoselo”.

Twitter: @CaballoNegroII.

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