Filosofía de las Corridas de Toros por Francis Wolff

Por Francis Wolff

No, la corrida de toros no manifiesta cualquier cruel indiferencia hacia la vida y el sufrimiento. Al contrario, es portadora en sí misma de una ética coherente y respetuosa con los animales. Si la corrida desapareciera de las regiones de Europa donde forma parte de la cultura, se produciría también una pérdida moral, sería también privar a los pueblos del mediterráneo de una irreemplazable relación con los animales, la que siempre han mantenido con los toros bravos. Porque en todas las regiones del mundo en las que ha habido toros bravos han existido combates de toros. Es una constante antropológica. Enfrentarse al toro, imagen natural del combatiente y símbolo permanente del poder, es el sueño eterno del hombre.

La corrida no es ni inmoral ni amoral en relación con las especies animales. La relación del hombre con los toros durante su vida y su último combate es desde muchos puntos de vista ejemplo de una ética general. Su primer principio sería: hay que respetar a los animales, o al menos a algunos de ellos, pero no en igualdad con el hombre.

Los deberes que tenemos hacia otras especies, incluso las más próximas a nosotros, están subordinados a los deberes que tenemos hacia los demás hombres, incluso los más lejanos. Y la ética general de la corrida es justamente la codificación de este principio. Pues la moral de la lidia se resume a esto: el animal debe morir, el hombre no debe morir. Es desigual, por cierto, pero esta desigualdad es justamente moral en su principio. Si las posibilidades del hombre y del animal fuesen iguales, como en los juegos del circo romano, ¿no sería bárbaro? En la corrida el toro muere necesariamente, pero no es abatido como en el matadero, es combatido. Porque el combate en el ruedo, aunque sea fundamentalmente desigual, es radicalmente leal.

El toro no es tratado como una bestia nociva que podemos exterminar ni como el chivo expiatorio que tenemos que sacrificar, sino como una especie combatiente que el hombre puede afrontar. Tiene, pues, que ser con el respeto de sus armas naturales, tantos físicas como morales.

El hombre debe esquivar al toro, pero de cara, dejándose siempre ver lo más posible, situándose de manera deliberada en la línea de embestida natural del toro, asumiendo él mismo el riesgo de morir. Sólo tiene el derecho de matar al toro quien acepta poner en juego su propia vida. Un combate desigual pero leal: las armas de la inteligencia y de la astucia contra las del instinto y la fuerza.

La corrida es, pues, lo contrario de la barbarie porque se sitúa a equidistancia de dos barbaries opuestas. Si el combate fuese igualitario, su práctica sería innoble para el hombre puesto que el valor de la vida humana se vería reducido al del animal -como en la formas de barbarie antigua que eran los juegos del circo romano-.

Si el combate fuese desleal, su práctica sería innoble para el toro, puesto que el valor de la vida animal se habría reducido al de una cosa -como en la barbarie moderna que suponen las formas extremas de ganadería industrial-.

En la corrida el hombre no lucha ni contra un hombre ni contra una cosa. El hombre afronta su «Otro».Una buena moral hacia los animales es también una moral diferenciada. No podemos ni debemos tratarlos a todos de la misma manera, al perro y al mosquito, al chimpancé y al toro bravo. Tenemos que ajustar nuestra conducta a lo que ellos son: sus necesidades, sus exigencias, sus tendencias, etc, evitando siempre el riesgo de antropocentrismo.

Ahora bien, el toro de lidia es un animal naturalmente desconfiado, dotado como muchos otros animales «salvajes» de una especie de instinto de defensa, en su caso particularmente desarrollado, que se manifiesta desde el mismo momento de su nacimiento, la bravura, que lo incita a atacar de manera espontánea contra todo aquello que potencialmente pueda ser un «enemigo». Esta acción (o reacción) es la base de todas las tauromaquias. Y toda la ética taurómaca consiste en permitir a la embestida del toro, a esa fuerza activa, a esa naturaleza, manifestarse.

La corrida no consiste en matar una bestia. Es todo lo contrario. La corrida, como su propio nombre indica, consiste en dejar al toro correr, atacar, embestir. Afrontar un animal desarmado, inofensivo o pasivo sería propio del matadero. La ética de la corrida consiste en dejar que la naturaleza del toro se exprese. Doblemente: en su vida, en su muerte.

Durante toda su existencia, en el campo, está en libertad. Y vive de acuerdo con su naturaleza «salvaje», rebelde, insumisa, indócil, indomable. En el momento de su muerte, combate hasta la muerte también de acuerdo a esa misma naturaleza: brava.

Por cierto, el hombre quiere combatir, lo elige, cuando el animal está obligado al combate, no lo elige. Sin embargo el valor de la elección es un valor humano, la voluntad es una facultad humana, por tanto es cierto que el toro «no quiere el combate», pero no porque sea contrario a su naturaleza de combatir, sino porque es contrario a su naturaleza de querer, de elegir.

Toda la ética del combate del ruedo consiste en permitir que la bravura del toro se manifieste. Expresarse, para el torero, es una cierta manera de estar inmóvil delante del toro; expresarse para el toro es una cierta manera de estar móvil, de moverse delante de cualquier adversario, congénere o no.

Durante la lidia, el torero puede expresarse pero también debe permitir al toro expresarse a sí mismo, y lo que tiene por decir el toro bravo es algo así como: «Defenderé mi terreno, todo el ruedo es mío, todo el espacio es mi espacio vital, haré huir a cualquier extraño que lo pise, cogeré al que ose aventurarse, te expulsaré seas quien seas, volveré sobre ti para coger, y más, y más…» Ésta es la voz del toro bravo, tal como la hace oír el torero leal.

El respeto por el toro en la plaza consiste en comprender esta voz que habla y finalmente hacerla cantar, en hacer pues una obra de arte con esa embestida natural y con su propio miedo de morir.

(*) Francis Wolff es catedrático de Filosofía de las Universidades La Sorbona (París) y de Sao Paulo (Brasil).

23 respuestas a “Filosofía de las Corridas de Toros por Francis Wolff”

  1. cualquier bárbaro con 2 dedos de frente y un diccionario como “mastrubadorgafo” encuentra justificación a sus actos y a los de su prole

  2. …”Ética coherente y respetuosa con los animales…” Como esperas que te lea y te entienda cuando empiezas un texto con semajante estúpidez. Tenía entendido que un catedrático -en su mínimo perfil- dominaría el concepto y aplicación de la palabra respeto. Cuestión de raíz, no de fruto como evidentemente buscas enamorar a cuanto imbécil necesitado de un poco de glamour, llega a tus letras.

  3. muy buen resumen, yo agregaría que sin el toro de lidia, tampoco existirán los magníficos ecosistemas (Dehesas), que sólo gracias a las corridas pueden mantenerse y ser ejemplo de vida útil, productiva en armonía con la naturaleza y sustentable
    Saludos,

  4. “El toreo es como la música… Se siente, no importa si es racional o no” Vargas Llosa…
    Esto será un tema en el que nunca estaremos de acuerdo, los antitaurinos, defienden sus puntos, los taurinos hacemos lo mismo. Lo que si es claro es que los toros son tratados como reyes, nada de anabólicos o de torturas previas a la corrida; son alimentados y cuidados a la perfección, porque al final representan una casa, una ganadería y como todos nosotros queremos que se hable bien de lo que es nuestro.
    Esta será una lucha que nunca terminará en la que los taurinos no nos daremos por vencidos, si los antitaurinos están muy a la defensa de los animales ¿Por qué no hacen campañas contra la matanza de focas, osos polares, lobo mexicano, osos pandas, manatís? Esas son especies en peligro de extinción, por esas estoy a favor. Si muy defensores ¡Adelante! Estamos a la espera de esas campañas. Y aunque a unos no les parezca y lo critiquen otra verdad es que la tauromaquía forma la la cultura de algunos países, con tanta globalización pocas prácticas originales se mantienen, pero acaso ¿Quieren terminar con aspectos culturales de una sociedad? Los taurinos no le hacemos daño a nadie, ¿Por qué o unirnos y luchar por causas con mayor importancia como contra la violencia, los gobiernos incompetentes, la inseguridad? ¡Eso nos incumbe a todos! Respetémos la forma de pensar de cada uno, respetemos las prácticas. Y lo ùnico que me resta por decir es ¡Sí a los toros, tauromaquia y fiesta brava!

  5. Muy bien expuesto este texto, y excelente defensa contra algunos antis, esa es la manera de defender la fiesta en los paises taurinos: con inteligencia, elegancia y mucha elocuencia. Enhorabuena, felicitaciones desde México.

  6. “Enfrentarse al toro, imagen natural del combatiente y símbolo permanente del poder, es el sueño eterno del hombre.”

    No merece la pena seguir leyendo, Francis Wolff es imbécil. Se pueden adorar las corridas de toros y no decir soplapolleces como este. “El sueño eterno del hombre”…¿y quien es ese mozo, el hombre? Esta táctica es muy vieja y consiste en universalizar y elevar a categoría constitutiva de la especie humana un rasgo concreto de algunos ejemplares de la especie humana y muy particular de algunas culturas. El hombre no tiene sueños eternos, eso es una memez. Lo que une a todos los hombres es su anatomía, sus funciones vitales y unas necesidades primarias más o menos comunes: comer, reproducirse y poco más. Todo lo demás son altas alegorías que revelan un fondo profundamente hortera y corto de mente

    • sigue uniendo tu anatomía, y cumple tus necesidades primarias come, vive, reproducete y nada mas, déjanos que tengamos nuestros propias opiniones y gustos no importa que al tener diferencias con tu gran sabiduría te parezcamos cortos de mente. Gracias.

    • Bueno, la cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman, incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias, se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano, te cae no son parte de una cultura?
      si, claro y también viven, las vacas, sementales, cabestros, y muchos toros que no son seleccionados para lidiarse (pocos los elegidos) y luego se venden en pie a los carniceros quizá hasta has comido algunos, muertos en mataderos

    • Flavio por favor me distraje mucho por tu mensaje que me llego directo a mi movil justo cuando andaba de caceria.

      Si veo algun torero le paso tus comentarios.

      Gracias y no cambies nunca.

    • amigo, tu acusasion es un tanto ambigua y falta de argumentos 1:- Asesinos: La definición de asesino es muy amplia, debido a las múltiples definiciones, originadas en parte por su forma de actuar, su actitud, su consideración, El término refiere originalmente a una persona que priva de la vida a otra, aquí no señala que alguien que mata aun animal. No se a mi no me queda claro, CARNICERO ASESINO, PESCADOR ASESINO, POLLERO ASESINO, etc…
      2.-Cobardes: bueno lo de cobardes no te lo creo ¿has visto aun torero (de a pie, rejoneador, forcado, recortador) correr cuando ve al toro en el ruedo? si lo ves Denuncialo¡ la primera virtud de un torero ES EL VALOR.

      • Valor????? Cuando es más que sabido que a los toros los atontan, les rebajan los cuernos y cuanta cosas mas para reducir su fuerza real…. lastima de verdad que haya tanta gente a favor de esta porqueria

  7. “Un combate desigual pero leal: las armas de la inteligencia y de la astucia contra las del instinto y la fuerza.”
    No creo que sea “leal” el enfrentarse astucia e inteligencia (banderillas y espada) contra instinto y fuerza (nada). Si un torero se enfrentara sólo cuerpo a cuerpo con un animal bravo pero sin inteligencia y lograra torearlo a placer, entonces eso si sería valor. Sería aplaudido mil veces más que ayudandose con instrumentos que la inteligencia del toro no puede crear para defenderse.

    • si, no importa que el toro le gane al torero en peso (casi media tonelada), tamaño, en fuerza, en ferocidad, y que su cuerpo es mas resistente, su cornamenta es tan dura como una roca, (si eso no es nada vivimos en mundos distintos), y si, el torero solo tiene lo que tienes tu en común con el torero: INTELIGENCIA, y el hombre a toreado cuerpo a cuerpo con un toro, se les llama FORCADOS y RECORTADORES así que cuando los veas por fa ¡Aplaudeles¡

  8. Bien expuesta tu vivion, pero lastima que al toro le seana feitados los cuernos, lastima que no sea escogido realmente bravo, para que soporte mas de tres varas, que es lo minimo que pide el reglamento.
    Lastima de su crianza con anabolicos y fundas.
    A como se ve lo que sale de chiqueros solo tienen perritoros y toros artistas, pero ese toro bravo que podria vender cara su vida no se ve.
    Entonces, que pasa?
    Sencillo, no tienes toreo, tienes un circo de toros, un show de abusadores, y si se sigue aplaudiendo eso, el toro bravo el verdadero toro de lidia se extingue.
    Solo aplica la maxima de la produccion, si no se vende no se produce.
    SIN TORO NO HAY TOREO.

    • tus argumentos validos a medias, no a todos los toros se le “afeitan los cuernos”, solo a los de los rejoneadores (y en algunos casos), y en torno a la bravura del toro nos conduciría a un diplomado, ya que cada ganadería tiene puntos de vista respecto a su bravura en México, España, Venezuela, Colombia, Francia, etc.. (es tan extenso que no debe tomarse a la ligera), y si, sin TORO NO HAY TOREO.

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