28 años sin Paquirri.

De SOL y SOMBRA

Hoy se cumple el 28 aniversario de la muerte de ‘Paquirri’, a quien un toro de nombre Avispado segó su vida cuando toreaba en Pozoblanco (Córdoba). Su muerte conmocionaba a España y convertía a Isabel Pantoja en la viuda de España.

Como cada 26 de septiembre, la tonadillera ha mandado un ramo de flores blancas. También lo ha hecho su hermana, Teresa, con quien Isabel sigue enfrentada desde el momento de su muerte.

Sus hijos Cayetano y Francisco Rivera viven en la intimidad esta fecha tan señalada.

Paquirri, medalla sublime por Jeronimo Roldan

COMO si se tratase de una reflexión filosófica, lo sublime ha de ser siempre grande; lo bello puede ser también pequeño. Lo sublime ha de ser sencillo; lo bello puede estar engalanado. Una gran altura es tan sublime como una profundidad. Un largo espacio de tiempo, es sublime. Todo es aplicable a la vida artística y al perfil humano de Paquirri y a su desolada desaparición hace ya veintiocho años. Paquirri hizo grande el mito. Lo ha sublimizado en el paso del tiempo. Protagonizó un suceso irreparable para la historia de la tauromaquia.

Muy amplio a veces ha sido el debate del mundo taurino clamando por la vinculación de la fiesta de los toros ahora más cerca que nunca a Cultura. La institución ministerial española está en deuda con Francisco Rivera Pérez. De todas formas, a los toreros les ha faltado siempre unidad corporativa para saber defender sus condiciones profesionales y artísticas y donde de verdad han dado la talla de héroes ha sido en el ruedo en cuyo lugar exponen a cambio del éxito su vida y con el riesgo inevitable del que muere, muere de verdad.

El modelo y ejemplo de Paquirri ha tenido sublime consecuencia para ser declarado figura en cualquier época en la que hubiese aparecido. Lo mismo cuando alcanzó su justa proclamación de primera figura con alternativa en 1966 y consolidado en el primer nivel del escalafón desde principios de los años setenta que como si hubiera irrumpido en la actualidad. El palmarés alcanzado de éxitos es una fiel condecoración de lo que supuso a raíz de su debut con picadores en 1964 hasta su muerte veinte años después con el desarrollo de una carrera brillantísima abriendo seis veces la puerta grande de las Ventas de Madrid, otras tantas la de la sevillana y maestrante Puerta del Príncipe y de las plazas de primera categoría de España, Francia, Portugal y del continente americano.

Torero muy completo en todos los tercios, variado, espectacular, atlético, poderoso y con la perfección en la suerte suprema. Fue un extraordinario matador de toros. En los perfiles de organización de las primeras ferias de España bien que se recuerda su imagen popular y transcendental que fue para aparecer en las confección de todos sus carteles. Su desaparición fue un mazazo pero al mismo tiempo supuso un clima expectante de morbosidad que envuelve a la fiesta cuando se produce la tragedia. En el compendio del respeto por una gran víctima, la feria de Sevilla de 1985 marcó un hito masivo de asistencia con llenos rebosantes de varias tardes de ‘no hay billetes’. Fue como un antes y un después en el crecimiento de espectadores que, de forma multitudinaria, se ha sostenido durante años hasta llegar a los momentos delicados que se viven en la actualidad.

La muerte de Paquirri se convirtió en un tributo letal injusto con el proceder de quien lo había dado todo por alcanzar las mejores glorias elevadas en la fama y en la fortuna personal alcanzada para él mismo y para cuantos se convirtieron en sus más directos herederos que la siguen disfrutando en el paso del tiempo.

La corriente familiar cercana y su descendencia sigue cubriéndose por la sombra alargada de tan famoso personaje. Dos de sus hijos, Francisco y Cayetano, destacados matadores de toros inmensos acaparadores de lo mediático, pueden seguir con toda dignidad honrando la figura de su padre aunque les será muy difícil-imposible que alcancen las metas conseguidas por el progenitor. El mejor símbolo de gratitud por parte de sus descendientes hubiera sido convertir en sublime la discutida Medalla de Oro de las Bellas Artes que fue concedida en su día a Francisco, abdicándola en la memoria póstuma de su padre. La capacidad profesional y artística de Paquirri, historia, mito y leyenda merecen todos los honores que se puedan alcanzar con la gloria a cambio de extinguir una vida plena de éxitos conseguidos en los ruedos. Paquirri fue merecedor de la medalla sublime. Via:www.diariodejerez.es

Twitter: @Twittaurino

2 respuestas a “28 años sin Paquirri.”

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