Enrique Ponce: “No existe una cosa más intensa que una corrida de toros”

No es la primera vez que el escritor y el torero trabajan juntos, ya que ambos acaban de publicar un libro 'Enrique Ponce, un torero para la historia'...
No es la primera vez que el escritor y el torero trabajan juntos, ya que ambos acaban de publicar un libro ‘Enrique Ponce, un torero para la historia’…

De SOL y SOMBRA.

“No existe una cosa más intensa que una corrida de toros”, son las palabras con las que Enrique Ponce ha querido referirse a su profesión en el tercer ‘Mano a mano de Cajasol’. Un encuentro que el dia de ayer reunió en la Sala Joaquín Turina  de la capital hispalense al torero y al crítico taurino Andrés Amorós.

Con una temática sobre la que ya discutieron Morante de la Puebla y Antonio Gala, y en una cita en la que Ponce se ha convertido en el primer torero en repetir presencia, ambos han dado un repaso a sus gustos y creencias respecto de la literatura taurina. Así, Amorós, que ha explicado que el arte de la tauromaquia no es tan difícil de retratar en la poesía como en el teatro y la novela, “donde es fácil caer en el folletín”, ha glosado las excelencias de Manuel Chaves Nogales como cronista de la “heroicidad” del torero y ha citado ‘La fiesta nacional’ (Manuel Machado), ‘Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías’ (Federico García Lorca) y ‘El rayo que no cesa’ (Miguel Hernández) como tres ejemplos destacables de piezas poéticas de corte taurino.

De su lado, Ponce ha reconocido que se encuentra en un momento vital en el que le “falta tiempo” para dedicar a la lectura, si bien ha mostrado su aprobación a las piezas citadas por el escritor y ha mostrado su predilección por las obras sobre diestros antiguos, citando trabajos del propio Amorós y otros sobre Manolo Vázquez o ‘Paquirri’, cuya muerte le impactó en un momento en que “con trece años yo ya quería ser torero”.

Tanto los toreros como los autores literarios “son artistas” y cada uno de ellos seguirá “su línea”, intentando alcanzar “la perfección absoluta en su arte”. Con todo, Amorós ha admitido que el mundo de la tauromaquia constituye, quizás, “el arte más difícil de todos” en tanto que se somete a una fecha fija, sin posibilidad de corrección y en base a “decisiones instintivas que ponen en riesgo la vida y el éxito artístico con un animal cambiante y al que hay que ver claro muy rápido”.

El matador ha glosado las virtudes de un arte que “hay que ver, si no ‘in situ’, sí en directo”, donde es una actividad en la que “es bonito quedarte con lo efímero”. “Un torero es creador, de una belleza que te emociona, no existe nada con mayor intensidad”, ha reivindicado, añadiendo que “hay que estar valiente, no todos los días se está así, y si no se está, hay que mentalizarse para estar”.

Por otro lado, ha alabado la figura del toro como un animal “genéticamente preparado para el toreo”. “Un alemán puede creer tras una corrida que el toro está domado, cuando ese ejemplar ya no puede volver a ser toreado, porque aprende”, ha dicho, apostillando que “hay muchos animales fieros, pero sólo uno bravo”.

No es la primera vez que el matador y el literato comparten tiempo juntos, pues ambos acaban de publicar ‘Enrique Ponce, un torero para la historia’. Un libro en el que llevan trabajando dos años y con el que el matador cuenta su andadura profesional y personal.

Twitter @dsolysombra

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