Rafael Gómez “El Gallo”

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De SOL y SOMBRA.

Paradigma de la torería sevillana, ha pasado a la historia de la Tauromaquia como el torero más representativo de esta escuela andaluza a pesar de haber nacido en Madrid, cuna a la que nunca renunció a pesar de su sevillanismo.

Una vez en Barcelona, toreando con Manolo Belmonte (un hermano de Juan), Rafael después de escuchar los tres avisos en su primer toro se refugió del escándalo del público en la enfermería de la plaza.

Decía que “las broncas se las lleva el tiempo, las cornás se las quéda el torero”. Parapetado en la enfermería dijo a su cuadrilla que no salía a torear más y que nadie lo molestara.

Cuando saltó a la arena el segundo toro de su lote arreció la bronca a niveles preocupantes de orden público, tanto que Manolo Belmonte entró a la enfermería en un intento de convencerlo para que saliese a torear.

Se encontró a El Gallo echado en la camilla del quirófano, destocado y en mangas de camisa, y saboreando un gran puro habano como si tal cosa. Belmonte con mucho respeto y en tono conciliador le dijo:

– ¿Qué pasa maestro?… no va a haber más remedio que salir. La gente se ha puesto flamenca… A mí no me han dejao siquiera ni acercarme a su toro. Vamos… que la cosa está fatá… maestro.

– ¿Y tú qué dices, compadre? –le respondió Rafael–.

– Que debe usté comparesé, maestro.

– Bueno hombre, pué no s’able má. Lo haré solo por complacerte.

En otra ocasión toreaba El “Gallo” en Madrid. En su primer toro hizo, además de su conocida “espantá”, una de las peores faenas de su vida torera. Llovieron almohadillas, y el público se hartó de gritarle.

Cuando el “Gallo” decaído por su suerte, volvió junto a la barrera, Vicente Pastor, que lo apreciaba mucho, se creyó obligado a consolarle. Y así, le dijo, con tal fin:

– ¡Hay que ver cómo está el público esta tarde, Rafael!… A lo que el “Gallo” le respondió con viveza:
– Para vosotros, colosal. ¡Ya los he “dejao” a “tos” roncos”

Con 54 años, el 4 de octubre de 1936 mató sus últimos toros en Valencia.

Falleció en Madrid el 25 de Mayo de 1960. Con Rafael “El Gallo”, ya se empieza a vislumbrar lo que en los años 70 tomó cuerpo en manos de Curro Romero y Rafael de Paula: la improvisación agitanada y aflamencada que les dio a las faenas ese singular aspecto de baile y danza.

Twitter @Twittaurino

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