Ocho con Ocho – ¡Ay nanita! por Luis Ramón Carazo.

El sábado pasado 19 de octubre de 2013 en la plaza de Arroyo en el sur de la ciudad de México, se lidiaron erales esto es toros de dos para tres años de edad de la ganadería Huichapan del Licenciado Adolfo Lugo Verduzco y los aspirantes a novillero hicieron un gran esfuerzo para aprovechar la oportunidad y no pasar desapercibidos El becerrista André Lagravere obtuvo una oreja. Sus compañeros también pasearon el anillo, Hermosillo por el temple, Pastor con un eral complicado que lo levantó del suelo y al que supo encontrarle la lidia; Panita se esforzó con clase, falló con la espada.

Por el contrario en Pachuca,  el 20 de octubre de 2013, se lidió una ¿Corrida de toros? De Medina Ibarra, que fue un  compendio del toro light  en presencia y en comportamiento, con encornaduras paupérrimas, débiles y si acaso destacar la noble aunque combinada con sosería embestida de los animales de Aguascalientes. Para que al final, salieran en hombros del gélido y desabrido festejo, Arturo Macías e Iván Fandiño quién en séptimo lugar lidió una res de regalo de la Venta del Refugio quién para no quedar atrás, fue solidario en la presencia con el encierro de Medina Ibarra, aunque tuvo un mejor recorrido en la embestida.

Así no se puede, es totalmente absurdo que los aspirantes a novillero lidien astados mejor presentados que los matadores de toros en un mismo fin de semana. El trapío de un toro de lidia, es el conjunto de rasgos externos, actitudes y reacciones observables a simple vista, existe un riquísimo vocabulario taurino para designar los diferentes aspectos de la morfología y comportamiento del toro, se dice que un toro tiene trapío cuando reúne las cualidades físicas y la presencia necesaria para la lidia.

El de Arroyo de Huichapan fue sobrado, en Pachuca daba pena, es ilógico que los ganaderos de  Medina Ibarra dejen atrás la bravura entendida por acometer con fijeza, acometividad, pujanza y ritmo para preferir que sus astados embistan con la cara a media altura, sin humillar, distraídos, desplazándose con lentitud por el peso de más que cargan en su osamenta.

La gloria que añadieron para su carrera taurina Arturo Macías e Iván Fandiño es pírrica, Flores tuvo detalles y obtuvo una oreja pero es mucho torero para los fiambres que le tocaron lidiar en sus dos turnos. Espero que lo ocurrido en ésa plaza,  no sea el prólogo de una gran cantidad de corridas que se viene encima con los toreros mexicanos y españoles que esperamos sean triunfales,  pero con un toro serio en el concepto mexicano como sustento.

¡Qué gran diferencia de presencia de un toro como Avellano de Jaral de Peñas con los lidiados por Medina Ibarra, que duro se ve el encierro de la semana pasada de José Julián Llaguno y el drama de Juan Luis Silis  contra el desfile de animalitos cayendo por el ruedo constantemente, no se vale,  o todos coludos o todos rabones, por eso estamos como estamos,  víctimas los ganaderos de los veedores de los toreros importantes que seguro los describen con lupa en la mano, para aumentar el escaso trapío de los toros que ordenan para quienes los contratan!

Los aficionados se alejan de los cosos entre otras cosas por la manera en la que lo tratan y se debe reflexionar en tiempos en que lograr media plaza es una hazaña (ni siquiera queda el consuelo de que no importa el trapío para llenarlas) aduciendo que el público en general no protesta el gato por la liebre, con su ausencia, algún mensaje tendrían que captar los empresarios de inconformidad, aderezada también con la falta de afición de los más jóvenes mexicanos y la mala situación económica por la que pasa el país y el mundo.

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