Bailazo en La México – Nuevo Episodio Negro del Toro de Regalo (lajo).

Luque en el Derechazo a “Navajito” Poco duró el berrendo.

El octavo festejo de la Temporada entrega uno de los peores episodios de uno de los bastiones de la Fiesta que nos ha tocado vivir. El toro de regalo entra en una real crisis ya no sobre su razón de ser sino de su utilidad. Oreja discutida cortan Spínola y Luque en tarde complicada para “El Zapata”. Regresa Valparaíso, tras diecinueve años y once meses en la sombra, con una corrida que lo poco que ofrece no se aprovecha.

Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA.

Se rompe el encierro y el festejo.

Justo cuando el tercero “Navajito” haciendo honor al nombre, corta la ilusionante faena de Daniel Luque, cuando el sevillano parece encandilar con su mano izquierda.

Justo es decir que la primera parte de la corrida nos recuerda aquella denominación que Don Alfonso de Icaza “Ojo” imponía a los toros saltillo-zacatecas: toros de plomo, que dan el peso sin dar apariencia de tenerlo. Sabemos que kilos no es trapío pero difícil es pensar en un toro que, siéndolo, pueda tener menos de los cincuenta kilos debajo de la media tonelada mínimos para ser lidiado.

Antes eran de plomo, hoy son de caleidoscopio. O sea, según se vea.

El primero es un zacatecas clásico, muy llaguno. No aparente mucho pero se va para arriba. Se nombra, claro, “Zacatecano” y vaya que lo es, como la plateada mina del Peñasquito o el Cerro de La Bufa. El cárdeno, estrecho, fino, vuelto de pitones denota su origen y, en su juego, calladamente gana terreno a “El Zapata” hasta ganarle la partida, como ocurre ya en pie con el capote.

Tras pelea en varas de donde el toro aviva, por primera vez Uriel Moreno sale sin demasiados vítores de su tercio estrella. Esto, obedece porque “El Zapata” trata de dar espectáculo justo cuando el toro le pide temple y no carreras. Con el toro que discretamente crece, “Zapata” no termina por doblarse adecuadamente ni de encontrar terreno donde mande sobre el burel.

Por ello, son varios los pasos atrás, el cite ayudado y las dudas no propias del tlaxcalteca. El viento sopla y el toro aprieta al final del pase. Hay dos tandas estimables, una por cada lado pero igualmente nada rotundo. “Zapata”, a pesar de que la gente le empuja, afloja la apuesta por pitón izquierdo y deja al astado ir al toril. Falla al matar.

Y queda corto ante un burel que, casi mustio, clamaba ser reventado. No es así.

Tampoco ante el cuarto, la otra cada de la moneda zacatecana, negro alto, basto, muy serio de cabeza, que evidencia en banderillas al torero que no encandila y que queda rebasado por el trapío de un burel al que César Morales, tras tirar castoreño en el cite, tapa salida y le barrena. El astado queda roto, no aguanta los cites ni los viajes.

“Zapata” en versión abreviada de sí mismo, queda a la víspera y a la espera pero sin la certeza de repetir. Veremos si ocurre.

Un dije es el segundo. “Cachetón” bautizado y coloreado en la veta de plata de su clara y grisácea capa. Sus astas son vueltas, su salida aplaudida y su juego incierto.

La lidia que brinda no tiene el lujo de la cantera, la sobria y hermosa cara de la arquitectura zacatecana, pero hace que Fermín Spínola, en el aniversario doce de su confirmación en La México, requiera someter y mandar, fundamentalmente, quedándose quieto. Como con aquella alimaña de Rodrigo Aguirre hace tales años.

Pero Fermín tarda en convencerse.

Claro, el toro exige, finta echar atrás, espiar, mirar y Spínola tras dejar la muleta con la derecha retrasada toca poco y duda mucho al inicio, logra quedarse quieto con dificultad al final emocionando y obligando. Pena que demorara tanto en determinar el ser de la faena que tiene momentos, en el tercio frente a la Porra, con la zurda. Pinchazos son el epílogo.

Entonces es cuando el berrendo “Navajito” salta al ruedo tapando con su espectacular pinta cualquier reserva respecto a su trapío. Caleidoscopio cárdeno su mezclado pelaje sale cortando y rebanando los lances de Luque que tiene, incluso, que dar los adentros previo al encuentro con el caballo y, tras la vara, se enreda, casi trenzadamente, con el berrendo en la chicuelina.

Airoso siempre, “sin más que la gracia frente a la ira”, Daniel Luque remata sensacional los lances y, en momento formidable, recorta por pitón izquierdo la embestida, antes descompuesta y vacilante de “Navajito” haciendo que el toro haga la curva y remate por bajo la embestida.

Y antecede gran tercio de banderillas de Abraham Neira. Saluda fuera del burladero.

Entonces el inicio de faena, alternado y al paso, se cierra con maravilloso ayudado a dos manos por bajo y por derecho, una pintura que prosigue a una tanda plena de empaque y torería con la derecha. A otra menos amplia pero muy rotunda rematada con pase de pecho completo. Y a dos naturales enteros y bien logrados que… hacen que, de pronto, “Navajito” corte todo. Se bota y escurre colándose por la izquierda.

Y llega el punto de quiebra. Luque pincha y todo queda en saludos.

Por ello, tras el cuarto e insustancial turno, otro astado enclavado en el tipo zacatecano, breve de trapío, salta al ruedo y hace que en el quite Spínola tire de la fregolina y del poco éxito al banderillear, justo cuando el toro se encela. Por ello, el mexiquense se va a los medios en un inicio donde el burel hace lo que quiere, e incluso se encela por el lado izquierdo apretando a Fermín que trata pero poco consigue con la zurda.

Entonces la faena pide quietud y muleta puesta.

Pero Spínola no alcanza a quedar colocado pase a pase. Recordemos, como lo hace, cada día, Guillermo H. Cantú a Manolo Martínez, no hay una distancia “del toro”  hay una distancia, muletazo a muletazo, para cada pase. Fermín recurre al afarolado y la mano izquierda no termina por reventar lo poco que ofrece el cárdeno paliabierto, al natural como sí lo hace en la estocada.

Entera en ejecución, mortal necesariamente.

El Juez, reducido a arbitro, pondera pañuelos sobre faena. Afloja oreja. Aun siendo de mérito la estocada, la altura de la faena se evidencia en las protestas. Juzguen ustedes.

Por ello, la cosa empeora con el salinero que cierra Plaza, basto y feo. Nulo de fuerza y raza en todos los tercios. Luque se esfuerza hasta el límite pero obtiene poco y previo a matar al astado. Justo cuando la tarde, al fin se cierra, el “hombre de los vasos rojos” hace su aparición en su papel de mensajero e indica que puede regalar, si lo de sea.

Daniel no ha querido en lo absoluto. En fin. Vean simplemente su gesto.

Mata entero y caído. Y llega, cómo no, la oreja. Improcedente, peor que el caso anterior.

Terrible ocurrencia la de “obsequiar” un astado de Los Ébanos, impresentable.

Es toro de regalo por lo que ha habido dos. Peor el Xajay, corraleado y feo que trae nada a la historia y deja evidente que la autoridad, Juez y Asesor, son meros cambiadores de suertes, peor el Asesor quejumbroso y desafiante que con solo dejarle ejercer el Palco se ha quedado maniatado.

Ni para qué hablar –de nuevo- del Juez.

El toro de regalo ha tenido este año episodios de banderillas negras, por ejemplo. Ha tenido episodios estridentes, como en la tercera corrida.

Pero la clave está en que en los últimos domingos la categoría la ha dado el no regalar.

Y quizá ahí está la clave para que el toro de regalo no sea… un cuento o un relajo.

El medir y conocer que, en los toros, derroche no es despilfarro.

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Temporada Grande 2013-2014. Domingo, Diciembre 8 de 2013. Octava de Derecho de Apartado. Un cuarto de Plaza en tarde fresca con cielo claro  y viento durante el primer turno. Mala la iluminación de la Plaza.

8 Toros, 6 de Valparaíso (Divisa Azul, Verde y Blanco) Desigual en su presencia, muy anovillados tercero y quinto. Basto y grandón el cuarto. El primero ha sido el único con momentos de bravura en el último tercio, el resto ha mostrado mansedumbre, no obstante emplearse solo por momentos durante su lidia; 1 de Los Ébanos (Divisa Verde) sobrero, de regalo, impresentable por chico y absolutamente anovillado, devuelto por tal razón, y 1 de Xajay (Divisa Verde y Rojo) segundo sobrero que sustituye al devuelto séptimo igualmente corto de trapío manso y cabeceante en todo momento.

Uriel Moreno “El Zapata” (Solferino y Oro) Silencio y Silencio. Fermín Spínola (Sangre de toro y Oro) Silencio  y Oreja con protestas. Daniel Luque (Grosella y oro) Saludos, Oreja con leves protestas  y Silencio.

Destacó a caballo César Morales con el cuarto, aunque solo en el cite. A la brega, siempre torerísimo Abraham Neira, que además saludo en el tercer turno tras banderillear.

El Juez de Plaza indebidamente premió el quinto y sexto, igualmente regresó el primer sobrero luego de haberlo aprobado.

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