¿En qué quedamos…. casta o genio?

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La corrida de Victorino Martín lidiada anteayer en Madrid contrastó radicalmente con las infinitamente mejores que a lo largo de muchos años he visto de la misma ganadería y, algunos toros, especialmente en los dos últimos, porque los de este San Isidro nada tuvieron que ver con los que la convirtieron en la más atractiva y admirada de las actuales vacadas de bravo. ¿O es que todavía hay quienes prefieren lo horriblemente terrorífico a lo hermosamente emocionante como fueron las memorables faenas llevadas a cabo por El Tato en Sevilla o por Enrique Ponce en Bilbao frente a encastadísimos, bravos de verdad e importantemente nobles de la mítica ganadería, por poner dos casos que nadie de cuantos lo vimos olvidaremos en nuestra vida?

Pues sí, parece que todavía hay quien cree y además lo dice que lo mejor que se puede ver ahora mismo en las plazas de toros son corridas como la que ha provocado una  de las más clamorosas divisiones de opiniones, incluso entre aficionados y críticos supuestamente expertos y conocedores del toro y del toreo.

Yo, sinceramente, prefiero los toros de Victorino que sean fuertes, bravos inequívocos, incansablemente encastados y nobles, tanto los que lo son diáfanamente como los que hay que saber sacarles lo que de bueno llevan dentro y aparentemente escondido. Muy personalmente, son estos últimos mis predilectos. Pero de ninguna manera los de anteayer y eso que hubo uno, el tercero, que si hubiera sido templado de principio a fin, también lo tendría en franca consideración. Pero los demás, no. Y los dos últimos, en ningún modo.

Dio, además, la grata coincidencia en esta feria isidril que, antes de que viéramos la corrida de Victorino, ya habíamos celebrado con unanimidad y sin ambages los envíos de Parladé, de Fuente Ymbro y de Puerto de San Lorenzo. ¿O es que los extraordinarios animales que se lidiaron en estas tres corridas, no pocos de los mismos que los habían cantado se decantaron después por la en gran parte terrorífica corrida de la disputa? Pues parece que así ha sido. Contradicción que hace daño, mucho daño y contribuye irremisiblemente a maleducar taurinamente a los que les gustan los toros aunque todavía no sepan verlos.

  

La Fiesta Brava, el toro y el toreo han evolucionado mucho en pos de su progresiva perfección y esto no hay quien pueda negarlo aunque también haya contribuido a desmerecerlo cuando no pocos ganaderos, buscando la mayor docilidad posible de sus reses, fueron poco a poco rebajándoles la casta hasta llegar a esas corridas de toros que a nadie gustan aunque muchos diestros las prefieran. Pero criticar esto es una cosa, que es lo que venimos haciendo incansablemente, y otra pasarse al bando radicalmente contrario. El que supone regresar al toro de los siglos pasados solo que, ahora, se pretende que los toreros les hagan las mismas cosas que se hacen a los mejores toros de entre los modernos. Y eso es imposible, señores.

¿Qué habrían hecho con la mayoría de los toros de Victorino de antier en Madrid y no me voy a ir muy lejos aunque también, los Joselito, Belmonte, Marcial, Domingo Ortega, Manolete, Luis Miguel Dominguín, Antonio Ordóñez, Diego Puerta, El Viti y hasta Paco Camino quien, antes de matar por primera vez en Madrid una corrida de Victorino me dijo a mí personalmente que “si salen buenos los torearé y si salen malos lo mataré sin ni siquiera intentarlo” como exactamente así sucedió en la citada corrida.

Venga ya, señores míos. Sean más sensatos y no quieran engañar a la gente ni al mismísimo ganadero ni a su hijo aunque todavía le quede al padre parte de su coña marinera cada vez que ve correr a los toreros aterrorizados delante de sus fieras como aquella tarde de la feria de Logroño en la que el hermano de Victorino padre, Adolfo, asimismo padre del actual Adolfito, mientras salía de la plaza de La Manzanera echando maldiciones a José María Manzanares, el papá del actual por cierto, porque a dos toros de la casa les cortó dos orejas, o sea cuatro y a hombros,  relatando  por lo bajini: “!Rite, rite, Manzanas, que ya verás cómo vas a correr cuando te echemos un par de nuestros negritos¡” Y esto no me lo contó nadie porque iba a su lado en aquel enfervorizado atardecer en la capital de la Rioja.

 

No hay nada nuevo bajo el sol. Nunca lo habrá y menos en el toreo. Pero lo que no se debe hacer es cantar algo que contradice y confunde los conceptos de casta y de genio. El comportamiento de varios toros de la corrida de marras no fue casta de la buena. Fue violencia, fiereza, saña, GENIO con mayúsculas en definitiva. Como me dijo anoche por whastApp un amigo gran aficionado de Toledo, Ángel Conejo, tras ver la corrida por televisión: “Hay que enseñar a la gente y no engañar ni manipular. La casta es entrega y pujanza indeclinablemente franca, nunca instinto asesino por muy emocionante que sea o parezca”. También me dijo en otro mensaje posterior que había visto y oído la corrida por televisión y se quedó patidifuso escuchando los vítores de Molés mientras Manolito Caballero, que actuaba de compañía experta del ínclito en su turno de intervención, tuvo que esperar hasta muy al final de la retrasmisión para atreverse a recriminar a los aficionados diciendo que había sido infumable e intolerable la actuación de ese público que maltrató con saña a la terna cuando, arracimados con sus diezmadas y todavía aterrorizadas cuadrillas, abandonaban el ruedo de Las Ventas  mientras los sietemesinos comulgaban a placer con los más viles sentimientos  toristas que se pueda imaginar.

Si esta misma corrida se hubiera anunciado y lidiado a nombre de otra ganadería, ahora mismo muchos de los que se han vuelto locos con el juego que dieron, todavía estarían echando pestes de ella.

 J.A. del Moral.

2 respuestas a “¿En qué quedamos…. casta o genio?”

  1. ME GUSTARIA MUCHO Y MAS DE UNO LE VAMOS A AGRADECER ,NOS ORIENTARA SOBRE BRAVURA Y CASTA Y GENIO DE LOS TOROS GRACIASA.

  2. DE ACUIERDO QUE CON LOS ESTOQUES FALLARON.QUE NO DIGA VICTORINO HIJO QUE LO FELICITARON SIN ES ASI NO VIERON LO QUE ESTABA PASANDO EN EL RUEDO. O LOS ESPECTADORES NO ENTENDIAN O LA CORRIDA QUE YO VI EN EL PLUS NO FUERON LOS TOROS NI SE PARECIAN EN NADA, EL PUBLICO ES RESPETUOSO PERO CUANDO LOS TOROS NO SIRVEN HAY QUE RECONOCERLO O SINO QUE SE RETIRE DE GANADERO. LOS TOROS DE VICTORINO UMIYABAN Y ESTOS TENIAN LA CABEZA EN LA VELETA DE LA PLAZA. ESOS VICTORINOS NO.

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