El negocio llamado fiesta brava Por El Bardo de la Taurina.

Por doquier se escucha ¿Cuándo perdió el rumbo la fiesta? Y el Bardo contesta; ‘El día que dejaron de mandar los toros y los toreros’ cediendo el mando a los entes de pantalón largo que son los industriales de este negocio llamado Fiesta Brava, quienes salvo excepciones lo que les flota es el dinero por arriba de lo taurino, lo cual para quienes gambetean en el mundo de los ‘Pancholares’ la comunión es ‘La multiplicación de los peces’ o sea, si invierto un peso ‘pos’ voy por dos, lo cual se obtiene invirtiendo barato y cuando esto sucede, pues se laxa la calidad, y es ahí donde ‘la puerca tuerce el rabo’, pues no se puede ofrecer solvencia y pa’ quienes me preguntan, los invito a que junto hagamos un ejercicio, partiendo de que el fin de los ‘Señores de los dineros’, es el dinero, pero aquí hay que decir que conseguirlo tampoco pa’ ellos es sencillo ¿Por qué?

Pues porque la caballada anda flaca en el arrancadero de las figuras y es que mire usted vamos a echarle un ojo partiendo de que lo primero que se necesita es que los empresario adquieran toros, TOROS, de cuatro y medio años rebasados y preferentemente cinqueños, y subrayo que no estoy hablando de edad de cuarentonas que se rasuran el acta de nacimiento, además estos bureles deben llegar a la plazas con las cornamentas bien desarrolladas o sea coherentes con su edad y sin que les hayan tocado los diamantes y lo que les sigue pa’ abajo.

Y aquí permítaseme transcribir lo que Manolo Martínez le declaró al escritor y periodista José Pagés Rebollar, con motivo del libro ‘Los Machos de los Toreros’ impreso en 1978 por la Editorial Libros de México, S. A. “En los pueblos ‘gachos’ donde apenas está empezando la Fiesta, se acostumbra que en las Plazas no haya ni enfermería, ni médico y por ello los toros salen despuntados en ocasiones.

¡Valga para esos pueblos!

Sin embargo cuando uno llega a las Plazas importantes hay que afrontar la situación y hay que torear ‘en puntas’. Por eso se disgustó Eloy, porque no le ‘afeitaron’ los animales pa’ las corridas de Querétaro y Pachuca, por ejemplo”.
¡Eso no puede ser!

“Y no puede ser de ninguna manera, Pepe, porque nuestra obligación es responderle al público, porque hay que darle categoría a la Fiesta conscientes de que el aficionado mexicano es uno de los más sensibles y fieles del mundo”

Ahora vayamos a los toreadores; un cartel redondo es aquel que está conformado con tres o dos figuras y un torero de primera línea, ponga usted aquí el nombre que le guste de tres figuras que equivalgan al tamaño de Fermín Espinosa ‘Armillita’; Lorenzo Garza, Manolo Martínez  ¿Qué pasa amigo? ¿No lo dude?, ¿Por qué tarda?…

Conclusión; si los señores del negocio tampoco encontraron tres figuras, eso quiere decir que algo no está cuadrando, entonces lo ineludible es que los del primer grupo tienen que hacer un esfuerzo para tratar de cuadrar este círculo que cada día se achata más y aún más la situación se antoja hasta ilógica y si no ¿Cómo es posible? que un torero, cojonudo, pujante, enjundioso y tesonero que merece todo mi respeto y admiración que así se la consagro a Joselito Adame, desde su bastión de ‘torero cuña’, ¿Sea él, el que jala el carro? cuando el debería de estar por sus características pa’ apretarle a las figuras al del arte, al de la maestría, al pinturero, al carismático y resulta que no tiene a quien apretarle, porque al parecer ya se les despego a los compactos del nivel bueno, pero que todavía no se hablan de tú con las estrellas, y a los que si anda apretando dicen, es a los ‘Señores de los dineros’ y en una de esas ve la temporada desde las gradas en compañía del Juli… lo cual sería un desencanto para la afición.

¿Verdad que ahora, ya no mandan los toreros?