Opinión: 2014 El año de Diego Urdiales.

Por Fernando Ortega – De SOL y SOMBRA.

Quiero creer. En algo. No tengo muchas preferencias, es una necesidad indeterminada y difusa. En lo que sea ¿En el toreo actual? Quiero creer, supongo que como todos los aficionados. He perdido la fe pero soy recuperable. A quienes, como yo, podemos volver (quizá) a algún buen camino, la fe es quizás lo último que nos mantiene en esto del toro.

Y justo cuando la esperanza parece desvanecerse surge de sus cenizas un torero como Diego Urdiales y revive aquella flama que parecía que se apagaba en mí. Mucho se podrá decir de El Juli, de Morante (de antemano pido un disculpa al director de este sitio Morantista como pocos) y de Perera que ha tenido una temporada magnifica, pero el toreo verdad esta temporada lo ha hecho para mi Diego Urdiales.

Además con toros de verdad a diferencia de los antes mencionados y del mismísimo José Tomas.

Si tuviera que elegir al personaje del año 2014 del toreo en España escogería a Diego Urdiales sobre todos los demás y tengo bastante claro por qué este año es Urdiales: por sus triunfos, contados pero de peso, por su toreo clasico sin trampas, pero además y, sobre todo, por dos razones que no necesariamente van unidas: su talento y su paciencia a no claudicar.

El talento puede ser una carga muy pesada. Te eleva, te hace distinto, convierte en fácil lo imposible; te vuelve único pero también te exige, te incomoda, te lleva al límite. El talento, cuando no estás dispuesto a desperdiciar ni un gramo, te obliga a intentar siempre mucho más, después un poco más y luego más todavía.

Diego camina entre dos líneas, la maestría y la discreción de su personalidad. Es un torero, en el estricto sentido del término, sobrio, clásico y auténtico. No hay muchos matadores de esta catadura en el escalafón mundial.

La suya ha sido una temporada corta, pero triunfal, además de que la mayoría de los triunfos han sido en plazas de gran relevancia y exigencia. En Francia protagonizo tres tardes muy importantes en Mont de Marsan, Dax y Ceret. En la primera de ellas logró una puerta grande con una corrida de Victorino Martín.

Hace unos días en la Feria de Otoño pudimos ver la consolidación de Urdiales como “torero de Madrid” tras una actuación sobria, pero de mucho arte y calidad con toros de Adolfo Martín.

Lo de Urdiales no es ninguna casualidad, es un ejemplo al no claudicar, ni siquiera en los momentos difíciles y vaya que los ha pasado este torero. Lo que ha recogido Diego en este 2014 es el fruto de aquello a lo que le ha dedicado su tiempo, su energía, su esfuerzo y de querer en verdad su vocación.

Pero como lo suyo nunca ha sido el conformismo, tendrá que seguir luchando en el 2015 contra aquello que ha tenido que enfrentar en circunstancias adversas toda su vida profesional y que no le ha permitido todavía una temporada en la cima; el sistema taurino actual. Que ya sabemos “tiene la capacidad de digerir lo que no le conviene”.

No sé a dónde llegara Urdiales el próximo año, ni se si lograra vencer al sistema y ponerse en figura del toreo algún día. El mismo tendrá que ser consiente que hoy más que nunca no se podrá permitir tardes frívolas, ni dejar pasar las oportunidades que seguramente le llegaran en las próximas ferias importantes en Europa y América.

Y aunque a los periodistas a veces se nos olvida y nos puede más una faena fugaz o un apellido, que sean estas líneas un reconocimiento para un guerrero, que solo hablando con su toreo y en la plaza nos ha dicho que no todo está perdido para todos aquellos que disfrutamos del toreo clásico, seco y profundo.

Gracias Diego.

Twitter @dsolysombra

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