¡Hasta la Madre! Por El Bardo de la Taurina.

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Ya me imagino o más bien siempre he tratado de imaginarme, como era el México y el ambiente previo y desde luego en la misma tarde de aquel cinco de febrero de mil novecientos cuarenta y seis.

Día en que se inauguraba no uno más de los cosos que llevan ese emblemático nombre, sino un verdadero ‘Embudo de Concreto’ jamás siquiera imaginado por los aficionados, el público y la gente, así en tres diferentes vamos a llamarle divisiones o clases o como usted imagine.

El caso es que se trata de tres diferentes sectores de personas que de alguna forma acuden a la plaza y en particular a esta grandotota y rectifico el término, no es acuden, es acudían.

Pero bueno antes de regresar al término que se reduce a un pasado y a un presente vayamos con la diferenciación entre uno y entre otro grupo, no sin antes aclarar que cada uno de ellos en su rol juega un papel muy importante.

La definición se reduce a una cuestión de tiempo y por ende de conocimiento, por la razón que mientras más se realiza una acción, más se supone uno sabe de ella, claro aquí subrayo que dentro de cada una de esas divisiones cabe la especialización, el caso es que aficionado; es aquel que se presenta, acude o va con más frecuencia a la plaza, el público; es el que lo hace con menos frecuencia y la gente; es por obviedad la que asiste con menos frecuencia.

Antes de seguir dándole al malabarismo de los términos, tengo que decir que para este escribano cualquiera que sea la división a la que uno pertenezca guarda su debida importancia.

Existen personas respetadas en cualquiera de estas divisiones, personas que en su mayoría son de la mayor expresión de criterios que uno se pueda imaginar y es que hay que recalcarlo, porque eso todo mundo lo sabe con excepción de los empresarios; la gente que se ha alejado de la Fiesta de Toros y Toreros en estas fechas es la más abundante que se ha registrado en toda la existencia de la Plaza México, que como ya apunte, es de sesenta y nueve añotes.

La razón o más propiamente dicho las razones son varias y por ende muchos tienen involucramiento en que esto suceda así, ya pa’ que vamos a repetirlo si aparte de que se ha trillado hasta el cansancio, hasta el momento lo único que ha sucedido es que todo siga igual y que vaya en caída libre.

Mas contra lo que pudiera creer la mayoría, que por ser mayoría debería de ser a la que le asiste la razón en el sentido de que esto va a tardar muchos años en volverse a recuperar, mi menda en cambio piensa que como en ese programa televisivo que alude a un milagro, aquí si se va a producir en cuanto el cambio se de en los cimientos y en el copete de quienes regentean la Plaza México.

Ese día la gente va a volver a el graderío, y es que la situación se reduce no al hecho de que no existan toros, toreros, jueces, sino al que lo que existe es un hartazgo hacia la empresa y esto no es de esta temporada si no desde en denantes.

¡Qué maldita pena! pero también que bueno que la situación tiene solución, ahora nada más sentémonos en el pórtico a espera del momento, ‘El final se acerca ya…’ y mire que casualidad la mejor versión de este himno profético sigue y seguirá siendo la extranjera que bordaba el inmenso ítalo-americano el gran ‘Franky Boy’ y bueno aquí ya sabemos que no se pueden dar festejos ni con un solo extranjero o con mayoría.

Pero entonces que tal pa’ esta noche un cartel conformado con Enrique Ponce, Morante de la Puebla, Alejandro Talavante, ‘El Pana, Joselito Adame y Fermín Rivera con los toros de Barralva, cartel 100 x 100  viable de montarse.

¿Entonces? ¿Verdad que ya estamos hartos o pa’ decirlo más claramente ¡hasta la madre! de que no nos den lo que queremos?

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