Sebastián Castella: El chivo expiatorio de la ruina.

Por definición, un chivo expiatorio es un inocente acusado, culpado y castigado por las faltas, equivocaciones, y problemas de otro/s. Se culpa a la víctima sin advertir los victimarios que deberían hacerse cargo de sus propias fallas.

Por Juan Carlos ValadezDe SOL y SOMBRA.

La línea es la siguiente o eso parece al menos; Sebastián Castella es el villano y vamos hacer pasar a un ladrón de gallinas por un feroz criminal que vino a México a faltarle el respeto a Plaza México y a su afición.

¿Alguien tiene que pagar los platos rotos del fallido festejo aniversario no?

Por eso la maquinaria oficialista una vez más sale a salvaguardar los intereses de aquellos a los que sirven y decidieron una movida ajedrecística en su tablero, para salvar a los verdaderos responsables del incendio. Pero no solamente son los culpables del cinco de febrero, sino de la decadencia de la fiesta brava en la capital mexicana.

Pero si iban a escoger a un chivo expiatorio para justificar sus fracasos, Sebastián Castella era el personaje perfecto para la trama: Ya que tenía antecedentes negativos en el pasado en alguna corrida de aniversario y con los ganaderos/empresarios de la ganadería de Barralva, que era la que originalmente se había anunciado para el “Funeral” 69 de la plaza.

Tan solo hay que recordar el 5 de febrero del 2010, noche conmemorativa del 64 aniversario de La México, cuando se negó a matar un novillo de Los Ébanos pese a la presión del empresario, del juez Roberto Andrade y del vocero de la empresa Heriberto Murrieta, así como de la indignada afición que se lo quería impedir con una lluvia de cojines.

Una anécdota que forma parte ya del negro historial de la plaza.

Era por todos conocido que durante los últimos años los ganaderos de Barralva habían estado molestos con el diestro francés, al negarse este a lidiar toros de su ganadería por razones aún no conocidas públicamente. El enojo trajo fuertes declaraciones de los ganaderos, acusándole de matar toros “chicos” y a su administración de ser demasiado ventajista e injusta con la afición mexicana. Inclusive el mismo empresario de la Plaza México lo acusó públicamente de no querer torear un mano a mano con Arturo Macías entre otras cosas, porque se negó a matar un encierro de Barralva. Recuerdo tambien que en algún programa de televisión en donde exhibieron el encierro que se había negado a matar Castella, Luis Álvarez Bilbao se refirió despectivamente al matador como: Sebastián “Casi Ella”.

Por eso la noticia de que mataría la corrida de Barralva para el aniversario 69, fue vista sigilosamente por toda la afición. Pero esto no siempre fue así, en el pasado Castella lidio y les pudo a los de Barralva. Tan solo hay que recordar la faena a un manso encastado que se llamó “Maitecito” un 4 de febrero del 2008 (http://youtu.be/bvrvyVV9l5A) al que le cortó una oreja de mucho peso, con la aprobación de algunos de los que ahora lo quieren llevar a la hoguera.

También hay que tomar en cuenta que no es la primera vez que la ganadería de Barralva se ve involucrada en un asunto polémico en el que Heriberto Murrieta sale rápidamente al quite, para muestra lo que escribió en su columna del Periódico Record un 27 de Octubre del 2010, acerca del tradicional festejo que se celebraría en la Monumental de Morelia: “El ganadero Luis Álvarez está que trina porque ni El Zotoluco -en aquel entonces este no era apoderado todavía por el socio del periodista y ex matador de toros Alejandro Silveti– ni Arturo Macías han querido torear el encierro de Barralva programado para el próximo martes en Morelia. ¡Una corrida que ya compró y anunció desde hace varios días el matador-empresario Mauricio Portillo! ¿Qué alguien nos explique cómo se puede anunciar primero una corrida y reseñarla después? Son las inagotables historias de un mundo al revés… Luis es defensor de un modelo universal donde el auténtico toro es el eje del espectáculo, parámetro inequívoco de los reales alcances de los toreros. Nos dice el criador que el argumento para dejar fuera su encierro fue que resulta grande para Morelia. ¿Para una Monumental?, ¿para un torero como Macías que apenas desembarcó procedente de España, donde le vio constantemente la cara al toro?, ¿venir de torear encierros fuertes en Europa justifica renunciar automáticamente a lidiarlos acá?, ¿esa es la forma de menospreciar nuestra Fiesta?” concluía Murrieta.

Decía el criador queretanó en aquella ocasión que el argumento para dejar fuera su encierro era que resultaba muy grande para la “óptica” de los alternantes ¿Pero el pasado cinco de febrero cual fue realmente el argumento?

Sin duda no fue por el trapío como apunto en su columna en de De SOL y SOMBRA Luis Cuesta: “Lo del ganado fue lamentable, ya que Barralva que se había caracterizado por la seriedad en los encierros que lidiaba en la Plaza México, en esta ocasión tropezó rotundamente y en un día tan importante, con un encierro muy cuestionado en cuanto a trapío y juego. Mucho se hablara del sainete que se armó tras bambalinas unas horas antes del festejo en el sorteo; que si Castella no quería torear Barralva; que si la corrida se rechazaba en su totalidad. En fin toda una serie de intrigas que durante el festejo fueron reveladas desde que saltó al ruedo el primer toro de Barralva.” (http://desolysombra.com/2015/02/06/opinion-del-aniversario-de-noche-todos-los-gatos-son-pardos/)

¿Entonces cuáles fueron las causas? ¿Lo que se quedó de Barralva en los corrales de la Plaza México si tenía trapío? Es un misterio todavía.

Lo único que sabemos es que los días previos al fallido festejo, llegaron sigilosamente cualquier cantidad de toros a los corrales de la Plaza México.

Después Castella retrasaría el inicio del festejo durante treinta largos minutos y terminaría por ponerse la soga al cuello. Pero lo que parece irrisorio es que algunos periodistas encabezados por Heriberto Murrieta, se sorprendan de que la autoridad no haya procedido con alguna multa en contra de Castella o de que hubieran iniciado el paseíllo sin el, para después anunciar por el sonido de la plaza que sería acreedor a una multa.

Preguntarnos él porque es como hacernos la misma pregunta en el caso de Enrique Peña Nieto y su fiel empleado Virgilio, que supuestamente lo va a investigar en el tema de las casas (http://regeneracion.mx/mundo/the-wall-street-journal-cuestiona-a-pena-nieto-por-nombramiento-virgilio-andrade/)

¿Por qué yo me pregunto a qué autoridad se refieren? Acaso se refieren a la autoridad complaciente, corrupta y sumisa que con su displicencia se ha encargado en los últimos años de acabar con la seriedad de esta plaza. Pues estamos jodidos.

Porque en esa plaza la autoridad es -sin rodeos- la misma empresa o al menos esa es la impresión que dan. Los señores de la autoridad son nada más los peones de un ajedrez maquiavélico, prepotente y egocentrico que maneja la fiesta a su antojo, con muy malos resultados en la actualidad.

¿Ahora el único culpable es Castella? ¿Y El Payo y Arturo Saldívar no? Por favor.

Solo hay que ver lo que han lidiado esta pareja de jóvenes toreros no solamente en la Plaza México, sino en provincia, para ver que son tan culpables como el que más. Nada de jerarquías ni recursos retrogradas, porque no hay que olvidar que El Payo mato en esta temporada la corrida más justa de trapío, que fue la del hierro de Javier Bernaldo.

Con todo lo anterior, no le busquemos tres pies al gato, el culpable no es Castella.

Los culpables de la actual debacle somos todos: Toreros, ganaderos, autoridades, empresa, periodistas y afición. Todos llevamos en la culpa la pena.

Los toreros por preferir el engaño a la verdad así como la mansedumbre a la bravura, los ganaderos por aceptar lidiar reses sin trapío y por haberle exprimido hasta la última gota de casta a sus camadas.

La empresa por haber fomentado durante años el fraude y las autoridades por haber cedido –en algunos casos bajo amenaza- a defender y fomentar un espectáculo que atenta contra los intereses de la misma afición y del reglamento taurino.

También son culpables los periodistas que han traicionado su honorabilidad, con el fin de salvaguardar los “intereses de sus clientes” escudándose detrás de una bandera falsa de seriedad y honestidad, para distorsionar la verdad y continuar tapando el fraude.

¿Y el aficionado? preguntara usted.

El aficionado también lo es, tan solo por el hecho de no haber exigido en la plaza con más fuerza que se respetara el reglamento, aun a sabiendas de que lo que presenciaban tarde a tarde no era una corrida de toros integra.

Para terminar quisiera cerrar con lo escrito por Luis Cuesta en la columna que ya cite previamente y que dice: “A pesar del buen cierre, no podemos omitir una vez más la falta de seriedad por parte de sus protagonistas en cuanto a la selección de ganado. Por supuesto con la complacencia de la ineficiente autoridad, que con acciones como las de ayer continúan haciendo que los aficionados sigan abandonando la plaza en cantidades industriales”.

“Tampoco se entiende que ayer no se produjera un escándalo monumental en La México, cuando una vez más se lidiaron algunos toros que carecían de las hechuras y la presencia necesaria para una plaza de primera categoría. Pero esto sólo sucede porque al espectador por estos días todo le da igual. Pero así está la fiesta. Entre todos la quieren matar y ella sola parece dispuesta a morirse. No hay más que ver el espectáculo de anoche; y veremos cómo cada quien aporta algún ingrediente para su degradación. Sin seriedad y sin categoría esto se va a ir directo al abismo, para muestra de ello son las malas entradas y el poco ambiente por el que camina la actual temporada de la Plaza México.”

* Mientras escribía estas lineas la empresa de Plaza México publicaba en su cuenta de Twitter : Se “Rajaron” Pablo Hermoso de Mendoza y Sergio Flores para la 18a. Corrida ” y daba a conocer un cartel de media categoría para el cierre de una temporada trágica para la fiesta en México.

Requiescat in pace la Plaza México.

Siguenos en Twitter https://twitter.com/Twittaurino</p

4 respuestas a “Sebastián Castella: El chivo expiatorio de la ruina.”

  1. Todos los Imperios han caido el último fue el de los musulmanes en España, así le está sucediendo al remedo de dizque imperio de la empresa de la plaza de toros México, con tanta atrocidad que sigue cometiendo en contra de la afición; a través de la fiesta de los toros que, promueve en dicho coso y en otros tantos de nuestra geografía por medio de interpósitas personas.

    La prueba está en el festejo de aniversario del coso de insurgentes como bien señalan Luís Cuesta y Juan Carlos Valadez, respectivamente y es muy cierto lo que señala éste último, de que todos somos culpables de lo que se hace en contra del espectáculo taurino en México.

    La fiesta de los toros en EL DISTRITO FEDERAL, ESTÁ AGONOZINADO y con ella, la desaparición del ¡IMPERIO DEL MAL!
    que la maneja. ¡NADA ES PARA SIEMPRE!

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