Opinión: Como si de un desamor se tratase

La fiesta light del Juli & Friends
La fiesta light del Juli & Friends.

 Por Rosalía Saveedra.

Así es como me siento cada vez que salgo de una plaza de toros, vuelvo a casa triste, decepcionada, repitiéndome una y mil veces que no volverán a engañarme, me siento timada, humillada, incluso ridícula por defender una fiesta que no defienden ni respetan los principales beneficiarios de ella. Es muy duro escribir estas palabras, al igual que es difícil hablar de un amor que termina, pero hay momentos en los que hay que serenarse y decir «hasta aquí hemos llegado». No me gustaría poner punto y final a mi afición, a mi pasión por la tauromaquia, pero cada tarde me obligan a dar un pasito más hacia esa decisión. Sigo sin saber quién es el responsable de mis desvelos, quizás el empresario, quizás el ganadero o quizás incluso el torero y eso es lo que más me hiere.

No puedo comprender, yo que me he dejado la piel peleando por la fiesta, que he salido a la calle con mi hoja de firmas para apoyar la ILP taurina, que me he enfrentado a esos antitaurinos que ofenden a las puertas de las plazas de toros, que he recorrido cientos de kilómetros por apoyar a mi torero, que he dejado en días importantes a mi familia de lado, que he gastado mucho dinero, que he implicado a mi pareja o incluso he tatuado mi piel para la eternidad. No señores, no tengo capacidad para comprender qué está pasando con la fiesta, alguien la está matando y puedo asegurarles que no somos los aficionados. Cada día estoy más convencida que los más interesados en que esto se destruya, son los de dentro, es lanzar almohadillas contra su propia casa, pero quizás quieran una casa nueva, pues bien, dejen la que está construida y búsquense una nueva.

En el toreo hace falta savia nueva, todos los terrenos necesitan aires renovados y la tauromaquia también. Es maravilloso ver gente joven e ilusionada como yo en los tendidos, pero si cada vez que acude a una corrida, salen del coso con la misma sensación con la que salimos de Málaga el pasado sábado de Gloria. Ustedes me dirán.

No podemos permitir ganado sin fuerza, ni bravura, sin hechuras de ser un toro de lidia. El rey de la dehesa es mucho más de lo que nos presentan actualmente, tiene un potencial incalculable, dónde está esa fiereza, esa pureza del toro bravo. Qué está pasando con este animal que se cae en repetidas ocasiones, que no aguanta dos verónicas, que al salir del caballo hay que decir «nos hemos quedado sin toro» y al recibir un par de naturales. recibe la estocada porque es imposible hacerle nada más.

Quiero seguir luchando por la fiesta, no quiero hablar de la tauromaquia en pasado y tener que recurrir a la hemeroteca para vivir mi pasión y volver a emocionarme, pero como ocurre con el amor, hay momentos en los que hay que parar, templar, mandar y tomar decisiones, porque la solución en algunas ocasiones no está a nuestro alcance.

Fuente: http://www.hoy.es/culturas/toros/201504/08/como-desamor-tratase-20150408002439-v.html

Una respuesta a “Opinión: Como si de un desamor se tratase”

  1. El mismo desencanto que vive actualmente ésta señora Rosalía Saavedra, por lo que presencia en algunas plazas de España, y que la tienen al borde del abandono a su afición taurina, lo vivimos en México, salvo rarísimas excepciones de la ausencia ya casi total del verdadero toro de lidia como ella lo refiere el ¡Verdadero Rey de las dehesas!

    Sí viviera en nuestro país, desde hace nuchos años, ya hubiera dejado de ser aficionada.

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