Fabián Barba: «No he venido a España a la aventura, sino con un objetivo claro»

 Fabián Barba durante la entrevista en 'Grana y Oro' Óscar Navarro
“Me veía con la madurez necesaria, tanto personal como profesional, para dar este paso”

Por Jorge Cancho.

Ha regresado a España hace meses con el único propósito de debutar como matador de toros en la madre patria, donde se formó  en la profesión, concretamente en la Escuela Taurina de Madrid, cuando tan solo tenía 17 años de edad. Tras debutar con los del castoreño en Beziers y participar  en los ciclos novilleriles más importantes españoles volvió a México para tomar la alternativa en 2003 en Aguascalientes. Pese a sus prometedores comienzos no le ha resultado fácil abrirse camino, si bien tras las dos últimas grandes temporadas que ha realizado allí decidía cruzar el charco de nuevo bajo el apoderamiento de Lázaro Carmona.

De regreso a España con el objetivo de debutar aquí cuanto antes como matador de toros

El objetivo principal no es otro que el de confirmar mi alternativa en Las Ventas y todo va por buen camino, aunque aún es muy arriesgado decir si voy a torear o no, pero ese es el verdadero objetivo de mi regreso a España. Que nadie piense que vengo a la aventura, pues llego con unas bases y un objetivo firme y claro. Se trata de una nueva etapa en mi vida y en mi carrera que la estoy disfrutando muchísimo.

Un país en el que ya estuvo en sus años jóvenes formándose en la Escuela Taurina de Madrid. ¿Cómo recuerda aquella etapa?

Tengo grandes y muy buenos recuerdos ya que fue cuando me hice cargo de mi propia vida. Era un niño, con 16-17 años y me tuve que ocupar de actitudes, comportamientos para tratar de encauzar todo con destino hacia un buen puerto. España me enseñó a ser un hombre y a curtirme como persona y además en este país puse mis cimientos profesionales. Creo que elegí el mejor camino.

Fue pionero en acudir a España para formarse en la profesión ya que por entonces se estilaba poco

Desde luego. Vine alentado por el administrador de la Plaza de Toros de Aguascalientes, David Clemente. Fueron años muy interesantes y fructíferos, de un enorme aprendizaje que con el tiempo me sirvieron muchísimo. Creo que ha sido una de las épocas más bonitas de mi vida, en la que hice muy buenos amigos, muchos de los cuales aún conservo y me rodeé de gente grande como los maestros Bernadó y Gregorio Sánchez, de los que tanto aprendí.

Para más inri, se vino a la madre patria pese a la oposición paterna

Así fue. Como no había antecedentes taurinos en la familia, mi papá no sabía cómo ayudarme, de ahí que en su temor, incertidumbre y desesperación optara por oponerse. Ante aquello yo me rebelé y para aquí que me vine, pues al fin y al cabo era mi vida. Con el tiempo él se dio cuenta de mi disciplina y mi seriedad y acabó respetando mi decisión.

Tuvo un buen bagaje de novillero aquí en España

Encajé bien en la Escuela, vieron mi disciplina y mi afición, de ahí que toreara mucho como novillero. En aquella época además había muchos más festejos que ahora y la inmensa mayoría de las veces supe dar la cara. Luego tuve la suerte de tener el apoyo de la empresa Tauromex, que promovía por entonces un importantísimo certamen para novilleros, y  aprender mucho del maestro Antonio Corbacho.

El caso es que regresó a México y le costó abrirse camino

Cierto. Tomé la alternativa y tuve unos inicios prometedores, pero no me fue fácil hacerme hueco ya que en un momento de mi vida me vi sin apoderado y aquello complicó todo mucho. Gracias a la tenacidad, a la afición y a no desesperar fui sacando la cabeza a flote poco a poco.

La salida a hombros en 2010 de La México marcó un antes y un después en su carrera

Marcó todo, pues era corrida televisada y a partir de entonces empecé a torear más. Fue un gran escaparate. La única pena fue que era la última corrida de la temporada y aquel triunfo se enfrió un poquito al año siguiente, si bien en 2012 volvía a abrir la puerta grande de aquella plaza.

También triunfó en todas las plazas importantes de su país, incluida la exigente Guadalajara

Cierto, en Aguascalientes he conseguido muchos triunfos a cada cual más importante, con esa guinda que fue el prestigioso premio del Estoque de Oro. Y en Guadalajara he tenido la suerte de caer de pie desde mi etapa de novillero y no es nada fácil entrar en el gusto de esa afición tan exigente.

Las dos temporadas importantes que cuajó en 2013 y 2014 fueron el detonante para su regreso a España

Desde luego. Me veía ya con la madurez suficiente, tanto en lo profesional como en lo personal, para dar este paso, de ahí que  decidiera buscar un lugar importante para hacerme respetar como torero de peso. El venir a España para confirmar la alternativa en Madrid requiere previamente haber perfeccionado la técnica hasta conseguir la excelencia.

¿Ha sido difícil romper con todo y venirse con su mujer y su hijo para acá?

Yo no lo he visto difícil, sino todo lo contrario. Si lo hubiera visto complicado no estaría aquí. Además, la familia se ha adaptado perfectamente a España, pues México tiene mucha herencia española y no nos ha costado nada aclimatarnos a este país.

Su relación de apoderamiento con Lázaro Carmona ¿cómo surgió?

El año pasado estuve estructurando este proyecto para afianzarlo bien. Por ello, antes de venirme, en enero hablé ya con Lázaro Carmona y cerramos el acuerdo de apoderamiento.

«Mi proceso de búsqueda es el primer paso para encontrar»

¿Es consciente de que esa oportunidad que busca puede que no llegue?

Desde luego. Sé que puede llegar, pero también soy consciente de que, por mil historias, puede que no se concrete. Es algo que tengo asumido, como también lo tengo que si estoy aquí es para luchar, pues me encuentro en el proceso de la búsqueda que es el primer paso para encontrar.

Me consta que está haciendo mucho campo para aclimatarse al toro de aquí. ¿Qué diferencias aprecia con respecto al mexicano?

En España la variedad de encastes es muy grande y el toro es más exigente, sin que esto quiera decir que el de México no lo haga. Hay dos matices entre uno y otro. El primero, la embestida: la de los astados  de mi tierra es más dulce y armoniosa, mientras que la de los toros españoles es de más empuje, raza e incluso violencia en algunas ocasiones. Y la segunda diferencia es el volumen. Aparte de esas dos cosas, el resto lo veo igual.

http://www.rtvcyl.es/granayoro

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