Ocho con Ocho: Inolvidable Por Luis Ramón Carazo

imageEn la presentación de los carteles de la temporada que significará la del aniversario 70, de la inauguración de La México el próximo 5 de febrero de 2016, los cuales están circulando profusamente en todos los medios, uno de los tantos recuerdos que se me vinieron a la mente fue que David Silveti el 3 de octubre de 2015 cumpliría 60 años de nacido, quién es uno de los toreros más importantes en su historia, viendo a su hermano Alejandro y a su hijo Diego me entró la nostalgia.

También un  video muy bien documentado que presentó Heriberto Murrieta sobre la historia resumida de la Monumental y previo a la presentación de los festejos de Rafael Herrerías.

De pronto se me estrujó el alma al ver una fotografía en la que con el marco de La México llena hasta el reloj;  Curro Rivera, Paco Malgesto y mi papá José Luis Carazo Arenero posaron antes del inicio de alguna corrida de los setenta del siglo pasado.

Así las cosas (ya habrá tiempo de analizar los carteles y sus integrantes) me parece oportuno recordar que David nació en la Ciudad de México y falleció en Salamanca, Guanajuato, en 2003 sus antepasados matadores de toros fueron  tanto su abuelo Juan conocido como El Meco y otros apodos; su padre Juan el Tigrillo; su hermano Alejandro y ahora sigue la dinastía con Diego.

En aquel tiempo platiqué con David de su tauromaquia que utilizaba tres conceptos filosóficos para sustentarlo; la ética, conjunto de principios y normas que nos rigen; la estética que nos impulsa a lo bello y la patética que tiene relación con lo conmovedor.

Cuando se presentó de novillero en La México el 29 de junio de 1975 lo hizo con El Brillante que se fue en hombros y Carlos Serrano El Voluntario con novillos de Jesús Cabrera; recibió la alternativa el 20 de noviembre de 1977 en Irapuato, su padrino fue Curro Rivera y su testigo, su gran amigo, Manolo Arruza.

Cuando confirmó su alternativa en La México teniendo por padrino a Manolo y de testigo a Eloy empezó el calvario de  lesiones en sus rodillas el 7 de enero de 1979. Primero confirmó en Madrid en 1987 y posteriormente habiendo pasado ya su concepto de tauromaquia académica a dramática, reapareció el 28 de mayo de 1989, para enloquecer a la afición capitalina al ser testigos de la transformación como torero de quién sería uno de sus máximos ídolos.

Su tauromaquia en la línea de Manolete, fue uno de los motivos de inspiración para el toreo de José Tomás quién a su vez parece tener continuación entre otros en López Simón y el peruano Roca Rey.

Con Jorge Gutiérrez fueron de los últimos toreros mexicanos que provocaron grandes entradas por su rivalidad en los ruedos, Jorge encimado en los toros  y David con toreo paralelo, acompañados por la maestría de Mariano Ramos y la calidad de Miguel Espinosa; en los primeros años de los noventa llenaban de bote en bote las plazas.

Después de varios años de tratamiento médico y retirado de los toros, reapareció el 27 de julio de 2002 para hacer una memorable campaña en la que poco a poco hilvanó faenas históricas como la de Mar de Nubes de Fernando de la Mora el 12 de enero de 2003 o la de Solitario de Julio Delgado el 2 de febrero de 2003, última vez que actúo en La México.

David se expresó en el ruedo con el sentimiento que acompaña a quién se sometió a más de 40 operaciones para poder hacerlo y además de aguantar alrededor de 13 años recuperándose para ejercer su profesión.

El toreo es un instante efímero de belleza y en la memoria nos dejó muchas escenas inolvidables el bautizado por el público como Rey David. En lugar de arpa como el legendario monarca judío, usó el capitalino capote y muleta para crear belleza.

Al relance un guiño a su entrañable memoria.

Una respuesta a “Ocho con Ocho: Inolvidable Por Luis Ramón Carazo”

  1. Qué triste es recordar a seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros como es el caso, de David Silveti, quien hace algunos años se quitara la vida de manera trágica.

    Pero también es triste y lamentable que al señor Luis Ramón Carazo, le falte memoria para recordar a un torero mucho muy grande, que hoy precisamente seis de octubre, dejó de existir hace tres años y que fue don MARIANO RAMOS NARVAEZ, y que sin ser peroyativo con la serie de bonitos recuerdos con los que recordó a David Silveti, omitió al torero charro de La Viga, que escribió y llenó páginas de gloria de la torería mexicana.

    DESCANSEN EN PAZ AMBOS TOREROS.

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