Tropezón de Xajay – Oreja a Castella en Nueva Decepción de Encierro.

El giro de la chicuelina de Sebastián Castella ante el castaño de Xajay. Foto: Aplausos.es

Justo cuando más se necesitaba, cuando solo toros sueltos han podido reseñarse esta Temporada, el siempre esperado encierro de Xajay no rompe, ni embiste y solo se queda con la mala suerte de que su mejor toro cae en las débiles manos de “Zotoluco” en sus horas más bajas. Y así, solo en un turno, vemos una parte de brillo de Castella que corta una oreja que no alcanza a asegundar en el quinto mientras que Diego Silveti vuelve a ser víctima de sus propios consejeros que no le terminan permitir escuchar el consejo mejor, el de la mente y corazón del propio torero.

Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA. Plaza México.

Siendo francos, la esperanza grande, luego de que Jaral de Peñas no tuviera la suerte esperada, de esta Temporada ha sido la corrida de Xajay, por tradición y presente, por historia y actualidad taurinas, la divisa roja y verde siempre cuenta.

Esta Temporada falla.

Con todas sus letras.

Ya había tropezado en la inaugural, aquí habíamos identificado que, tristemente, Xajay había caído en la Guerra de Mansos con Julián Hamdan. Resulta que ayer decepciona en La México porque de seis, solo uno muestra bravura expresa y, además, la presencia, cumplidora, conformista y únicamente, trae consigo un sexto toro impresentable, además de que la segunda mitad de la corrida es una bruma de aburrimiento imposible.

Porque salvo la intervención, morosa, poco solvente y fatal en el último tercio del rejoneador Jorge Hernández Gárate que abre plaza con un terriblemente manso toro de Marrón al que solo durante un pasaje en el tercio cerca de matadores torea y encela al soso astado, lo mismo que luce en un par a dos manos cerca de la Puerta de Cuadrillas, la corrida ha tenido un inicio prometedor.

Con el toro por delante.

En honor a la verdad, el primero es un toro con todo en apariencia para poder embestir y en esencia, que es lo que más debe de importar una vez librados los requerimientos de la apariencia, igualmente hace cosas de bravo desde salida. Su cara seria, el morrillo lustroso, no obstante sus astas tocadas, muestran seriedad y cuando mete la cara hace incluso ver a “Zotoluco” templado, incluso con buen ritmo en el lance a la verónica y la realidad es que ha sido lo mejor logrado de su actuación. Doble media verónica remata el saludo.

Tras el puyazo, bien logrado, empujando el astado, la lidia se vuelve desordenada, sucesión de enganchones y poca atingencia. Cómo sufren las cuadrillas el segundo par, un suplicio para Sergio González y Mauricio Martínez Kingston cuya incapacidad es palpable.

“Zotoluco” se contagia de todo esto.

Pena, pues este es el único toro bueno, el que pese a cabezazos iniciales y protestas, toma la muleta con emoción pidiendo mando y principalmente quietud. Esto es lo que ya se extraña en el torero, trata de inicio, no prosigue después. Pierde todos los pasos del mundo, pega un pase para acomodarse y, sobre todo, cuando ya hace pasar al burel por el derecho y es necesario desengañarle por el otro pitón, precauciones y mucho ayudado impiden ver el toreo al natural en su debida dimensión.

Y se acabó.

No es que el xajay haya venido a menos, sino que no le han podido hacer ir a más. División tras casi un mitin con la espada.

Es por ello que en cuanto sale el encendido y aldinegro castaño segundo, cuya pinta y cuerna le levantan la apariencia, la gente se enciende y vislumbra que Sebastián Castella quitará la modorra inicial del festejo, con la emoción que produce su recibo a la verónica y, tras puyazo prolongado en buen sitio previa vuelta contraria, el quitazo chicuelinero, muy quieto y vertical, girando ante el embate del toro que le pasa muy cerca en plena y dramática escena que antecede al cambio de tercio. Castella ha reservado a los picadores para un posible segundo puyazo pero se la juega así y ordena cambiar las armas.

Cada tercio se define por cada una de las suertes y éstas, por el arma que se porta.

Clave el segundo tercio para hacer al castaño ir largo pero las dudas de la cuadrilla no permiten imponer al toro todo lo que el torero requiere. Aun así, Castella tira del muletazo estatuario en el tercio, quieto pero presto a resolver  las malas ideas del castaño alterna y castiga abajo para rematar.

Entonces la lid se vuelve un ejercicio de imposición, de valor como medio para invadir el terreno del manso y forzarle a tomar el engaño pese a todas las miradas y el regateo, siempre templado y nunca con dudas. Como recurso, la capetillina, como látigo de seda, la muleta puesta o la dosantina inicial que termina en ranchera precisa y prolongando los derechazos con el remate por bajo que enciende, todo en los medios, toda la Plaza.

Y La México goza tanto la estética como el drama.

Por ello el cierre de faena es al rojo vivo, con Castella abrumando el terreno del toro con la zurda y éste que acorta el viaje, sin importarle el viento saca del manso lo mejor que alcanza a tener y cambiándose el perfil con mucha precisión, de ahí que acabe en lo peor, rascando y para atrás, se ponga pesado al momento de cuadrar. Cosa que Sebastián resuelve al volapié saliendo a los medios, entera y apenas, casi nada, estocada desprendida.

Petición bien otorgada. La segunda, bien negada.

Al premiar más vale que falte y no que sobre, a pesar de los berrinches del torero.

La oreja de Castella, pese a la mansedumbre del toro, coloca las cosas de cara a lo que siempre esperamos de un festejo que cuenta con un encierro de Xajay. Pero a la salida del tercero un sopor, un tropezón, derriba la tarde indeclinablemente. Soso, sin chiste por dentro, parece rota su bravura, el tercero de la tarde muestra a Diego Silveti, por primera vez desde hace tiempo, con la suerte en contra y remando en tal situación.

Por ello su faena ante este cárdeno que no hace mas que mansear todo el tiempo, ha sido un ejercicio de paciencia. Y de prestancia.

Por algo el torear exige siempre estar al pendiente de las reacciones del toro y Diego, que hay veces que se ve embarullado, que no alcanza siempre a estar bien colocado, que su muleta sobre la izquierda siempre tiene caído el estaquillador, ha sido capaz de no aburrirse y encontrar justo en el tercio, en medio del vendaval, casi frente al burladero de matadores, una tanda con largueza, toca bien y le corea toda la Plaza.

El toreo que gusta a la gran mayoría.

Pero si esto había sido posible es porque encuentra, demorado, pero al fin da con la distancia exacta, supera defectos, pule aristas con la izquierda y, ya con la diestra, es ese el terreno tras insistir tanto en que la faena habría de rematarse. Solo Dios sabe quien le aconseja, incluso da la impresión, en contra de su propio juicio taurino interior a cambiar al terreno de todos, consuelo de tontos: bajo la Porra. ¿Para qué?, ¿Por qué? Con tanto consejero será difícil saber quien lo ha ordenado.

Lo triste es que ahí se fue la faena, que la tarde ya no remontaría.

Por una decisión infortunada.

Pese a la entera la petición es bien negada y todo queda en escueta salida al tercio.

Entonces Xajay desploma la ilusión: el cuarto hace ver peor al “Zotoluco” un toro que el genio de tirar al caballo de la querencia le dura dos minutos; el quinto es perdonado por Castella que no le pega el segundo puyazo y el manso se va para arriba sin más y casi le hace pasar un pésimo rato. Y el anovillado sexto, que jamás debió reseñarse, debilísimo, no tiene un ápice de bravura.

Los que aguantan parones, tropezones, malas decisiones, vueltas contrarias y todas las decepciones son los aficionados. Sigue habiéndolos.

Aunque ustedes no lo crean.

No sabemos cuanto más durará pero, de seguir así, la Afición se impacientará demasiado rápido. Esperemos no tropezar más.

Ni con la misma piedra: la de la mansedumbre.

Ni con el mismo pie: el de la necedad.

Ya veremos.

Texto: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Temporada Grande 2015-2016. Domingo, Diciembre 7 de 2015. Séptima de Derecho de Apartado. Menos de Un Tercio de Plaza en tarde muy fría y con viento molesto en diversos pasajes de la lidia.

7 Toros, 1 para rejones de Marrón (Divisa Naranja, Marrón y Verde) feo, por basto y poco armónico, manso que busca saltar la barrera varias veces durante el segundo tercio de su lidia; y 6 de Xajay (Divisa Verde y Rojo) Dispareja de presencia y vario pinta; anovillado el sexto, protestado de salida. Precioso y serio el primero de la tarde, a la postre el único fondo bravo, ovacionado en el arrastre. Geniudo el manso segundo, con emoción en la muleta, quedándose corto, débil aunque noble el tercero de poca duración. Y el resto, manso peleando y derrumbando en la querencia, el cuarto, una alimaña el quinto e insustancial y soso el cierra plaza, impresentable.

El Rejoneador Jorge Hernández Gárate, Pitos tras Aviso. Eulalio López “El Zotoluco” (Berenjena y Oro) División tras aviso y Pitos. Sebastián Castella (Grana y Oro) Oreja con Leve Petición de la Segunda y Silencio. Diego Silveti (Marino y Oro) Saludos tras leve petición y Silencio.

Acertada la Autoridad de Plaza al negar la segunda oreja al segundo espada y la oreja luego del tercer turno.

Mal la cuadrilla del primer espada, medrosos y poco confiables Sergio González, Mauricio Martínez Kingston y Alfredo Ibarra. Saludaron en el tercio, Diego Martínez al banderillear al tercero y Christian Sánchez haciendo lo propio con el cuarto.

Una respuesta a “Tropezón de Xajay – Oreja a Castella en Nueva Decepción de Encierro.”

  1. Silveti estrellado por su apoderado incómodo, Zotoluco que se resiste al retiro necesario ya, y Castella cumpliendo tomando en cuenta lo que salió por toriles.

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