Es lo que digo yo: Temporada en crisis

Por Luis Cuesta – De SOL y SOMBRA.

La Temporada Grande 2015-16 continúa dando sus clásicos tumbos domingo a domingo, como si la empresa y las autoridades de La Plaza México acusaran una enfermedad crónica que les impide hacer las cosas con orden, honradez y categoría. 

Resulta increíble observar que en la ciudad mas grande del país, en los últimos tres festejos (celebrados en el transcurso de una semana), no se vendieran más de 10 mil localidades. 

Con estas entradas queda demostrado que la gente en la capital mexicana simple y sencillamente no está interesada en la fiesta brava, salvo en carteles y festejos muy puntuales. 

El divorcio entre la actual empresa y la poca afición que va quedando, es total y no es para menos; ya que lo de ayer fue simple y sencillamente escandaloso. Resulta increíble ver que una ganadería con un hierro emblemático como La Punta, mande esas sardinas a la que alguna vez fue la plaza mas importante de América, en uno de esos festejos que paradójicamente parece que se celebran sólo “para perder la afición”. 

Porque con esos toros de desecho -algunos con pinta de novillos- de sangre desechable, mansos a rabiar, sin una gota de casta y bravura en las venas, borrachos de sosería y sin conocimiento de la codicia; la acometividad y la clase no se puede hacer afición ni engrandecer al espectáculo… La ganadería de La Punta ha hecho méritos suficientes para no volver a pisar La Plaza Mexico en muchos años; y ojalá así sea, para velar por la poca afición que va quedando.

En el caso de la autoridades, ya sabemos su situación: están agazapadas por la empresa y sus superiores de la Delegación Benito Juarez.  El cambio de nombre del impresentable sexto toro de La Punta, originalmente llamado “Arte”, por el de “¡Juezpen!”: es una prueba más de la mala cabeza con la que están manejando La Plaza Mexico sus actuales empresarios. 

Y así como debe de renunciar el Juez de Plaza, Jorge Ramos, por haber aprobado ese infame encierro, también deben de ser sancionados los responsables de haberle faltado el respeto públicamente a la autoridad.

En el México actual, en donde una gran parte de la sociedad moderna lucha contra la corrupción, la igualdad y el orden social; las actitudes anárquicas de la empresa de la Plaza México resultan ofensivas y seniles, además de que por la afluencia de público que observamos en el tendido, a lo único a lo que les han conducido, es a la decadencia de su negocio.

A tan sólo unos días para que finalice el año 2015, la afición capitalina a los toros tiene el ánimo por los suelos y no es para menos. Son tantos los males que aquejan a la fiesta por la mala gestión de sus protagonistas, que las luces rojas se han encendido y nos están alertando de lo que puede ser un desastre a corto plazo.

Sé que a algunos les incomodan estas opiniones, ya que piensan que el mejor favor que hoy se le puede hacer a la fiesta brava es esconder sus defectos y ocultar a la luz sus pecados y carencias; pero la realidad es que no se puede tapar el sol con un dedo, cuando en un festejo mayor, la entrada no supera los 4 mil espectadores en una ciudad de más de 20 millones de habitantes. 

Aquellos que prefieren las mentiras piadosas a las verdades como solución a todos los males, en realidad sólo le estan haciendo un favor a un grupo de taurinos que operan en contra de la grandeza del espectáculo; soló por querer llevarse hasta las migajas de un pastel – al que por cierto ya le quedan muy pocas rebanadas-, mientras la fiesta de los toros en la capital se derrumba en un océano de vulgaridad y decadencia.

Es lo que digo yo.

Twitter @LuisCuesta_