El sexto toro De Haro para Pepe López en la corrida del domingo 27 de diciembre de 2015 en La México, fue condenado a banderillas negras por el juez de plaza Jesús Morales, curiosamente por la misma ganadería no hemos reparado en emitir elogios por su codicia .
La ganadería se fue del extremo de la codicia a la deshonra que implican las banderillas funestas.
De acuerdo al Reglamento Taurino para el Distrito Federal el juez de plaza tiene la facultad de ordenar tres pares de banderillas negras ante la notoria mansedumbre de una res que fue el caso del astado tlaxcalteca.
Por las razones que se esgriman, la realidad es que el toro rehuía a los capotes y escapó de los picadores provocando que el público repudiara su comportamiento desde el tendido.
Seguramente los herederos de Don Manuel tendrán la reflexión como herramienta pues en los cinco ejemplares lidiados prevaleció la sosería y las embestidas mansurronas; que son lo contrario a lo que tienen como ideal del comportamiento en el ruedo de sus astados, esperábamos un comportamiento inclinado hacia la bravura codiciosa y lo que al final resultó la constante en la embestida fue el desinterés y el huir de los engaños.
El de San Marcos que sustituyó a uno De Haro rechazado por el juez de plaza; fue un toro con pocas embestidas pero tendiendo a ser fijo y noble para que José Luis Angelino tuviera una actuación de variedad, disposición y de aprovechar la menor rendija de oportunidad que le brindó su lote; una oreja obtuvo de cada astado solicitadas de manera rotunda por un público que agradeció el esfuerzo del toreros tlaxcalteca para lucirse en los tres tercios y al final salió en hombros, tal y como lo hiciera en la primera corrida de 2105 en La México.
Angelino actuó con gran disposición y puso de su parte para triunfar.
Sus colegas de cartel solo tuvieron destellos; al español Víctor Puerto se le notó desangelado y a Pepe López, si bien voluntarioso, no pudo sobreponerse a su primer astado soso de comportamiento y al segundo que fue el de las banderillas negras dónde por momentos logró algunos buenos muletazos; pero que no enderezan el rumbo de quién desafortunadamente actúa en muy contadas ocasiones.
Así las cosas concluye el año taurino en La México y se abre lo que será la recta final de la Temporada Grande hacia el 5 de febrero de 2016 fecha en la que habrán transcurrido 70 años de haberse inaugurado, nuestro coso máximo.
Esperemos que la constante sean los encierros bien presentados y los triunfos de los toreros que pongan en boca de todos que el toreo sigue vivo en nuestras tradiciones y que vamos hacia el 100 con el ánimo a tope.
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