Ocho con Ocho: Cuesta Arriba Por Luis Ramón Carazo

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Castella se repuso de una cornada y se vistió de héroe al salvar el festejo de aniversario

La reflexión que nos deja tanto la corrida del setenta aniversario de la inauguración de México, cuanto la del domingo 7 de febrero de 2016 es de lo mucho que habría que trabajar para poder encauzar a la fiesta hacia un derrotero más brillante.

De la corrida del aniversario me parece muy rescatable la actuación de Ignacio Garibay.

Por supuesto la actitud de vergüenza y celo de figura de Sebastián Castella, quién salió a torear después de un doloroso percance en su primer astado para lidiar el segundo y luego (aún que antirreglamentariamente) bordar una faena emotiva a un toro de regalo de La Joya,  de feas hechuras y cornalón pero de embestidas continuas,  aunque las hacia a media altura y punteando, para que el público en su mayoría, seguramente cansado de tanto toro light, estaba empecinado con el indulto. 

Al final fueron dos orejas para el francés y una vuelta al ruedo inmerecida a los despojos de un toro, que a algunos con su estampa, nos hizo recordar las fotos de los festejos pueblerinos de hace años con toros de media casta. No se me malentienda,  el toro de La Joya de ninguna manera lo era me refiero a su fenotipo o forma física.

Lo antirreglamentario fue que el anuncio de regalo de Sebastián lo debió hacer antes de culminar el tercio de banderillas del sexto, pues él era segundo del cartel y solo el tercero puede pedirlo en el último tercio de su segundo turno. Si bien él toreó el sexto por el percance no perdió su lugar de alternativa, pero en fin, minucias de forma que al final es fondo, como diría Don Jesús Reyes Heroles en la política.

El domingo la corrida de Pepe Marrón fue lo que desde hace años caracteriza a la ganadería, presencia en la raya de lo justo, nobleza al extremo, debilidad y ahora se anotó falta de acometividad y desinterés por embestir,  que tal vez provoquen que una persona con tanta bonhomía y afición piense si el camino es el correcto o bien lo tome solamente como una muy mala tarde.

No me nace destrozar, extendiéndome  lo que tanto tiempo, dinero y esfuerzo,  le han costado construir a quién apuesta su tiempo y fortuna en su ganadería.

Pero el petardo de falta de bravura es evidente y no hay mucho que agregar, Pepe es autocritico y él sabrá cuál es su siguiente paso.

De los toreros del cartel del domingo subrayar la gran actuación de Juan Pablo Llaguno a quién le tocó en octavo lugar una astado al que supo extraerle a cuenta gotas el buen estilo para engarzar bellísimos muletazos en particular con la mano izquierda, importantes, con la espada tiene que practicar la suerte, pero fue una grata revelación verle tan seguro de sí mismo e inclinado hacia el toreo de altos vuelos.

Sus compañeros de cartel, Francisco Rivera, Diego Silveti y Fermín Espinosa a reflexionar el por qué la entrada fue tan magra, descorazonadora, para un cartel de las dinastías que los cuatro representan y en la que prevaleció la voluntad y las ganas de hacer bien las cosas, pero que reflejan la lejanía de México de Rivera quién reapareció después del  grave percance en Huelva el año pasado, pero que no venía a La México hace más de 15 años.

Diego quién no pudo triunfar rotundamente en la temporada como tampoco lo hizo Fermín o Arturo Saldívar por diferentes motivos, pero que quedan con la asignatura pendiente de reencontrarse en La México con una tarde grande. Silveti y Saldívar las han tenido, esperemos que Fermín la logre algún día.

A su favor pueden aducir que ahora la Ciudad de México tiene ahora como tradición adoptada la final del fútbol americano en los Estados Unidos y sí, pero ese evento y otros espectáculos, rivalizan con el toreo y habría que buscar como provocar a más aficionados como los que abarrotaron la plaza, el domingo 31 de enero de 2016.

Con entradas como las del domingo pasado es como para pensar muchas cosas una de ellas es que la afición ya no es la que era antaño y actuar en consecuencia.

Por lo pronto para el domingo próximo la confirmación de alternativa de Roca Rey con Arturo Macías de padrino y Sergio Flores de testigo con toros de Barralva nos levanta la moral para pensar que en una semana, todo pudiera ser muy distinto.

Una respuesta a “Ocho con Ocho: Cuesta Arriba Por Luis Ramón Carazo”

  1. Me gusto Juan Pablo LLaguno torero como dice usted de altos vuelos siempre bien colocado uno de la firma, trincherazo y naturales de torero muy caro me impresiono el trato que le dio al toro muy bien lidiado y el toro lo agrdecio al final ,era mucho mas interesante ver al Rivera mexicano que es un torerazo en san Luis lidio 6 toros de jose julian TOROS bien comidos algunos con cinco años y mas de 600 KG PERDON TAMBIEN RIVERA FERMIN es torero de dinastía me d la impresión de que a ARMILLITA lo que menos quier es torear y Diego despacio despacio como que trae mucha prisa

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