MANOLO CHOPERA: UN INOLVIDABLE EMPRESARIO VASCO.

Don Juan Sordo, Paco Camino, Javier Garfias, Manolo Martínez y Chopera en la ganadería de Xajay en México.

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En esto del toro existen muchos personajes y actores en torno al protagonista esencial que es el toro bravo. Los empresarios no siempre cuentan con buena fama. Pero en la historia han existido buenos empresarios.

Entre todos ellos existe una dinastía mítica y famosa, los Chopera.

Una familia vasca; guipuzcoana, ligada al espectáculo taurino desde el año 1920. Fue en aquellos tiempos cuando el primer Chopera, de nombre Severino comenzó con el negocio de los caballos cuando estos no tenían peto. Al llegar la imposición del mismo cambió el negocio y se embarcaron en la organización de festejos. Fue D. Pablo Martínez Elizondo, hijo de aquel, el que tomó las riendas del negocio y organizó la primera corrida de toros en Pamplona en 1933. Fueron aumentando los dominios de la familia extendiéndose a la Francia taurina y plazas del norte de España.

Pronto se hicieron un nombre importante y respetado dentro del empresariado. Pero fue a finales de los 50 cuando sus hijos Jesús y sobre todo Manolo pusieron el nombre Chopera en lo más alto de la historia del toreo.

Manuel Chopera (1927-2003), fue casi medio siglo el mejor empresario de toros del mundo. Relanzó las plazas francesas de Bayona, Mont de Marsan, Tolousse, entre otras. Bilbao, Logroño, Salamanca y Almería fueron ferias organizadas por Manolón durante décadas. Su poder se extendió a toda la América taurina llevando todas las plazas de Colombia, Venezuela y construyendo no pocas.

Las ferias organizadas por Chopera se caracterizaban por la excelencia y la categoría. Esos carteles le hicieron ganar prestigio y levantar muchas ferias que estaban arrumbadas en la mediocridad.

También ejerció de apoderado de grandiosas figuras; como El Cordobés, Paco Camino, Ordoñez o Antoñete. Fue ganadero desde 1957 anunciando su hierro a nombre de Hijos de Pablo Martínez Elizondo de procedencia santacoloma. Pero lo que más le gustaba era ser empresario y fue en lo que se hizo “figura” grande.

Manolo Chopera basó su éxito en tres pilares; la afición desmedida, el trabajo duro y la seriedad. Con esas cartas consiguió el difícil equilibrio de las contrataciones de toreros y ganaderos. Nadie en el toreo habla mal de Don Manuel. Su capacidad de poner de acuerdo a las partes fue memorable. Una inteligencia sobresaliente y unos modales exquisitos le granjearon un respeto máximo en todo el orbe taurino.

Dicen que era el primero en llegar a la plaza y el último en irse. Se metía en los corrales para el manejo de toros y a la vez atendía a todos los compromisos sin descanso para que todo el personal estuviese a gusto.

En 1981, ya maduro de experiencia y sapiencia desembarcó en Las Ventas de Madrid. La plaza pasaba su peor momento y en nueve años levantó la plaza con imaginación y trabajo. Consiguió subir el número de abonados de cuatro mil a veinte mil. Miró siempre por el aficionado al que supo atraer y satisfacer. Madrid volvió a ser el eje del toreo y su importancia como plaza de referencia se debe en gran parte a los años de la Casa Chopera en Las Ventas. Volvió la seriedad y el toro íntegro.

Su gran proyecto fue  devolver a su querida y natal San Sebastián la plaza que habia perdido en los 70. Una idea que le rondaba y le obsesionaba. El Chofre fue derribado tras un oscuro movimiento ventajista de un advenedizo. De un plumazo desapareció una de las plazas con mayor categoria de España. El sueño de Manolo Chopera se hizo realidad en 1998 cuando inauguró el moderno coso de Illumbe. El esfuerzo económico de reinversión y de luchas con los políticos de turno tuvo el premio de una nueva plaza en Donosti. Volvían los toros a esa bella Easo gracias a un romántico aficionado que se dejó parte de su gran patrimonio en la construcción. Antes había levantado otras plazas como la de Badajoz y Logroño entre otras.

El legado que Manuel Martínez Flamarique dejó a sus hijos Oscar y Pablo ha sido magnífico; La marca CHOPERA. Ya está en funcionamiento la quinta generación familiar que sigue los pasos del gran señor empresario.

El listón quedó muy alto. La categoría, la afición, la intelegencia, el señorío y la entrega de Manolo Chopera son dificiles de igualar. Un empresario irrepetible e inolvidable que debe ser espejo de sus descendientes y de cualquiera que se dedique a este menester.

Fuente: espanafascinante.com

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