En la conferencia de presentación de la Temporada Grande en el ruedo de La México, Xavier Sordo se refirió a que existía un margen de error y que en el camino tratarían de enmendar para corregirlo o cuando menos eso entendimos algunos y por eso seguimos dando el beneficio de la duda para el planteamiento de las corridas por celebrarse en las próximas semanas.
En cuanto a la presentación de los astados, no creo que haya lugar a quejas; tanto Javier Bernaldo el sábado y como él con Xajay el domingo, han enviado reses con el trapío que no deja lugar a dudas y prueban de que lo del toro chico mexicano, bonito y con pobre encornadura, es un camelo que si bien funcionó en otra época, hoy es inadmisible.
Lo de dos españoles o no en el cartel, me parece que no pasa porqué sean o no del grupo especial en España, la corrida del domingo con el mano a mano de Joselito y Roca Rey prácticamente duplicó en asistencia a la del sábado con Zotoluco, Manzanares y Talavante lo cual parece indicar que colocar a dos toreros de dónde sean para que funcione, también implicará que tengan imán de taquilla y de esos sólo cuatro en México; José Tomás, Enrique Ponce, El Juli y Pablo Hermoso, los otros ni aquí ni allá en ese renglón, son estelares.
Las corridas en días distintos al domingo se tendrán que tomar como experimento, pues invertir más días de la semana para ir a los toros representa uso de tiempo y dinero, bienes escasos para el momento que vivimos y que además aderezado con un aumento con relación a la temporada pasada, se torna impopular.
Mi reflexión va en el sentido de que por más que a muchos taurinos les parezca ideal, a muchos y me incluyo, el toro de concepto light nos parece una lacra, eso sí en el entendido de que cada ganadero es libre de buscar lo que mejor le parezca en el comportamiento y morfología de los astados.
¿Qué se le puede decir a personas que tanto estimo y respeto como Xavier Sordo o Javier Bérnaldo? Cuando su ganado, con diferentes matices, salvo un toro de uno cada tarde, eran un compendio de falta de brío en la embestida y además fueron lo que ahora le llaman cheleros pues volteaban al tendido buscando constantemente al cubetero.
El primero de Xajay del lote de Roca Rey y que a punto estuvo de herir al peruano, embestía con la cabeza alta y lo toreó como lo hacían antaño a los toros de media casta, con la punta de la muleta en lo alto, eso sí, con primor, sello indiscutible del peruano.
Los aficionados se alejan de los cosos entre otras cosas por la manera en la que los tratan y se debe reflexionar en un momento en que lograr tercios de plaza es una hazaña. Con su ausencia, algún mensaje tendrían que captar los empresarios de inconformidad, aderezada también con la falta de afición de las nuevas generaciones y la mala situación económica por la que pasa el país y el mundo entero.
Aquello que señalé, espero que se entienda por bien de un espectáculo que languidece y no se ve por dónde se levante con la gloria de antaño y ciertamente con base en el toro light, no me parece que sea el camino correcto ¿O me equivoco, cómo opinan sus adoradores? A los buenos aficionados dejo la respuesta.
Y esperamos con ilusión lo que sigue pues de ninguna manera es fácil hacer empresa taurina y se aplaude que exista quién arriesga tiempo y dinero, pues es más por afición que por negocio su apuesta y eso merece reconocimiento pleno, ni duda cabe.