El hijo del ‘Niño de la Capea’ destapa la olla del escándalo y la indignación

El Capea en su pasada actuación en Durango.

Por Bardo de la Taurina.

Hablando de acontecimientos que no deberían de darse, apenas el hijo de esa gran figura que lo fue Pedro Gutiérrez Moya ‘El Niño de la Capea’ se brincó las trancas de la cordura, el buen orden, la ética, los principios y sobre todo el respeto al gremio de la torería, lo cual ocurrió cuando a una personita se le ocurrió poseer un título de matador (a) de toros para lo cual lo primero que requería era que los gremios toreros le avalaran los antecedentes que soportarían una ceremonia tan importante, la solicitud hueca, vacía, sin contenido a sabiendas de que en cualquier parte del mundo sería rechazada por no tener ningún sustento, fue presentada a la Asociación y a la Unión las cuales y por separado en automático la batearon para no degradar, humillar, abaratar lo que debe de implicar tomar una alternativa.

Ante eso, la viveza de la gente del toro salió a relucir ¿cómo? pues buscándose una plaza de toros que a lo mejor fue alquilada solo por esa tarde pa’ que en ella se realizara un acto ilícito y desde luego se requería de un padrino que aunque pareciese imposible se prestara a lo inverosímil, mas como aquí nada es imposible, alguien alzo la mano o los interesados dieron con quien se prestara y fuera cómplice no solo de esa simulación sino a ofender a la Fiesta Brava y a todos los matadores que con sacrificios, entrega, enjundia, dolor, pasión, ética, voluntad, merecimientos, años, experiencia, cornadas, fracturas, triunfos, méritos, acumulación de festejos y novillos han logrado ser merecedores de una alternativa, así fue que se montó la farsa.

El hecho ‘consummatum est’, ahora por salud e higiene a la brevedad se espera se dé a conocer las sanciones ejemplares que deben de caer sobre la empresa que montó ese acto la Plaza Alejandra de Durango, el nombre de quien pisoteo a la profesión cediéndole una espada y una muleta es Pedro Gutiérrez Lorenzo ‘El Capea Jr.’ a él se le debería de aplicar el 33 constitucional o inhabilitarlo por un largo período que siempre será corto comparado con el daño que ejerció coadyuvando con su desacato a la Fiesta Brava mexicana. 

México es un país que hoy más que nunca está siendo vulnerado por la debilidad de sus instituciones y por ello los gremios taurinos de ninguna manera deben de caer en ese catálogo, se sabe que la persona que se adjudicó ese título ya fue boletinada pa’ que no pueda salir al ruedo ostentándose como matadora, es decir ninguna empresa podrá anunciarla en corrida de toros, la señorita incauta con su actitud está en un verdadero brete, pues lo moral, lo ético y lo conducente sería que renunciara al título que ‘El Capea Jr.’ le simulo pero si este escalafón otorgado no tiene ninguna validez ¿a qué va a renunciar? La sanción que supuestamente se le viene encima especulando ¿podría ser la expulsión del gremio al que pertenecía? Pero eso también es como humo pues es de suponerse que al no acatar la negación de las instituciones gremiales en automático se auto desafilio.

Y solo precisar que hemos omitido el nombre de la señorita que derramó la leche porque en este país el oportunismo torea de la mano del morbo y no vamos a dar carrete o publicidad que coadyuve a que por ahí se monte una encerrona o un mano a mano entre ‘El Capea Jr.’ y la protagonista y menos suponiendo que su incipiente carrera pudiese estar terminada.

Y al juez que aprobó al igual que al inspector de callejón que permitió anomalías en la ´ceremonia´, ¿ya el municipio los inhabilitó en sus funciones?

¿Habrá valido la pena desafiar a las leyes del hombre y de la naturaleza? porque después de apenitas haber matado seis novillitos en su vida de ‘focos’, un toro con cinco años, a la que podría matar, es a la insipiente torera. Y entonces a las que les van a cargar la muerta serán; a la Asociación de Matadores y a La Unión de Toreros. Por cierto, ¿Cuál habrá sido el móvil de hacerse matadora, de ésta jovencita? No lo sé, lo que sí sé, es que ella no ha visto y aprendido de esa escena que todos tenemos grabada, cuando Juncal dice: Las prisas son para los delincuentes y los malos toreros.  

3 respuestas a “El hijo del ‘Niño de la Capea’ destapa la olla del escándalo y la indignación”

  1. Es muy fácil buscar un chivo expiatorio y cargarle con todas las culpas. El Capea Jr. no hizo sino cumplir con un contrato para el que fue requerido, matar una corrida d toros. Él no tiene más responsabilidad que la que tienen todas y cada una de las ” figuras ” del momento actual y que ha sido imponer el pseudotoro, es decir, el torito de peluche que da más lástima que respeto. Lo que ha dejado claro meridianamente el asunto, es que cualquier aficionado práctico puede hacer con el torito lo que hacen esos mencionados ” héroes ” cada tarde y que tanto festejan los críticos pesebreros. Y para más inri, que lo haya hecho una jovencita, si hubiese sido un jovencito, tal vez se habría levantado menos polvareda. El señor Arturo López debería, creo, dejar de lado lo anecdótico y luchar porque a las plazas vuelva el toro que infunde respeto. Este hecho no es nuevo, por cierto. Manuel Jiménez ” Chicuelo ” concedió la alternativa en Utrera, provincia de Sevilla, a Juan de Dios Pareja Obregón, conocido poeta, pregonero de fiestas y consumado bohemio que vivió en el Aljarafe sevillano y que quiso tener una tarjeta de visita en la que figurase como profesión ” matador de toros “. Accedió Chicuelo a tal pretensión el día de su retirada de los ruedos y cuando terminó la corrida, en la que Juan de Dios había estado rematadamente mal, le dijo a su ahijado: ” Compadre, en esta corrida ha habido una alternativa y dos retiradas “.
    A lo cual preguntó el alternativado : ¿ Cuales retiradas maestro ?. Y Chicuelo le espetó : ” La suya y la mía “

  2. al autor de este artículo, que bajo la sombra del anonimato lanza la piedra y esconde la mano, y que… pisotea el o los nombres de personas que se juegan la vida delante de un toro. Debería de indagar un poco más sobre los hechos y el reglamento. No quiere decir que la chica no estaba preparada… sino que, “como es costumbre” señalan un numero de festejos para poder ser matador de toros… además de que trata de despotricar alrededor de “el hecho”…

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