Rehuelga, con un corridón, hace trizas las teorías del taurinismo

El boleto de la lotería se llamo liebre, corrido en quinto lugar. Foto Plaza 1.
Por Carlos Ilián.

A pesar de la exagerada vuelta al ruedo al quinto toro, un notable para la casta y la seriedad de la corrida

Para ridículo del taurinismo, desmontando otra vez sus interesadas teorías sobre el peso, volumen y edad del toro “ideal”, ayer salió un corridón de Rehuelga con un promedio de 578 kilos, todos cinqueños y dieron un espectáculo por su movilidad, pelea en varas y algunos por su juego soberano en la muleta. El cuento del toro que embiste o sea ligero de kilos, utrero adelantado y descolgado de carnes vuelve a quedar hecho trizas en Madrid.

Si el otro día fue la corrida de Garcigrande, ayer los santacolomas de Rafael Buendía vuelven a demostrar que cuando hay casta detrás el peso y la edad no determinan el juego del toro. No fue la de Rehuelga la corrida perfecta, ni mucho menos, y hasta la vuelta al ruedo al quinto resultó una exageración triunfalista de la presidencia, pero la corrida dejó una huella de casta y en algún caso de bravura que merece un notable.

La corrida ha sido un canto a la casta. Una casta que Alberto Aguilar soportó por partida doble con el lote de la tarde. Le costó un mundo su primero y tardó en encontrar el temple y la distancia en el quinto, entendiendo que debía ligar dejando el engaño en la cara del toro para embarcar la embestida sin solución de continuidad y cuajar naturales y redondos muy serios en su concepción, Un feo espadazo afeó el conjunto.

Pérez Mota tuvo en el sexto el toro soñado en Madrid. Con generosidad abrió, de una vez, por naturales, capeando el torrente de embestidas. Por el pitón derecho alcanzó sus mejores momentos ante un toro que pedía mucho más. Le faltó continuidad y se notó lo poco que torea. Fernando Robleño, sin dejar de insistir en su lote, estuvo espeso y por debajo del cuarto. Al finalizar la corrida fue obligado a saludar el mayoral de la ganadería.

Plaza de Madrid. Vigesimoctava corrida. Menos de tres cuartos de entrada. Toros de REHUELGA y uno de SAN MARTÍN (7), serios, hondos, de gran pelea en varas, 5º y 6º de embestida encastada. Al 5º le dieron una exagerada vuelta al ruedo. 

FERNANDO ROBLEÑO (4), de grana y azabache. Dos pinchazos y estocada (silencio). Estocada caída y seis descabellos. Un aviso (silencio). 

ALBERTO AGUILAR (6), de rosa y oro. Pinchazo y estocada corta desprendida (silencio). Estocada caída (saludos). 

PÉREZ MOTA (5), de carmelita y oro). Dos pinchazos y estocada (algunos pitos). Pinchazo y estocada (palmas).

Fuente: Marca

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