Opinión: Los Adame, reunidos en un mismo cartel… ¡en España!


Por Alcalino.

Para el próximo 13 de agosto, la moderna plaza de Illumbe anuncia esta terna dentro de la Semana Grande de San Sebastián: Joselito Adame, Alberto López Simón y Luis David Adame con toros de El Parralejo

Como si, mágicamente, el tiempo hubiera retrocedido 70, 80, 100 años. Si la empresa armó tal combinación pensando más en aligerar gastos que en llenar la plaza, ése es su asunto. A nosotros nos toca quedarnos con lo grato del insólito suceso: dos mexicanos, y por añadidura hermanos, reunidos en el mismo cartel. En corrida de toros. Y en una plaza española de primera. Vaya vaya.

Tampoco significa que estemos a las puertas de una nueva edad de oro para nuestra tauromaquia. En realidad, Luis David todavía no se estrena como matador en España –la alternativa la tomó en Nimes a fines de la temporada anterior (18.09.16)–, y su hermano José lleva toreadas sus dos corridas de rigor en San isidro, la de Sevilla y la de Badajoz. Nada más. 

Antes de la insólita cita donostiarra, Joselito Adame tiene escriturada una tarde en Francia y otra en Santander, ciudad donde ambos –Luis David todavía novillero– triunfaron fuerte hace un año. 

El hermano chico parece que tendrá oportunidad de actuar en un pueblo de Andalucía poco antes de hacerlo en San Sebastián. Escasísimo rodaje. Como sea, les toca apretarse los machos y salir a darlo todo. La corrida puede embestir, porque El Parralejo tiene una interesante trayectoria como abastecedora de buenas novilladas. Y López Simón, tras el batacazo isidril, está pujando por regresar a los primeros planos. No es torero de clase pero sí de decisión. Seguro se arrimará y les dará pelea.

En tiempos de Gaona

San Sebastián –el viejo y desaparecido Chofre– fue la plaza predilecta del “Indio Grande”. En plena época de oro del toreo, le cortó allí el rabo a un pablorromero en la Semana Grande de 1917; siempre confesó que aquella era su plaza, donde mejor tratado y más a gusto se sentía. Dejó en prueba reiteradas victorias sobre Joselito El Gallo, nada menos, ratificadas sin discusión en su mano a mano del año 16 el día grande de la feria –15 de agosto–, cuando puso cavilar así al muy gallista crítico: “Gaona es un enérgico estimulante para Gallito”, escribió; Rodolfo se alzó esa tarde con la única oreja y, una vez más, salió de la plaza en hombros. Cosa que le ocurrió a menudo, incluso en la corrida de ocho toros anunciada como el cartel máximo de la época: El Gallo, Gaona, Joselito y Belmonte, con cuatro toros de Murube y cuatro de Santa Coloma. Y fue el mexicano quien desorejó a su lote y abrió la puerta grande (19.08.14).

Mas, para efectos de esta columnilla, lo relevante es que, en ese mismo año 14, habían alternado allí por primera vez dos toreros nuestros –Rodolfo Gaona y Luis Freg–, con Rafael El Gallo encabezando la terna y ganado de Miura, nada menos (23.08.14). De salida, el primero se llevó por delante al hermano de Joselito sin herirlo, pero el gran calvo decidió quedarse en la enfermería y dejarles la miurada a los mexicanos, que tuvieron una gran tarde. Como seguirían siendo casi todas las de Gaona en años sucesivos.

En tiempos de Armilla

Entre 1928 y 1946 –necesariamente excluidos los ocho años que duraron los efectos del “boicot del miedo”–, Fermín Espinosa Saucedo toreó 43 veces en España, 15 en Francia y siete en Lisboa con al menos otro diestro paisano en el cartel. Significativamente, estando anunciado Fermín, fueron más las ocasiones en que los franceses contemplaron una terna totalmente mexicana (cuatro) que lo que se les permitió participar de semejante exceso a públicos españoles (tres). Y los lisboetas los que más, si bien en Portugal los toros no se matan a estoque y en el ruedo.

Pequeño dato adicional: de toda la geografía española, fue en Barcelona donde más veces toreó Fermín (35), y también la donde en mayor número de ocasiones estuvo encartelado con algún diestro paisano (13). Barcelona, ciudad eminentemente taurina, abierta, cosmopolita, generosa. En otro tiempo, claro.

Dos hermanos en el mismo cartel

Pero más allá del recuento anterior, indicativo de la grandeza universal del Maestro de Saltillo, así como de la prominencia de aquel toreo mexicano en cosos del viejo continente, está el dato revelador: los Espinosa Saucedo –Juan y Fermín– han sido los únicos hermanos, antes que los Adame, en coincidir en un mismo cartel como matadores. Y no una vez, cuatro.

Para empezar, fue Juan quien le cedió muleta y espada al menor de la dinastía cuando Fermincito, con 16 años, hizo en Barcelona su presentación en España. Lo de confirmar la alternativa incluso fuera de Madrid era cosa del reglamento de la época, que no reconocía más doctorados que los recibidos en cosos de la península ibérica. El asunto es que Juan y Fermín partieron plaza en la monumental catalana al lado del valenciano Vicente Barrera, y que a Fermín le cedió Juan la muerte del abreplaza “Bailaor”, de Antonio Pérez de San Fernando (25.03.28). Esa fue su primera corrida juntos, triunfal para Armillita Chico.

Las otras tres se desglosan así: en Béziers (Fr), los acompañó el madrileño Antonio Sánchez con ganado de Alonso (03.06.28); en Logroño, Valencia II fue primer espada, y los toros de García Aleas (08.06.28); y, por último, en Tetuán de las Victorias –el suburbio madrileño donde Rodolfo Gaona había recibido la alternativa dos decenios atrás (31.05.08)–, alternaron con el Ricardo González para dar cuenta de un encierro de Llanos, grandulón y pasado de edad, y aun con las taleguillas rotas, los tres salieron en hombros (13.07.30). No eran tiempos de bonanza para la terna en cuestión, y tuvieron que arrimarse en serio a los destartalados morlacos.

Si bien Armillita Chico no tardaría en escalar hasta consagrarse como la inmensa figura que fue, Juan tuvo de abandonar muleta y espada, para constituirse, con Zenaido, el otro hermano torero de los Espinosa Saucedo, en la mejor cuadrilla de a pie que ha tenido México. Siempre a las órdenes de Fermín.

Otros antecedentes donostiarras

En lo que se refiere a San Sebastián y su agosteña Semana Grande, el cartel aquel de 1914 que reunió al leonés Rodolfo Gaona con Luis Freg no sería el único con dos mexicanos compartiendo función. Porque el 15 de agosto de 1935, el Chofre vio partir plaza a Fermín Armilla y a Lorenzo Garza para alternar con Marcial Lalanda y Manolo Bienvenida, artífices ambos del boicot antimexicano de 1936. Por algo sería. En esa ocasión los toros fueron de Escudero Calvo, los actuales victorinos.

Resuelto el pleito y firmado, en 1944, el primer convenio hispanomexicano, Armillita volvería a verse anunciado al lado de otro paisano, David Liceaga en esa ocasión (26.08.45). Despacharon una corrida de ocho toros Sánchez Fabrés con “Gitanillo de Triana II” y Manolo Escudero, el fino torero de Madrid que, el año anterior, había sufrido allí mismo una gravísima cornada al hacerle un quite al potosino Gregoria García. Pintaron bastos para David, pero Fermín, por no perder la costumbre, paseó en triunfo tres orejas.

Con Roca Rey y Colombo, América presente

No hay presente sin pasado ni futuro sin presente. Hoy por hoy, la América taurina pisa fuerte en España gracias a un peruano –Andrés Roca Rey, matador–, y un venezolano –Jesús Enrique Colombo, líder del actual escalafón novilleril.

Con Roca Rey hace tiempo cobró actualidad la frase “si lo respetan los toros…” Por lo mucho que expone, no porque no sepa torear (que torea y mucho, pero se arrima… aún más). Este año, los toros dejaron de perdonarlo. Y en Pamplona, donde reaparecía de una cornada, sufrió otra, enteramente fortuita, al quebrarse su estoque y dejarlo a merced de los pitones a medio volapié. Tiene un valor de tan buena cepa y tal sentido de la entrega que reapareció tan firme como siempre. Lo que sí flaquea con las cogidas es el sitio, y eso también se notó. Con sello y reconocimiento de figura en un tiempo récord, necesita –y merece– que la suerte vuelva a hacerle justicia.

En cuanto al joven de San Cristóbal, aúna también decisión y buena técnica. Y cabeza de torero. Y excelente corte. En Madrid, antes y después de San isidro, cartó orejas y causó sensación. El golpe de audacia más reciente lo dio en la novillada sanferminera. Mucho promete, y la galería histórica del toreo venezolano –donde César Girón fue rey– tiene en reserva, desde hace mucho tiempo, un lugar de honor en espera del guapo que sepa ocuparlo. Aquí está, en Jesús Enrique Colombo, un candidato capaz de eso y más.

Publicado en La Jornada de Oriente

Una respuesta a “Opinión: Los Adame, reunidos en un mismo cartel… ¡en España!”

  1. ¡GRACIAS! Alcalino. Que gusto proporciona leer a periodistas serios y bien documentados. ¿Quien mas podría haber traído a la luz semejantes anécdotas?

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