​Ocho con Ocho: Aquellos viejos tiempos Por Luis Ramón Carazo

Ademas de muchos toreros, Marilyn Monroe fue homenajeada en El Taquito en 1962. En el restaurante del centro histórico El Taquito, la actriz estadounidense comió mole, chalupitas, tacos de gusano de maguey y tomó mezcal. 

El restaurante taurino El Taquito ubicado en la calle del Carmen cumplió cien años de existencia y recordé que a Lalo Gazcón quíén hoy es un próspero comerciante pero que en sus años mozos ocupó el puesto de garrotero y de cajero cuando en su juventud, pretendió convertirse en novillero. El sitio le era cercano a la tienda de su papá y podía convivir en el mejor restaurante de ambiente taurino, con figuras de tanto renombre como Garza, Silverio, Armillita, Manolete entre otras muchas, que por ahí se reunían a chanelar de toros.

En el libro: ”El Taquito una historia que contar” Su autor Rafael, hermano de Marcos y miembro de la descendencia de los Guillén, en su tercera generación desde los fundadores del lugar. En sus páginas se narra y se muestran imágenes de un lugar emblemático de México.

Entre otras muchas anécdotas,  la celebérrima de cuando a la cárcel del Carmen,  fue trasladado Lorenzo Garza. Lorenzo en un lapso de días, primero obtuvo los máximos trofeos que se otorgaban en aquella época oreja y rabo el 11 de diciembre de 1946 en La México de dos toros de Pastejé, Amapolo I y Buen Mozo, con la respuesta de Manolete de una oreja en su primer toro y los máximos trofeos de Manzanito, el segundo de su lote.

Fue también la fecha de la presentación de la ganadería de Eduardo Iturbide (descendiente de Agustín Iturbide) en el coso de Insurgentes y que según relatan quienes estuvieron, que se caracterizaba por ser muy codiciosa en sus embestidas. El tercer hombre fue el Ahijado de El Matadero quién confirmó alternativa.

Luego, vendría la anécdota de la cárcel para Garza para ser preciso el 19 de enero de 1947, se lidió esa tarde, un encierro de San Mateo que por el poco trapío, fue protestado ruidosamente por el público que llenaba hasta el reloj la plaza de toros México. Garza actuó con gran displicencia. Fue cuando un aficionado de las barreras de sombra, le lanzó un cojín al rostro al llamado Ave de las tempestades, quién tomó un estoque para tratar de vengar la afrenta, subiendo al tendido para herir al agresor.

Uno de los restaurantes mas antiguos de la Ciudad de México y quizas de Latinoamerica.

El aficionado que golpeó con el cojín a Garza, fue el papá del que fuera por muchos años directivo del fútbol con el Puebla, Emilio Maurer y afortunadamente Lorenzo antes de atravesarlo, fue detenido.

Con Garza, actuaron Manolete y El Vizcaíno llamado así no por ser natural de Vizcaya, sino por ser un poco bizco. La inusitada bronca es tal vez la peor de la historia del coso capitalino. Se multó con diez mil pesos a la empresa por haber vendido más boletos de los autorizados y con cinco mil a la ganadería de San Mateo, por la poca presencia del ganado.

Parte del público muy encrespado, destruyó a todo cuanto tuvo a su alcance, el reloj, los anuncios, los respaldos de los asientos y los arrojó al ruedo. Garza fue llevado a la cárcel del Carmen y también fue multado con diez mil pesos. Durante el festejo, Manuel Rodríguez (Manolete), le cortó la oreja y el rabo al toro Boticario y Arturo Álvarez El Vizcaíno toreó por última vez en la plaza México.

Hacia la zona de El Carmen se trasladó gran cantidad de personas; Paco Malgesto realizó un control remoto desde la cárcel. De El Taquito salieron las viandas para Garza y muchas personas que aguardaron en sus salones hasta que saliera de la cárcel el regiomontano.

Por el suceso, las ocho columnas de los diarios, se las llevó Garza obligando a Manolete a declarar: ”ni por ser el máximo triunfador aparecía en primer plano” Por la detención de Lorenzo, hubo un fiestón en El Taquito y también otro popular en las calles aledañas en dónde se ofrecieron todo tipo de antojos para los que iban de curiosos a ser testigos del suceso. Tal vez por esa razón los honorarios del regio eran según dicen, un peso más que los del cordobés.

El prólogo es del inolvidable Jacobo Zabludovsky, quien señala que “antes de que la ciudad se mudara quien sabe a dónde, ‘El Taquito’ era el centro de un reloj que a las doce marcaba Tepito, a las tres el Abelardo Rodríguez, a las seis La Merced y a las nueve La Lagunilla. Era el centro del Centro”.

El Taquito sigue en pie en una zona plagada de vendedores y de tiendas, pero entrar es como viajar en el túnel del tiempo a un lugar con la magia de los grandes sitios, como fue la casa de Coahuila,  el jueves 3 de agosto de 2017 con la muestra de Ramón Reveles quién a sus noventa años,  sigue plasmando la tauromaquia ahora acompañado por alumnos destacados en el arte del pincel como el matador, Humberto Flores.

Es para cantar: “caminos de ayer pasado de un romance que fue” Cómo me acorde está semana de nuestros viejos, presentes en el planeta y en el cielo.

***

La Historia de Marylin Monroe en El Taquito.

De SOL y SOMBRA.

El 22 de febrero de 1962, Teodoro Aceves, gerente del restaurante El Taquito, en el centro histórico, recibió una llamada del propio regente de la ciudad, Ernesto P. Uruchurtu. Le recomendó que preparara el lugar para recibir a unos invitados de lujo. La anécdota la cuenta Rafael Guillén, dueño del famoso establecimiento taurino.

¿Quiénes serían esos invitados de lujo? ¿Acaso el presidente Adolfo López Mateos? No hubiera sido extraño, pues era cliente del lugar. Pero no era el caso.

En una entrevista realizada en 2009 por el periodista Alberto Cabor, don Rafael Guillén, padre, recordó esa tarde. “El negocio estaba casi lleno. De inmediato, uno de los muchachos, emocionado, corrió hasta mí para decirme casi gritando: ´ ¡Señor Guillén, señor Guillén, ahí viene Marilyn, ya llegó!´ Me acomodé rápidamente el cabello y la corbata, y salí a recibirla”. La luminaria iba acompañada del escritor cinematográfico José Bolaños, mexicano, con quien supuestamente tuvo un romance.

Ese día, la actriz de Una Eva y dos Adanes comió carnitas, mole, chalupitas, guacamole, gusanos de maguey, acompañados de tequila y daiquirís. Un mariachi, traído ex profeso para la ocasión, alegró el banquete.

Cerca de tres horas estuvo Marilyn en el emblemático restaurante de la calle del Carmen. 

Al terminar, se dirigió con sus acompañantes a la casa de “El Indio” Fernández, actor y director de cine, ubicada en Coyoacán, donde pernoctó y quien le enseñó cómo tomar tequila con sal y limón. 

Twitter @Twittaurino 

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