​Ocho con Ocho: Tópicos varios Por Luis Ramón Carazo

Miguel Aguilar. Foto por Briones para NTR Toros.

El poner nombre a los toros es una cualidad que algunos tienen para que su recuerdo quede en la memoria de los aficionados, es sabido que en España los nombres tienden a repetirse al tomarlos del nombre de la madre para su nomenclatura, en México más bien el ganadero lo hace como le nace,  antes del sorteo.

Es conocido que uno de los ganaderos mexicanos de mayor prosapia,  Don Alberto Baillères en los nombres de sus encierros engarza un pensamiento principalmente dirigido hacia sus seres más queridos, cuando lidió una corrida de castaños en los setenta en La México, salió a relucir como contemplaba a sus hijos, hoy en día algunos de ellos son sus colaboradores cercanos como Juan Pablo en la división agropecuaria y Alejandro, el vicepresidente de Grupo Bal. 

El domingo 3 de septiembre de 2017 en La México,  Miguel Aguilar lidió un novillo de nombre Torero,  al que le cuajó una faena con mucho sabor ante el comportamiento huidizo del novillo de Caparica,  pero que cuando pasaba en los pases de muleta lo hacía con temple. Al finalizar el festejo, con dos orejas en la espuerta,  salió en hombros.

Roberto Viezcas, Manuel Muñoz Cano y Julio Muñoz Cano decidieron hacer un homenaje a quién se recupera de graves cornadas sufridas en San Luis Potosí en días recientes y me refiero al tlaxcalteca Sergio Flores.

Sergio, Va por ti, Tlaxcalteca, Valiente, Torero, Y amigo, fueron los nombres asignados a los novillos de Caparica ganadería que se ubica en el Estado de México.

Juan Pedro Llaguno y Tato Loaiza hicieron su esfuerzo,  pero se quedaron en la orilla y con las ganas de acompañar a su compañero de Aguascalientes en su salida a hombros, ya leerán o verán los detalles del festejo más adelante en De SOL y SOMBRA. 

Marcha bien la temporada novilleril en La México.

Pero siempre es justo recordar y les comento que le hablé a Eloy para desearle un feliz cumpleaños y con su peculiar estilo me contestó que lo celebró toreando para no perder la sana costumbre recordamos que Cavazos, nació el 25 de agosto de 1949, en Villa Guadalupe, Nuevo León e hizo su debut como becerrista en 1959 y fue el 12 de julio de 1966 cuando debutó en su categoría de novillero en la Plaza México, alternando con Gonzalo Iturbe y Leonardo Manzano, con novillos de Santa Martha.

El novillo de la presentación en la capital de nuestro país se llamó Trovador y su actuación fue destacada, al recibir como premio por una faena vibrante, las dos orejas. El hijo del guardián de la plaza de Guadalupe se convirtió con el transcurrir del tiempo en figura del toreo habiendo iniciado su formación desde los 8 años, es decir hace más de sesenta años,  cuando integraba una cuadrilla de niños toreros.

El 28 de agosto de 1966, hace cincuenta años, en Monterrey, Nuevo León en la plaza Lorenzo Garza fue ungido matador de toros por su padrino el torero de León, Guanajuato, Antonio Velázquez y el testigo Manolo Martínez quien por cierto, el 16 de agosto cumplió años de haber dejado el mundo material. Con Generoso de la ganadería de San Miguel de Mimiahuápam, empezó su carrera como matador de toros en la cual compitió fuertemente con Manolo Martínez, entre otros.

La plaza recientemente cumplió de inaugurada, 80 años.

Su historia es propia de una novela, motivante para quienes pretenden escalar en la vida, cuando niño sufrió muchas carencias económicas, aunque rebosaba el amor familiar, cuando se le toca el tema de su pasado infantil, se le llenan los ojos de lágrimas, sabe que tuvo que luchar a brazo partido para llegar a ocupar un sitio importante como figura del toreo.

En La México, obtuvo ocho veces el trofeo máximo de un rabo.

En España fue un cañón, y su estadística en Madrid es una de las más contundentes entre los toreros  mexicanos, 8 actuaciones, 6 orejas y 2  salidas a hombros en la plaza de las Ventas, solo Carlos Arruza lo supera con una más recordando que para salir en hombros en Madrid, se tiene que obtener al menos dos orejas en la actuación, lo cual por lo exigente del público, es muy complejo.

Eloy es el último matador de toros mexicano en salir en hombros por la Puerta Grande hace ya más de cuarenta años.

En el camino de su vida, muchos, en especial Rafael Báez como apoderado, le han dado su apoyo, pero como el poeta sabiamente afirmaba, Eloy es el arquitecto de su propio destino y en un festival, en su cortijo en su tierra natal,  lo celebró toreando y triunfando. Que así siga su existencia y las novilladas en La México, viento en popa.

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