Tlaxcala capital merece una feria taurina a la altura de su prosapia

Por Jaime Oaxaca.

Tlaxcala capital merece una feria taurina que esté a la altura de su prosapia taurina, que valga la pena, esto es: con toros auténticos; es decir, reses con un mínimo de cuatro años de edad, con trapío de adultos y las cornamentas íntegras.

Mucho se cacarea que el toro de lidia es un símbolo del estado, que Tlaxcala es la entidad con más ganaderías de bravo en el país, que es la única que tiene una dependencia para el desarrollo taurino, que tiene la plaza más bella del país, todo es cierto, pero a la hora que se abre la puerta de toriles, difícilmente sale un toro. No existe congruencia.

Al menos desde 2011, la cuestión taurina de la feria de la capital del estado ha sido desastrosa. Dos empresas intervinieron, tres años lo hizo Rafael Herrerías, dos Pablo Moreno y uno lo campechanearon. Con todo que son consideradas empresas taurinas importantes, a Tlaxcala sólo vinieron a dar palos con el beneplácito de las autoridades correspondientes, incluyendo los jueces de plaza.

¡Cada plaza tiene su toro y su trapío!

El que le han asignado a Tlaxcala, empresarios, ganaderos, toreros, es paupérrimo. Esa fue la realidad.

Si dos empresarios con potencial taurino y económico llegaron a Tlaxcala a pisotear la fiesta y echar novillos en lugar de toros, es porque taurinamente carece de valor, a ninguno de los dos empresarios les importó que la tierra de Xicohténcatl sea emblema del toro bravo.

Qué el estado tuviera recientemente un gobernador criador de toros bravos, lejos de beneficiar, perjudicó, porque Mariano González, propietario de La Soledad y Los González, prefirió favorecer a sus amigos, se hizo de la vista gorda perjudicando a los ciudadanos que lo eligieron como gobernante.

Se dice que el actual mandatario Marco Antonio Mena mencionó que no tiene compromisos con nadie, de ser cierta tal afirmación, es posible que Tlaxcala recupere su tauromaquia, sólo entonces habrá congruencia entre la fama y el toro que se lidie en la plaza.

De nada sirve tanto taurinismo si la fiesta brava es una vacilada.

Al parecer existen varias empresas que quieren organizar la feria de noviembre, es normal, porque Tlaxcala da prestigio y sobre todo, les pueden dar cualquier cosa a los aficionados, al fin que no hay quién mueva un dedo para remediarlo. Al menos así fue en los últimos seis años.

Huamantla, otra ciudad tlaxcalteca, también sufrió durante varios años de burlas por parte de diferentes empresarios; sin embargo, este año lo solucionaron. El propio ayuntamiento agarró al toro por los cuernos, tanto que él mismo organizó las corridas de toros de su feria de agosto. Los resultados se vieron en el ruedo. De 26 reses que salieron por toriles, 23 tuvieron trapío.

Huamantla ya solucionó el problema. ¿Tlaxcala capital podrá?

Evidentemente no se trata que el ayuntamiento haga empresa, de hecho la presidencia municipal tiene algunos problemas de credibilidad taurina por algunas de las corridas que organizó. La organización de la feria Tlaxcala 2017, corresponde al estado, no al municipio.

Así que los estatales deberán asesorarse de alguien que no tenga compromisos con empresas, ganaderos o toreros. Pululan las almas caritativas que navegan con bandera de inocencia, les sobra labia, pero en realidad son tiburones repletos de compromisos que buscan encajar el colmillo.

Parece que este año no habrá dedazo pero si no se aplican existe la posibilidad que la afición sufra otra estocada, no permitan que los nuevos empresarios le den atole con el dedo.

Es tiempo de congruencia.

Publicado en El Popular

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