Es lo que digo yo: El toreo no ha muerto, regresó José Tomás 

José Tomás en la Plaza México. Foto Ángel Bernal.
José Tomás en la Plaza México. Foto Ángel Bernal.

Por Luis Cuesta –  De SOL y SOMBRA.

Después de un largo año en el retiro José Tomás regresó a la Plaza México dispuesto a derrotar el recuerdo de su última aparición en este escenario y vaya si lo consiguió.

Por una extraña y novedosa situación previo al festejo Guadalupano, gran parte de la afición era anti-tomasista. Incluso una parte de la prensa “oficialista” se sumó contra el torero de Galapagar con un entusiasmo desenfrenado y en una escala que, en algún momento, habría sido verdaderamente inimaginable en otros años.

Pero lo que sucedió el pasado martes en la Plaza México, fue un triunfo de la razón que venció algunas ideologías e intereses.

Fue un grata experiencia volver a ver a José Tomás en plenitud, un torero que para muchos representa, al igual que Enrique Ponce, el espíritu de una época y de un período de tiempo muy especial de la fiesta brava.

¿Porque regresa José Tomás si ya no tiene nada qué demostrar? Yo quisiera creer que regresa porque para el vivir sin torear no es vivir, como le dijo a la escritora Almudena Grandes.

Si analizamos con detenimiento sus arriesgadas reapariciónes, estas implican siempre un «punto de no retorno».  Es decir, José Tomás es como el jugador que ha apostado todo a una tirada de dados, ganar o perder y que generalmente la suerte esta de su lado.

A José Tomás o se le ama o se le odia, no parece existir término medio —ni él parece desearlo—en la opinión que se genera en torno a su figura. José Tomás parece ser siempre un artista en continuo equilibrio de búsqueda incesante e inquieto deambular a pesar de sus contadas apariciones en los ruedos. Es un torero errante que se deleita en jugar al despiste ante propios y extraños que intentan perseguirlo con el tranquilizador cazamariposas del encasillamiento. Esto pasa en España, México y el resto del mundo taurino donde es idolatrado sin más.

Su actual toreo evoca en el aficionado  nostalgia y sus fugaces regresos nos dejan con la duda de si volveremos a verlo alguna vez más en alguna plaza.

Ahí en la nostalgia para los viejos y en la resurrección para los jóvenes, radica el misterio y la gran mercadotecnia que envuelve a este torero, a quien me atrevo a decir es también el último genio del marketing taurino.

José Tomás sabe que hoy en día no basta con estar bien en la plaza y es ahí en donde entra ese aparato de prensa que previo a sus actuaciones, las convierte en verdaderos acontecimientos mundiales.

A José Tomás se le reprochará que no permita cámaras de televisión, ni compita con las primeras figuras en las principales ferias y para demeritar su carrera siempre se le pondrá como ejemplo la maratonica carrera de su máximo rival: Enrique Ponce.

Sin embargo en términos artísticos -aunque muchos olviden que el toreo es un arte- una obra extensa no necesariamente es sinónimo de calidad. Por ejemplo en el arte de la música Los Beatles duraron en activo tan solo 8 años y los Rolling Stones llevan más de 50 años juntos y su legado artístico, así como su repercusión es muy diferente. Lo mismo sucedió con Manolete y con Luis Miguel Dominguín en su época o con la primera etapa de matador de toros del Cordobés y sus rivales.

Las opiniones son muy subjetivas y si bien la carrera de Ponce ha sido más regular, pienso que la huella de José Tomás ha sido más profunda y honda para la historia del toreo al día de hoy.

Pero como las comparaciones suelen ser generalmente odiosas, es mejor agradecer el tener todavía en activo a estas dos grandes figuras del toreo, porque lamentable no será por mucho tiempo más, ya que ambos maestros se encaminan rápidamente hacia su quinta década.

En cuanto a la actuación de José Tomás del pasado martes en la Plaza México, quisiera finalizar diciendo que después de su presentación en esta temporada; esta, tiene un antes y un después.

Nuevamente José Tomás nos ha recordado la esencia de lo que es ser un torero puro y con un umbral de valor altísimo. Como lo escribió hace 20 años el inolvidable Joaquín Vidal en su crónica para el diario El País:

Y llegó José Tomás (…) Llegó José Tomás, se echó la muleta a la izquierda y acabó con el cuadro (…) El toreo no ha muerto.

Es lo que digo yo.

Twitter @LuisCuesta_

3 respuestas a “Es lo que digo yo: El toreo no ha muerto, regresó José Tomás ”

  1. La actuación del Maestro José Tomás en la Plaza México el 12 de Diciembre mostró lo que debe ser el toreo de clase, el toreo como arte, la comunión entre toro y torero. Una vez más quedó demostrado que nos es necesario torear cada semana o cada fiesta parapstrar de lo que se es capaz. En tan sólo media hora nos devolvió la esperanza en la fiesta brava, en eso que muestran los grandes toreros, una clase y un arte inigualables

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