Por Jaime Oaxaca.
El pasado martes 12 de diciembre, es sabido, hubo un lleno en la plaza México. La reventa se quedó con los boletos de las localidades que quedaron vacías. El lleno anterior en el mismo lugar se efectuó en enero de 2016. Ambas corridas tuvieron en común que José Tomás fue parte del cartel.
Es evidente que sólo existe un diestro capaz de convocar tanta gente. Se llama José Tomás Román Martín un hombre con 42 años de edad y 22 de alternativa. Aunque alternó con otros tres extranjeros y cuatro nacionales, él, el de Galapagar, fue el que puso la plaza de bote en bote.
Llenar el embudo de Los Insurgentes era una de las asignaturas que tenía pendiente José Tomás, inclusive, toreó alguna inauguración, también un 5 de febrero, pero no lograba llenar, inclusive El Juli metía más gente que el propio Tomás.
Hasta que las aguas tomaron su cauce.
Por supuesto que el de Galapagar jamás ha tenido la parafernalia de medios de comunicación ni la prensa le hace apologías, ni le quema incienso como lo hacen con Ponce, Morante, El Juli, Hermoso de Mendoza y otros.
Este coleta quien ha dicho que prefiere la cornada a dar el paso atrás, tiene una pésima relación con la prensa, no sólo con la mexicana, también la española y seguramente de todo el mundo taurino. No hace declaraciones a los medios, no le gusta que lo graben para la televisión.
Para la mencionada corrida del 12, hubo prensa que lo boicoteó porque José Tomás, dicen, agrede la libertad de expresión. Están muy en su derecho de cobrárselas. Por supuesto que no todos, pero algunos de los boicoteadores tienen fama de chayoteros, existe quien afirma que el boicot fue porque no soltó billetes el famoso español. Sólo la Virgen de Guadalupe sabe quién tiene la razón.
José Tomás quien hiciera su primera aparición en público, vestido de corto, en Colmenarejo, en Julio de 1989, en una de las últimas entrevistas que dio a medios de comunicación fue a la televisión mexicana hace casi una década.
Era sabido los boicots que sufrió por Enrique Ponce. El entrevistador le pregunta, qué opinión le merece el valenciano.
“Yo pienso que él entiende el toreo como que hay que arriesgar lo menos posible. Digamos que no hay que pasar determinadas líneas y yo no lo entiendo así. Partiendo de esa base, te digo que vemos el toreo de manera opuesta completamente”.
Se dice que Tomás no quiso que Ponce entrara al cartel del día guadalupano, por cierto corrida benéfica para apoyo de los damnificados consecuencia de los sismos de septiembre pasado. Sin José Tomás no se logra una entrada como la que se tuvo el pasado martes.
Si bien es cierto que aquella ocasión de enero se lidió una corrida con algunos toros sin trapío, ahora el burel más cuajado se lo llevó el de Galapagar. Pocas veces un torero logra poner de acuerdo a todos en la plaza. Esas verónicas de recibo, el quite por gaoneras y los estatuarios, conmocionaron a todos los asistentes. ¡Qué forma de torear!
Los silencios para los cites, la expectación que causa este coleta que debutara de luces en Benidorm en julio de 93, son impresionantes. Durante la faena nadie se acordó de lo extra taurino, sólo importaban José Tomas y el de Jaral de Peñas. Lo que le vimos al torero fue independiente del premio del juez de plaza. Lo bailado nadie nos lo quita.
José Tomás está en todo su derecho a negarse a que sean televisadas en vivo sus actuaciones. Lo que no debería impedir es que se transmitieran diferidas. A la fiesta de los toros le hace falta difusión y su forma de interpretar el toreo es única, los aficionados merecen verla. La plaza más grande del mundo llena es otro acontecimiento digno de presumir, no es frecuente.
Matador José Tomás, no le niegue usted a los aficionados del mundo el privilegio de verlo torear, la tauromaquia lo necesita. Es un ejemplo para matadores incipientes, novilleros y alumnos de las escuelas taurinas, sus actuaciones son ejemplos a seguir. No es justo que su toreo quede en el limbo. Caramba… ser poco el amor y desperdiciarlo en celos.
Publicado en El Popular