Bregando: Villanueva, Raul Ponce y Rafaelillo son toreros con aroma

Rafael Gil Rafaelillo. Foto altoromexico.com

Por Jaime Oaxaca.

El último día de este marzo, el sábado de gloria, se realizará en la plaza Jorge El Ranchero Aguilar de Tlaxcala, precisamente la corrida de la Gloria, está vez se trata de un festejo único. Juzgue usted: Miguel Villanueva quien nació hace 69 años y tiene 48 de alternativa; Raúl Ponce de León, con 70 y 48 y Rafael Gil Rafaelillo, con 68 y 47. Entre los tres suman 207 años de edad y 143 de alternativa. Probablemente sea la única corrida en la historia del toreo con esos números.

En entrevista radiofónica, el pasado sábado, dos de los actuantes, dijeron estar ilusionados, platicando con ellos se capta perfectamente su emoción y ese dejo de ilusión por salirle al toro.

Lo matadores coinciden que son diestros de corte diferente en su interpretación de la tauromaquia, que cada uno saldrá a triunfar, que las orejas no son la prioridad, que lo más importante es sentirse bien con ellos mismos.

Miguel Villanueva dijo que recordar es vivir, que ha captado entusiasmo por parte de algunos aficionados para presenciar la corrida. Que fue una doble satisfacción: enterarse que iba a torear y en la plaza que tanto que le gusta.

Raúl Ponce de León, comentó que cuando se lo propusieron lo vio como una locura, que estaba fuera de cacho. Lo fue meditando poco a poco, llegó a la conclusión que para sus 12 nietos es mejor que en lugar de que vean al abuelo que lo pasean en una silla de ruedas, es mucho mejor que lo vean salirle al toro.

La tauromaquia ha cambiado en los últimos 50 años. Por ejemplo, ahora pululan las escuelas taurinas.

Al respecto, Miguel comentó que las escuelas hacen toreros con sellos muy parecidos, no importa de dónde sean éstas. “Yo me nutrí de los toreros que vi esa época: El Cordobés, Paco Camino, Antoñete, cada torero con su propia personalidad. Yo toreo para mí mismo, no porque en alguna escuela me hayan dicho cómo hacerlo”.

Ponce el bueno, como le dice Leonardo Páez, mencionó que todos los toreros que inician no están ajenos a ser influenciados por lo que ven, del torero que a uno le gusta lo va pillando, que es una tontería fusilarse completamente a un torero, siempre las copias serán malas. Con el andar del tiempo encuentra uno su propia personalidad. Añadió.

“Las películas te nutren mucho, antaño no había tantas filmaciones, las escuelas taurinas me parecen que tipifican aunque físicamente los toreros están más preparados que antes, hay un avance mucho más grande. Actualmente se torea muy bien, técnicamente se hacen las cosas bien pero hace falta ese sello personal”.

El festejo ha causado expectación, morbo, curiosidad, una que otra burla, pero sobre todo interés. Actualmente son tan repetitivos los carteles que provocan tedio. ¡Pan con lo mismo!, repiten los aficionados. Habrá algún buen aficionado que le cause emoción oilusión ir a Aguascalientes a ver al otro Ponce lidiar Teofilitos o Bernalditos. ¡Qué flojera!

Si bien es cierto que los diestros no tienen las condiciones físicas que poseen los jóvenes de 20 años, a los actuantes les sobra ilusión, conocimiento, taurinismo y, sobre todo, ilusión.

Ningún aficionado en su sano juicio irá a ver a los diestros a ponerse de rodillas, irán a apreciar detalles, como los naturales de Villanueva, la torería de Ponce y la gitanería de Rafaelillo.

Seguramente no matarán seis pavorosos cornúpetas, casi nadie lo hace, pero los de Felipe González y Tenopala tendrán presencia de toros, al menos mejor presentados que lo que se ha lidiado en las últimas siete ferias en la misma plaza tlaxcalteca.

El aroma es una expresión artística que poco a poco se diluye en la tauromaquia. La mayoría de diestros actuales van por las orejas que cuentan para las estadísticas; evidentemente, no es malo pero tampoco lo único. El toreo que se paladea no se cuantifica. Los detalles toreros se conservan en la memoria de los aficionados por el resto de la vida. Quienes asistan el sábado a La Ranchero saldrán con un buen sabor de boca. Verán algo del toreo de antaño, porque aunque el toreo es el mismo ya no es lo mismo.

Villanueva, Ponce y Rafaelillo son toreros con aroma.

Publicado en El Popular

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