San Isidro: Toros Saltillos, pura nitroglicerina de carne y hueso

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Plaza de Madrid. Vigesimoctava corrida. Asistencia: 11.191 espectadores, menos de media entrada. Toros de SALTILLO (3), de mansedumbre con genio y desarrollando sentido, aunque al primero le dieron una vuelta al ruedo exagerada. OCTAVIO CHACÓN (6), de celeste y oro. Estocada trasera y rtendida. Un aviso (vuelta). Estocada delantera (saludos). ESAÚ FERNÁNDEZ (1), de azul noche y oro. Pinchazo y estocada (silencio). Nueve pinchazos, media atravesada y bajonazo. Dos avisos (pitos).. SEBASTIÁN RITTER (5), de grana y oro. Estocada. Un aviso (silencio). Pinchazo, estocada atravesada y un descabello. Un aviso (silencio).

Por Carlos Ilian:

Una vieja película que contaba la historia de un viaje con un camión cargado de nitroglicerina se titulaba “El salario del miedo”. La nitroglicerina mal tratada causa una explosión inevitable. Y ayer durante la lidia de los toros de Saltillo nos acordamos por momentos de aquella película porque los saltillos eran nitroglicerina de carne y hueso y tratarlos con capote y muleta se convertía en un alto riesgo de explosión, bueno de explosión en forma de una cogida.En la lidia del segundo, cuarto y sexto se vivían momentos de alto riesgo por las embestidas al bulto, los derrotes de infarto y todo lo que estos mansos, de intenciones criminales, iban desarrollando durante las difíciles y peliagudas faenas de Chacón, Fernández y Ritter.

Aunque el momento más angustioso se produjo en ese sexto, de nombre Saladora, que desarmó y persiguió al colombiano Sebastián Ritter hasta las tablas empitonándole por la espalda y perdonándolo luego la vida cuando el muchacho cayó debajo del estribo a merced de los pitones del toro.Dicho lance fue como el final de una tarde de suspense en la que Octavio Chacón se llevó el único toro que a su manera se dejó ligar los muletazos por el pitón derecho, y ni uno por el izquierdo. Chacón lo había lucido en varas en tres encuentros con el caballo y la faena tuvo compostura, por encima del toro al que de manera inopinada se le dio la vuelta al ruedo. Una más de las descabelladas decisiones del palco en este San Isidro, el peor presidido de la historia reciente. Chacón estuvo de nuevo muy firme y seguro con el imposible cuarto toro.

Esaú Fernández no supo que hacer con su primero y palideció en la lidia del quinto al que por poco no se deja vivo con la espada. Ritter además del trance de pánico son el sexto se quitó de encima con facilidad al manso de libro que salió en tercer lugar.

Publicado en MARCA

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