Por Jaime OAXACA.
Tal pareciera que en el siglo XXI la fiesta de los toros debe prescindir de la suerte de varas.
Como que estorba, como si no les gustara a los aficionados, lo que es peor, a algunos ganaderos y matadores dejó de importarles.
Muchos de los cronistas se hacen de la vista gorda, no le dan a la pica la relevancia que merece.
Fiesta brava se llama ese espectáculo profesional en el que se lidian a muerte reses bravas.
De tal forma que es incoherente, ilógico, absurdo, ridículo, que la bravura se destierre de la fiesta brava. Los aficionados asisten a la plaza de toros a emocionarse no a divertirse. Seguramente existen muchos espectáculos propios para la diversión, pero no la plaza de toros.
La lucha a muerte entre dos seres vivos provocará cualquier cosa, menos diversión. La bravura genera peligro y el peligro, emoción, eso es lo que buscan los aficionados en el toreo. Cuando hay bravura no siempre los pases son bonitos ni aterciopelados, pero a cambio son emocionantes, aunque el asistente no sea un experto en tauromaquia, es capaz de apreciar que hay un ser humano que literalmente está arriesgando la vida.
La bravura no es característica de animales bobos, de esos que no embisten que sólo pasan y pasan cuando los citan con la muleta, como si los toritos fueran de cuerda, como si se supieran un guion. Ante reses así, disminuye considerablemente la cuota deemoción aunque haya muletazos bonitos, siempre queda la sensación de que el diestro en cuestión está toreando ante una carretilla.
Los cronistas ladinos, chayoteros, son especialistas en dulcificar las expresiones, en lugar de decirles bobos a esos animalitos de cuerda, les dicen toros nobles; constantemente repiten que ese es el toreo que gusta, el que debe predominar, que no sirven los toros que embisten con la fuerza y brusquedad propia de la bravura.
Es evidente que todos los toros de lidia tienen peligro, pero también indiscutible que unos lo tienen más que otros. Los que pelean con el caballo, los que se crecen al castigo, los que embisten con emotividad, son los toros que justifican la tauromaquia.
Pocas son las ganaderías mexicanas que pueden presumir de conservar la bravura. Piedras Negras, Tenexac y De Haro, pueden hacerlo. Los aficionados podrán emocionarse con esos encierros en el coso El Pinal de Teziutlán, los tres primeros domingos de agosto. El 5, Piedras Negras; el 12, Tenexac y el 19, De Haro.
Existe la ilusión en los aficionados por ver lidiar a las mencionadas dehesas. Comprobar que los ganaderos González, Yano y De Haro, no han contaminado lasangre brava con chorros de “bobura”.
No quiere decir que no vayan a salir mansos, pero una cosa es la mansedumbre y otra la bobura. Otra posibilidad de emocionarse en Teziu será en la suerte devaras.
Existen posibilidades de disfrutarla en toda su grandiosidad, ojalá que ésta se realice con autenticidad y sin ventajas. La empresa tendría que proporcionar las puyas, propias o rentadas, de tamaño reglamentario, porque si los varilarguerosllevan las suyas, a veces son de dimensiones que lesionan a los toros. Es imprescindible que las autoridades de plaza revisen las puyas para que no haya desaguisados.
Para la ejecución de la suerte de varas el toro debe colocarse a buena distancia del caballo, ponerlo en suerte adentro del círculo concéntrico interior y que el picador lo cite, lo mismo con la voz, el brazo en alto o moviendo el caballo.
Es abusivo y ventajoso dejar que intencionalmente el toro se estrelle contra el peto, está prohibido bombear con la puya, el multipuyazo provoca mucho daño.
La suerte de varas tiene como objetivo ahormar la cabeza del toro, rebajar la violencia y atemperar la acometida, asimismo descongestionarlo, Los excesos lesionan al burel impidiendo que éste se comporte en los dos siguiente tercios con la fuerza necesaria para mostrar lo que tiene dentro.
No es buena la demasía pero tampoco simular que se le pica al toro, para que la suerte no quede en un grotesco puyazo.
Ni piquetito, ni piquetote.
Publicado en El Popular