Corridas Generales de Bilbao: Desanimación e indiferencia ante un desfile de inválidos “new age”

Por Luis CuestaDe SOL y SOMBRA.

A la corrida del clavel se la acabaron los toros que fueron una ruina total, ninguno de los toros de Nuñez del Cuvillo daban para más: flojos y mansos en líneas generales. Los toreros también llevan la culpa. Es inútil ya apuntar corruptelas o denunciar el estado de la fiesta: porque en resumen la fiesta esta como la quieren los taurinos, que parece que nos dicen en cada tarde: o la tomas o la dejas.

Previo al festejo, las declaraciones del ganadero “New Age” Álvaro Nuñez de la Campa, cayeron como una estaca sobre el corazón vampiro del mundo taurino, al afirmar (dicen los presentes que hasta con cierto aplomo): “Esto es muy simple: la gente paga por ver un espectáculo y divertirse. La gente no va a ver un toro, van a ver toreros” palabras fuertes y esquizofrénicas de un criador de reses (supuestamente) bravas.

Quizás por esta razón a Nuñez de la Campa no le importo que sus animales fueran solo fachada, muy serios todos, pero que perdían la pata a la primera oportunidad y, a la hora de embestir, mostraban una enternecedora mansedumbre.

Pero aquí el único sorprendido será el aficionado, para los taurinos profesionales esto no es sorpresa. Ellos saben perfectamente lo que embarcan. Ya sea por mediación de expertos conocedores o de algunos ganaderos “New Age” como Alvarito. En resumen la gente de Ponce, Manzanares y Roca Rey sabe perfectamente lo que embiste y lo que no; lo que tiene peligro y que hay que evitar al máximo y lo que tiene comportamiento borreguil disfrazado en algunas ocasiones de clase.

Ante esta carne de matadero; es decir, lo que no tiene lidia. Ponce le plantó cara al cuarto que tuvo mas movilidad en un meritorio muleteo de generosa entrega que finalmente emborrono con el descabello, después de tirarse a matar con mucha verdad en el primer intento.

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Manzanares anduvo ausente, incluso cuando intentaba trazar algunos muletazos sueltos, los cuales ejecutaba descargando la suerte, y por esta razón carecían de emoción y acababan en el olvido.

El que estuvo por encima del bien y del mal fue Roca Rey, aunque no paso totalmente desapercibido, ya que con su primero destacó no exactamente por su arte (en el sentido que le dan actualmente los públicos al arte) sino por su valentía y su pundonor.

Al final nos quedamos nuevamente con la sensación de que actualmente todo es conformismo en la fiesta, así sean toros, toreros, autoridades y hasta el público, porque no crea usted que se armó la bronca gorda en Vista Alegre; nada de nada, la mayoría no dijo ni pío.

Vaya regalito que les hicieron las figuras y las autoridades al público inocente, con todo y turistas incluidos, algunos que habían acudido desde sus países de origen muy ilusionados a presenciar una corrida de toros histórica.

¿Así es como quieren hacer afición?

Nuñez del Cuvillo / Ponce, Manzanares y Roca Rey

Toros de Nuñez del Cuvillo bien presentados y serios; todos también flojos y la mayoría absolutamente descastados; ninguno dio juego, excepto el lidiado en cuarto lugar que tuvo más movimiento que el resto.

Enrique Ponce, silencio y en el cuarto aviso y ovación con saludos.

José María Manzanares, silencio en su lote.

Roca Rey, ovación con saludos y silencio.

Plaza de Vista Alegre. Cuarta de feria. Tres cuartos de entrada.

Twitter @LuisCuesta_

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