Ocho con Ocho: El Conde por la Puerta Grande Tapatía Por Luis Ramón Carazo

En la semana que transcurrió hasta llegar al domingo 3 de marzo de 2019, se especuló sobre la corrida de toros a lidiarse en la plaza de toros Nuevo Progreso de Guadalajara, las acusaciones fueron y vinieron contra la empresa, el juez de plaza, Enrique Ponce, los ganaderos, el juez y quién se les pusiera enfrente; con aquella obsesión que tienen algunos de ser los primeros en señalar probables lacras.

Creo que lo hacen con la idea de constituirse en los dedos flamígeros de la justicia taurina, sin reflexionar que anticipar vísperas no necesariamente es positivo para quién sin ser tan aficionado pudiera quedarse con el ojo cuadrado, al saber que se cierne un fraude sobre su decisión de comprar un boleto y habrá quién se abstenga, por aquello del no te entumas.

El domingo de marras, se corrió un encierro mixto de Jaral de Peñas y de Los Encinos y por las imágenes que hemos visto desde el punto de vista de trapío cumplieron con el Reglamento Taurino de Guadalajara y por lo tanto los dimes y diretes, parecerían innecesarios en una época en la que el toreo tanto se le cuestiona y me parece tendríamos que ser más cuidadosos en lo que externamos y así no dar más argumentos a quienes quieren dar con el traste a una tradición de siglos.

En ningún momento pretendo convertirme en ser quién dictamine lo que es adecuado o no, como diría una tía “allá tú y tu mala cabeza”. Me parece importante externarlo, con el fin de no quedarme mudo ante lo que creo debería ser más mesurado, entendiendo las tantas cuestiones que acontecen antes de partir plaza y que es al momento del paseíllo, cuando estaremos en posición de externar opiniones sobre lo que ahí acontece.

Quién me hace favor de leerme sabe en cuantas batallas he estado involucrado y por eso lo digo sin cortapisa; me parece que es momento de pensar antes de caer en la tentación de especular sin tener toda la película completa, todo en favor de un espectáculo que languidece y que flaco favor le hacemos, llenándolo de diatribas extemporáneas.

Y con la película completa, a la distancia y a pesar de que los toros en las imágenes reflejaban seriedad, mucho del público fue duro con Enrique Ponce y en pasajes de la lidia de su segundo astado le gritó ¡Ratero, ratero! Por considerar que la polémica sobre los astados a lidiar fue toda su responsabilidad y que el toro que le tocó le faltaba trapío, lo increpó y si bien con ese astado hacia al final por la calidad en su trazo, logró tornar algunas de las lanzas en cañas, no pudo salir triunfador como él lo hubiera deseado, incluso hubo nutrida petición de oreja que no le fue concedida, retirándose al callejón entre división de opiniones.

A los que en la semana estuvieron especulando sobre los dimes y diretes de la corrida, tal vez les habrá dado gusto, sin embargo Ponce seguirá siendo quién es y por más que lo increpen, ya está lejos del bien y del mal, sus casi treinta años de matador de toros en activo en la punta del escalafón, así lo prueban.

En fin allá cada uno somos un universo y lo respeto.

Casi 30 años en el ruedo se mantuvo Alfredo Ríos alumno distinguido, en algún momento de Manolo Martínez, en Guadalajara en la corrida del 3 de marzo de 2019, se despidió de los ruedos envuelto por el cariño de sus paisanos que le vieron en su carrera hasta 4 faenas de indulto, una de ellas las de Gironcillo de Barralva, puso alto después de una campaña de despedida en la que en varias plazas, una de ellas La México con los toros de Barralva salió en hombros en su tarde de despedida.
Con el toro Auténtico de Los Encinos se despidió el torero tapatío de los ruedos, la faena de Alfredos se la tejió con temple, para irse entre el cariño de sus paisanos al son de Las Golondrinas que al final lo sacaron en hombros por el par de trofeos que le otorgó Alfredo Sahagún, juez de plaza y por el respeto que le profesan por su carrera longeva en los ruedos.

Joselito Adame en su segundo turno, con el toro de Jaral de Peñas entiendo tuvo brillantez, momentos con la sarga; pero sin éxito en la suerte suprema, perdiendo los trofeos que parecía inminentes caerían a su espuerta.

Finalizo externando mi afecto a la familia de Chucho Morales, partió a la Gloria en el paseíllo de la vida el 2 de marzo de 2019; Jesús fue novillero en sus años mozos, subalterno de gran categoría y juez de plaza; el 4 de febrero de 2019 cayó enfermo y por eso no presidió el festejo de esa tarde en Insurgentes, mucho vamos a extrañar su bonhomía, Chucho por cierto entre otros fue subalterno de Manolo Martínez, a quién mencioné fue maestro de El Conde a quién le deseamos una vida plena, en el retiro.

Y dejo mi reputación para que hagan con ella lo que quieran, diría Humberto G. Tamayo, destacado conductor de televisión del siglo pasado.