San Marcos 2019: Torería de Hector Gutiérrez

Torería de Hector Gutiérrez premiada con dos orejas.

Por Sergio Martín del Campo.

Esto ya es feria, y el coso San Marcos de Aguascalientes fue el escenario en el que se dio la novillada de triunfadores con un cartel que casi llenó el graderío del viejo edificio.

Los señores amos de Rosas Viejas, para dar curso a la función, desencajonaron un encierro de correcta presencia, uniforme tipo y cumplidor en la suerte de varas, donde los más pelearon al sentir los filos de las almendras. En juego se les vio de todo, ganando la buena nota de la tarde el primer ejemplar que granjeó para los libros del criadero el arrastre lento; fue un tres añero que embistió con clase y claridad por ambos pitones y que fue bien aprovechado por Héctor Gutiérrez quien, con dos orejas guardadas en su espuerta, resultó ser el triunfador de esta postrera función menor.

Pausada, lenta y rítmicamente Héctor Gutiérrez (dos orejas y al tercio) preñó el anillo con el lance fundamental del toreo de capa; y pisando firme, incendió el ambiente quitando por tafalleras para luego, muleta en manos, enseñar lo que es el toreo serio, respetuoso y sentido en un trasteo basado, además, en el temple, el son y la distancia correctos hasta exprimir al buen astado, mismo que murió por estocada pasada y tendida.

La fijeza, claridad y calidad del cuarto novillo duraron menos que un suspiro, no obstante, el espigado joven está mejor que puesto, presume un sitio sensacional, tiene denuedo, clase, técnica, buen gusto y sabe muy bien subordinar esas virtudes a la expresión torera y logró burilar una faena completa con capa y muleta, aunque la despostilló al dejar el estoque caído.

El segundo ejemplar agostado en los pastos “chonences” dejó notar nobleza y claridad; cuando tomaba los engaños iba tras ellos sin extraños ni resabios, admitiendo el toreo. El menudito chaval Juan Pedro Herrera (silencio y oreja) cumplió con la capa, cubrió el segundo tercio no más que de regular forma y al desdoblar la pañosa se le observó menos equivocado que en tardes anteriores, pero exhibiendo un campo emocional prácticamente a media luz y la intervención desembocó en un acto intrascendente que enfadó a la clientela y terminó de tres pinchazos y descabello.

Ante el quinto se desempeñó variado al usar la capa; en el segundo tercio solo le faltó gritar: – “¡Ábranla que lleva bala!”, y se fue recio a encajar las banderillas a como diera lugar, alborotando escandalosamente la gallera y premiándose dando una vuelta al ruedo luego del acto de mero relumbrón, y en el episodio muletero no se le apreció otra cosa que su conocido entusiasmo, cuando ya el novillo iba en medias embestidas llevando la testa en alto, terminando de una estocada decorosamente colocada, durante cuya ejecución fue víctima de salvaje voltereta, afortunadamente, sin réditos que lamentar.

Lleno de torería resaltada y exaltada el joven fresco Miguel Aguilar (al tercio y palmas) firme y decidido, desengañó al primer adversario de su lote, un utrero que probó en las iniciales tandas, pero al que obligó a obedecer el trazo templado, mandón y suave de su muleta en una faena meritoria hecha por ambos cuernos que, si no fue tasada con oreja, fue por los tres pinchazos que antecedieron a la estocada atravesada y caída.

Cerró la función quitándose oficiosamente de enfrente a un animal soso, andarín y abanto que iba calamocheando y que siempre mantuvo la cara apuntando a las cornisas. Resumió el quehacer ejecutando buena estocada luego de pinchar.

Foto: NTR Toros Twitter.

Publicado en Noticiero Taurino Mexicano.

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