Sevilla se la cobró a Roca Rey

Ayer se rompió el silencio de Sevilla -extrañamente- con Roca Rey durante la faena al sexto de la tarde.

Por Juan Carlos Valadez – De SOL y SOMBRA.

Domingo de Resurrección en Sevilla, grandes tumultos de gente guapa y perfumada caminan acompañados por los olores de Azahar que inundan toda la ciudad. Mientras tanto en La Maestranza desde muy temprano arriban al sorteo nombres y caras conocidas que se saludan y se abrazan efusivamente. Por unos momentos todos son amigos de los amigos, porque en esta industria -es decir la de la fiesta brava- como dicen los taurinos: “Todos nos conocemos de toda la vida”.

Fue ahí en el sorteo en donde se consumó la estafa maestra perpetuada por los mismos de toda la vida en contra de la integridad de la fiesta y de los intereses del aficionado. Ahí en el sorteo fue donde desembocó la obra teatral que llevaba meses gestándose en la mente de los “capos de toda la vida”.

Y José Antonio Campuzano -apoderado de Roca Rey– la compro, ahí estuvo el error de Campuzano, al querer nadar entre tiburones y jugar con un “Shark Tank” compuesto por los grandes capos de la industria taurina; es decir Toño Matilla y Luisma Lozano que ayer se lo comieron crudo.

El error no radicó en acartelarse entre dos figuras del toreo de la talla de Juli y Manzanares en Sevilla -eso es un honor para cualquiera- el error estuvo en haber aceptado esa corrida tan justa de presentación de Victoriano del Río que impusieron los capos de siempre para sus toreros.

Uno a uno saltaron al ruedo unas almas de la caridad en su mayoría anovillados y uno a uno, con excepción del quinto toro que se movió un poco más, fracasaron rotundamente en su misión.

Y alguien tenía que pagar los platos rotos…

Esos famosos silencios de la Maestranza que la afición sevillana tanto presume, ayer se rompieron en el sexto toro, segundo toro del lote de Roca Rey. Esos silencios cómplices de la pantomima y la tomadura de pelo en qué se ha convertido la feria de Sevilla se quebraron después de que algunos de los animalitos inválidos de Victoriano, fueron mantenidos en el ruedo en agravio de la reglamentación taurina y de la afición.

Ayer a todos se les debería de haber caído la cara de vergüenza, incluso a la afición cómplice con sus “silencios” del teatrito, pero principalmente al presidente, porque ya sabemos que los grandes capos ni se inmutaron, ellos a lo suyo, es decir, a repartirse el entradón que ya estaba hecho.

Pero el colmo se dió durante el sexto -el único con trapío y seriedad- cuando un sector del público que había estado de dulce con El Juli y Manzanares, rompieron sorprendentemente su silencio al recriminarle con la única rechifla de la tarde, la decorosa lidia que le realizó el diestro peruano Roca Rey.

Roca Rey se jugó el físico de verdad con “Pocosol” al punto que se le metió entre los pitones, le puso el pecho y emocionó a un sector del público con su valor, pero como alguien tenía que pagar los platos rotos de la mafia, estos los pago el torero que no nació en España ni tiene un apellido famoso o dinástico.

Ayer la cursilería sevillana no trago con Roca Rey y se metieron duro con él, al grado de reventarle una faena que en otras circunstancias quizás hubiera sido de oreja, tomando en cuenta la que cortó Manzanares al quinto de la tarde.

El resto de la corrida no merece ser comentada. No la merecen unas figuritas que aceptan el compromiso de medirse con una becerrada flojisima que ni siquiera admitió el tercio de varas.

Lo de ayer en La Maestranza para vergüenza de muchos fue una hoguera de vanidades mal encauzadas y una mancha para su historia. Poco o nada queda ya de que aquella afición sevillana que se rindió en alguna época al toreo de Armillita, de Manolo Dos Santos, de Carlos Arruza o de Cesar Rincón, todos ellos toreros que no nacieron en España, pero que alguna vez triunfaron con fuerza en esa grandiosa catedral del toreo que hoy lamentablemente está devaluada por tantas historias, cuentos y mitos de algunos viejos aficionados que han equivocado a los nuevos aficionados con algunas de sus fobias y xenofobias.

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