Por Manuela Martín.
Esta mañana, cuando cruzaba el puente para ir a trabajar, la periodista Ángela Murillo vio cómo los bomberos rescataban a un hombre que se había caído al río Guadiana a su paso por Badajoz. Grabó la escena con su móvil y la mandó a la web. «Un hombre de unos cuarenta años es rescatado por los bomberos del Guadiana», publicamos.
Cuando a las diez de la mañana llegué a la Redacción, me abordó con prisa un periodista: «El hombre rescatado es Antonio Ferrera. ¿Qué hacemos, lo publicamos?»
Minutos más tarde nos sentamos a actualizar las previsiones del día y empezó el debate entre los responsables de la Redacción. ¿Qué hacemos con la noticia de Ferrera? Pepo Orantos, que conoce de cerca el mundo taurino fue claro: si lo publicamos le hacemos un daño innecesario.
Estuvimos de acuerdo. No lo damos. No vamos a publicar quién es la persona que poco después de las 7 de la mañana se lanzó desde el Puente de la Autonomía.
Conocemos a Antonio Ferrera desde que, con menos de diez años, su padre lo llevaba a las redacciones de los medios en Extremadura para contarnos que su niño quería ser torero y era muy bueno. Lo hemos visto crecer ante nuestros ojos, triunfar, enamorar al público de las Ventas, de Pamplona, de Sevilla, con su arrojo sin límites.
Lo hemos visto también en sus baches. Y porque lo conocemos decidimos ofrecerle el pequeño escudo que suponía no hacer público su momento más duro en HOY.
A las dos y media de la tarde, otros medios, con otros criterios, decidieron lanzar la noticia de que Antonio Ferrera está hospitalizado después de caer desde un puente. Era muy ingenuo por nuestra parte pensar que en este planeta globalizado no se iba a difundir el suceso y que Antonio Ferrera iba a poder salir de su pozo sin sentir la mirada de todo el mundo sobre él.
Antonio, nuestro modesto escudo ya no sirve. Solo nos queda desearte lo mejor. Ferrerita, recupérate.
Publicado en Hoy