Por Manuel Naredo.
Isaac Fonseca se llama el joven novillero michoacano que se está abriendo paso en España, ya por segunda temporada consecutiva.
El año anterior, con una humildad y sacrificio dignos de ser aplaudidos, el novillero alcanzó significativos triunfos en Europa, y llegó incluso a ser el triunfador del certamen denominado “Camino a las Ventas”, en el mismísimo coso más importante del mundo.
Este año Isaac alcanzará un nuevo listón en su incipiente, pero fructífera, carrera, cuando se presente ya como novillero con picadores, justamente en la plaza de toros de Gijón, que ha sido escenario de interesantes acontecimientos taurinos a lo largo de la historia.
Todavía el fin de semana pasado, Fonseca triunfó en Valencia y ayer lo anunciaron para participar en Collado Mediano, donde también partirá plaza el queretano Diego San Román, que tan bien ha caído entre la afición, y la crítica, españolas.
Lo del michoacano llama la atención, porque no se trata de una meteórica carrera por alcanzar la alternativa cuanto antes, como suele suceder con los novilleros, ni ha pregonado en demasía sus triunfos, manteniendo ese perfil más sacrificado que triunfalista, y siguiendo fiel y disciplinado a su estatus de alumno en una de las escuelas taurinas ibéricas, como es la de Colmenar Viejo.
Algo tendrá que ver en ello, supongo, su mentor mexicano, el matador Jacobo Hernández, que lo ha sabido llevar con profesionalismo, dentro y fuera del ruedo. Hernández, siempre discreto y serio en su trabajo, ha procurado formar a un jovencito que quiere ser torero, brindándole su conocimiento técnico, pero también, y todavía con mejores resultados, las formas que debe guardar alguien que intenta alcanzar un sueño.
Hay que apuntar el nombre de Isaac Fonseca en las listas del futuro de la fiesta en México, porque, sin mayores aspavientos y alardes, está construyendo una carrera sólida y esperanzadora.
Publicado en El Sol de San Juan
