Negar que ‘Piedras Negras’ y ahora también Gerardo Rivera, dan nota, tal vez no sería el término más adecuado pa’ hablar del borchinche que la cabaña ganadera y el torero han provocado, cuando desde el domingo la prole fue agraciada con el mejor de los regalos que se le pueden dar en estas fechas de por si festivas, a quienes por adicción gustan de encender los faroles en la procesión del ruego por la notoriedad, esa que es tan socorrida, deseada y explotada, por quienes profesan el gusto de subirse al tren, o como dicen allá por Tlaxcala, cuando hacen bueno aquello de; ‘Que ven burro y se les antoja viaje’ .
Ya con la marquesina armada, falló la mercadotecnia y la publicidad, la cual de entrada debió de haber atajado en seco el rumor del trapío disparejón que se extendía hasta que los toros iban a ser tocados (lo que supongo no sucedió) y ya sobre el bordado decir esas especulaciones se pudieron incluso haber usado a favor de la promoción, ¿Cómo haberlo hecho? Muy fácil, se fotografían por una cámara profesional uno a uno los bureles en el campo y luego los mismos ya en los corrales, después se exhiben ambas fotografías en espejo y se acabó con las dudas, evitando el que mucha gente por eso dejase de ir a la plaza, pues no hay que dejar de lado que a Piedras Negras se le va a ver en mucho por la sangre que pueden generar.
Y ya que de baranda tocamos base en la plaza hay que decir que el fracaso y la decepción en la taquilla a alguien se le debe de cargar, ¿Quiénes son los culpables?, ¿la falta de imán o jalón de los propios toros de ‘Piedras Negras’?, ¿el desinterés por ver a los toreros anunciados?, ¿o la agencia de publicidad de la Plaza México? Y no puedo dejar de soslayar el supuesto, de que la empresa por la razón que sea se haya decantado por un cartel económico y tan fue modesto, que la empresa permitió que en la más invisible por no usar las palabrejas de humilde, modesta de las formas se mancillara el ruedo por unos pies anónimos ávidos de lucimiento todo pa’ que le entregaran al ganadero unas plaquitas de aserrín comprimido (novopan) y laminilla a ‘Piedras Negras’ por su 150 años, ¡Que bajo se ha caído!, ¡Caramba! Se trababa de un reconocimiento a una de las ganaderías madres la más antigua del continente en manos de la misma dinastía, ¿Dónde quedaron los gremios de ganaderos, toreros, empresarios, autoridades? Que son los que debieron de haber develado una escultura, una placa de bronce, un mural, ahora solo esperar que en la fecha exacta del aniversario venga ese grandioso reconocimiento a la ganadería histórica, por ser pie sobre la piel de la cultura popular y ganadera de este país.
Y aquí si permítaseme ponerme el overol (Armani) de criticón al que hayan dejado, empresa, Asoc. de Matadores y ganaderos, que el agua se les escurriera por entre los dedos en estos 150 años donde se debió de haber convocado mediante cabildeo y persuasión en algo que muy bien pudo ser ‘La Corrida del estoque de oro’ que la lidiaran seis figuras internacionales en un ambiente muy para la ocasión, donde se hubiese invitado a que el público luciera camisas y blusas negras y rojas, un cartel y boletos de arte en concurso de supremacía de pinturas, en fin era una oportunidad única y echando a volar la imaginación se habría podido ver a los rockstars, Ponce, Morante, Roca Rey… que es el sueño de 24 quilates de los ‘piedranegrinos’ el equivalente a subir a los altares al ‘Dios Tauro rojinegro’ ¿y sabe qué? bien manejado con mano izquierda, por supuesto que los divinos hubieran aceptado, cuando les pusieran al tanto que Juan Belmonte y “Manolete” para su palmarés torearon ‘Piedras Negras’, además de que sólo se iban a zumbar un toro, y a cambio de ello se llevarían todos los reflectores de los medios.
Ya luego vino lo taurino protagonizado por el toro ‘Siglo y medio’, por el torero Gerardo Rivera y por el Supremo Juzgador que algunos dicen se dejó avasallar por los Kleenex , hasta aquí lo mío porque lo demás es cuerda pa’ la Fiesta de ‘súbase el que pueda’ y donde el muñequito parlanchín ¿o será el Pinocho? se lo sacaron los que más pinole escupieron en una Fiesta que es juzgada como a cada quien se le da la gana, en donde nadie es dueño de la verdad, por qué a final de cuentas ¿qué es la verdad?, una manera de ver, lo que otros no ven, o de no ver, lo que los demás ven.
Y aquí la única manera de saber si el indulto trajo algún beneficio o nada más confundió, la tendrá el ganadero que será quien decida si el toro con sus virtudes y sus bemoles lo pone a padrear con la esperanza de que ligue con determinadas vacas y que éstas le trasmitan a los productos lo que le haya faltado al futuro semental, que a decir de los muy eruditos, más exigentes y súper ortodoxos fue envestir parejamente por los dos pitones de acuerdo al ISO 900, y traspasarle el peto y las tripas al caballo cuando menos en un par de sanguinarias acometidas…, otra opción es que le conceden el beneficio de tomar el sol, o ponerle precio al guapo ahorita que está caliente y no faltara algún postor.
Y como siempre lo he dicho los más dañinos enemigos de la Fiesta están dentro de ella, pa’ ejemplo bastaría señalar la desubicación de quienes creen que Gerardo Rivera es un torero, maduro, conocedor, técnico, poderoso, habilidoso, marrullero, ¡no señores! se trata de un torero de nuevo cuño, al que el falta tanto camino por andar como a éste 2020 por eso lo pusieron con los Piedras Negras (además de otro apoyo del terruño) porque ha de haber venido, sólo por los gastos y a lo mejor ni por eso, pero ¡ojo señores de la miopía y del garrote!, si a éste torero lo meten a la academia, a un régimen alimenticio y le invierten lana, algún día van a exonerar al que hoy califican de pecador por tener alma pura, inocencia y haber padecido de lo que todos los toreros padecen, el no arriesgarse a malograr una faena, prefiriendo compartir el triunfo con un animal, o aun peor hasta cedérselo, como el domingo sucedió, pero algún día con esa estatura física de torero y con eso que demostró en suertes y pases subrayados que se llama arte aunado a que la suerte lo acompañe y el corazón no se le quiebre como pa’ andar tirando el arpa Gerardo Rivera va a oficiar, y que conste que por ser ateo no creo en la fe, lo que no necesariamente quiere decir que estoy ciego pues a lo mejor lo que estoy es pendejo… tiempo al tiempo.