Homenaje Taurino – “El Cordobés” y “Cantinflas”. Un prólogo de Mario Moreno.

Dos leyendas unidas por su talento y carisma.

Por Luis Cuesta y Luis Eduardo MayaDe SOL y SOMBRA.

Un hombre es su obra. En el caso de un actor su paso por las tablas o el cinematógrafo. En el caso de Mario Moreno “Cantinflas”, aún siendo el gran actor, no puede quedarse en solo eso. Porque el de la colonia Guerrero ha sido un punto más en todo lo que hizo. A más de cien años de su llegada al mundo, el análisis al propio mundo del genio desglosa los aspectos de su paso por la vida. Taurinamente en “De Sol y Sombra” recordamos al torero, al ganadero, al gran aficionado, al mecenas y en este caso al excepcional prologuista.

Del histórico libro “El Cordobés y sus Enemigos” de L. Romero, reproducimos el histórico prólogo que Mario Moreno Reyes dedica para hacer el paseillo del análisis y defensa de uno de “sus toreros” El impacto cordobesista en el toreo es tan poderoso como el impacto cantinflesco en el cine y para el año ´64 en México el debate taurino se enciende. Cordobesista declarado, Don Mario deja aquí un personalísimo manifiesto sobre Benítez y los demás toreros que entre líneas enciende el debate taurino de fuego a partir de estas preciosas líneas.

“El Cordobés y sus Enemigos”

Prólogo

Mis queridos lectores:

No pretendo ni mucho menos, como si dijéramos, presumirles de que soy muy letrado. Más bien soy falto de agricultura. Sin embargo, dentro de mi rústico intelecto, quiero hacer algo como que tirando a comentario; como si fuera una opinión o más bien un epilogo, que a lo mejor resulta un prólogo. Esto lo hago por tres razones: La primera. La segunda… y la tercera.

Ya aclarado mi propósito, no me queda si no seguir adelante con lo que deje atrás. Y en esta forma, presentar este libro que lleva entre otros objetivos, primero, que se le compre y luego que se le discuta. Porque de la discusión sale la luz y el que anda alumbrado anda contento. Y así espero que estemos todos, pues la tristeza es madre de todos los vicios. Y el que no los tenga, que con su pan se lo coma.

Así que uno se asoma a la lectura de este libro, tiene que reconocer que el autor es un viejo enamorado de la fiesta brava y sus expresiones, equivocadas o no, son sinceras y de un aficionado de buena cepa. Y ya que hablamos de cepa, sepan ustedes que hablar y conocer de toros, debería ser privilegio exclusivo de las vacas, que son las que conocen de sus debilidades. Pero como dice un conocido cronista taurino, la fiesta brava no es una graciosa huida, sino una apasionada intriga. De manera que mejor vamos a hablar de la fiesta, que es lo único que nos interesa. Y volviendo al autor de este libro, es muy loable la sincera espontaneidad con que defiende a Manuel Benítez “El Cordobés”, de la diatriba sistemática de que es objeto, por parte de algunos inconformes. Además, no es cosa de ocultar mi viva admiración por “El Melenas”, con quien me ligan lazos de amistad fraterna, no obstante de que hay muchos pelos de por medio. Siempre que se hable de “El Cordobés”, el asunto tendrá pelos.

Reconozco que el autor de este libro sabe de toros, eso ni quien se lo deniegue, porque luego se ve. Pa´ que nos hacemos, si ya somos.

Tiempo después. “El Cordobés” y sus Amigos, Mario Moreno el primero.

Claro que dentro de esto se manda de a feo, con alevosía, premeditación y ventaja, contra toreros españoles y mexicanos, que a mi ver, son juicios no muy juiciosos. Por ejemplo: el que externa sobre Joselito Huerta, que digan lo que digan, es un torero que deja huella dondequiera que se para y si no, que lo digan los monosabios que tienen que barrer la plaza.

De “El Viti” dice que es un torero muy triste. Yo no creo que tenga que torear tocando las castañuelas, cada quien pone la cara de acuerdo a las circunstancias. Y así por el estilo, mejor no le seguimos, porque en lugar de prologo saldría una discusión y eso mejor se lo dejo a ustedes.

Pero lo que sea de cada quien, así como hay niños de pecho, también los hay de espalda y entre quijada y oreja, hay que reconocer que este libro esta rociado con solera taurina, desde que empieza hasta que se acaba… Y, que tiene garra, y (el que no agarra es que no encontró de´onde).

Y volviendo a mi entrañable amigo “El Cordobés” —el torero más discutido de la época actual— restarle meritos, sería como negar la existencia de los platillos voladores o su parentesco con Los Beatles. Y como no se trata de restar sino de sumar, sumemos las orejas y rabos logrados por el genial greñudo y sumemos también las patas metidas por sus detractores, en su insidiosa y anti cordobesa campaña.

Sin salirnos de la aritmética y ante la división de opiniones, multipliquemos nuestra pasión por la fiesta… y sálvese el que pueda!… Que no creo que sean muchos… Pues en este libro, no se salva ni el autor.

Mario Moreno “Cantinflas”.

México, D.F., 30 de septiembre de 1965.

NOTA: En las siguientes dos páginas el propio autor luego de imprimir un formidable retrato de Mario Moreno, ilustra taurinamente al prologuista con la chicuelina en “Cuatro Caminos” e indica en su pie de foto: “También en el toreo bufo hay sentimiento, cuando hay talento y personalidad.” La chicuelina, sobra decir es bordada. Observen.

La Chicuelina de “Cantinflas” relucio alguna vez en una noche en el “Toreo” de Cuatro Caminos.

Dos características muy precisas para describir taurinamente al hoy homenajeado en “De Sol y Sombra” y que hoy, necesariamente recordamos en este pequeño homenaje en memoria del gran “Cantinflas”.

Twitter @Twittauirino

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