En el Mundo del Toro: Caín 🆚 Abel.

Los trapos sucios se lavan en casa:

Esa tendencia de Caín frente a Abel es el retrato que quieren los que no nos quieren. Se había intuido al fin una unidad en el toreo para afrontar un presente moribundo y el futuro más difícil que jamás haya tenido la Tauromaquia. Unidad no significa que todos piensen lo mismo. Unidad no significa que, frente a un mismo problema, unos crean en una forma de abordarlo y otros en otros métodos. Unidad es hacerlos compatibles y, por sentido de responsabilidad histórica, saber ceder sus métodos. Es inaudito contemplar cómo, queriendo todos el mejor fin para una única causa: el toreo, se abren frentes públicos de debate que avivan la llama de la desunión.

¿Quiere Morante de la Puebla lo mismo que Victorino Martín o que Raúl García ‘El Tato’ o que Cayetano o que la Fundación para el toreo? No lo dudamos. ¿Puede cada cual discrepar en la forma de lograr ese mismo objetivo? Es evidente que sí. Con un matiz: o se hace compatible la discrepancia con la unidad, o se prioriza a la unidad frente a la discrepancia o el cainismo del toreo nos hará perder de nuevo la batalla definitiva. ¿Es lícito creer que devolver al Ministerio de Cultura las Medallas de Oro de Bellas Artes siguiendo a la inversa la ‘desposesión’ por actuar en contra del Arte? Creemos que sí y por eso lo hemos pedido. ¿Están obligados los toreros a hacerlo? No. Creyendo que es una de las mejores formas de impacto público y social, jamás podremos dirigirnos a ellos sin ostentación de discrepancia o crítica pública por no hacerlo.

Este medio comprende la existencia de los ‘versos libres’. Las opiniones y formas de actuación libres son esenciales y casi obligadas en un mundo necesitado de acciones e ideas individuales y que alimenta de cada carta individual. ¿Coincide Mundotoro en el ciento por ciento de las formas y métodos aplicados en las acciones que el toreo lleva a cabo estos días? No. Lo saben las partes en discrepancia. Pero no es tiempo ni momento para un desmarque, sino para un equipo. Nadie renuncia a su personalidad o idea si, al tiempo, trabaja con la disciplina de la unidad. Incluso sin ser incluido dentro de esa unidad. Pero ante una responsabilidad histórica, las desavenencias públicas son caldo de cultivo para el enemigo. Que va a por el verso libre y a por todos con la misma saña y la misma intención.

Es del todo imposible que las gentes de este sector, tan dadas a ser personalidades independientes, coincidan en las formas de actuar. Pero coinciden con un mismo sentimiento y una misma necesidad. Nadie ha de obligar a nadie a hacer una u otra cosa, firmar un papel u otro, ponerse o no una mascara de protesta, salir a la calle o no salir. No creemos que nadie haya obligado a hacer eso. Este medio es partidario de la presión en la calle, lo fue hace tiempo y lo será, porque manifestarse es un derecho legítimo y una necesidad tantas veces.

¿Es tan difícil lograr una acuerdo en el método de llevar a cabo una necesidad compartida por todos?

¿Tiene la Junta de Andalucía una postura favorable al toreo? Creemos que es indiscutible. ¿Es cierto que se han de reducir costes, al menos de forma coyuntural? Parece una urgencia. ¿Es el mejor método para la reducción alícuota el que se propone para los banderilleros? No. No porque no hayan de hacerlo, sino porque ha de hacerse desde sus propuestas. Ellos han de aplicar cómo hacen lo de ‘todos heridos y ninguno muerto’ que escribió este medio hace semanas.  Por eso causa tristeza y desaliento tanta agresividad entre partes que desean lo mismo, aunque sea con formas distintas. ¿Es tan difícil lograr una acuerdo en el método de llevar a cabo una necesidad compartida por todos?

Estamos a favor de la expresión sin medias tintas frente a quien quiere vernos desaparecer. Pero si desde una mayoría se nos pide una disciplina de actuación, nuestra obligación es aceptar esa metodología y eso hemos hecho.  ¿Renunciando a nuestras ideas o métodos? No. En cada Diario del Estado de Alarma hemos tratado de abrir mentes, dar ideas, explicar qué es la cultura del toreo, que ha sido en la historia reciente, su transversal espíritu, su vigencia, su derecho. Somos conscientes que esta libertad de expresar ideas no complace a todos, no coincide con las ideas de todos. Pero se expresan porque, al lado de cada una de ellas, está la incondicional ayuda y apoyo a la unidad.

No solo no se trata de imponer nada, sino que se trata de aceptar una hoja de ruta que dicen esta consensuada. Si lo está, el verso libre ha de tratar de rimar. En cada opinión de estos días, ha de estar implícita una adhesión a la unidad. Y si ésta pasa por aparcar la idea individual, que así sea. Nadie renuncia a sus ideas porque la mayoría no las lleven a cabo o no las incluyan en sus hojas de ruta. En la historia reciente escrita de este medio hay incontables ideas sobre animalismo, mascotismo, negocio, pliegos de condiciones, costes del toreo inasumibles, críticas a las formas de actuación del ‘sector’ que no interesaron a nadie del ‘sector’. Éste vive con la máxima que las ideas que no salen de su creatividad no son ideas válidas aunque lo sean años después. Lo peor del ‘sector’ es la creencia de la infalibilidad de sus ideas y el rechazo a las ajenas. Pero ahora no debatimos eso, debatimos nuestra existencia.

Pensar de forma distinta no obliga a no estar alineados con la mayoría, aunque el fuero interno diga que a los métodos o la hoja de ruta consensuados les falte algo, que carezcan de algo. La mayor lealtad con el toreo implica, en estos tiempos, alinearse aún pensado de forma distinta. Porque jamás estar unidos va a eliminar la libertad de pensar y expresarse. Pero expresarse desde el frentismo es cavar de nuevo más trincheras, dar al enemigo común esa sensación de que el toreo jamás estará unido y que, por tanto, no es necesario tenerles en cuenta. Que somos esa anarquía que jamás irá a compás de nada.

Si exigimos que no haya censura, no podemos caer en el error de airear que mi idea es superior a la del otro. Porque es otra forma de caer en la censura. No estar de acuerdo es algo lógico, airear las desavenencias es crear bandos partidarios de una idea y de la que no comparto. Frente al enemigo que nos censura, los debates, a puerta cerrada. Al enemigo ni agua. Y los trapos sucios, ahora, se lavan en casa.

Publicado en Mundotoro.

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