Yolanda Díaz contra los toreros, un espectáculo que no tiene un pase.

Pancarta mostrada por los toreros en los incidentes de Toledo. Ismael Herrero Efe.

Por Antonio Lorca.

No ha sido posible conocer la opinión del Ministerio de Trabajo sobre el conflicto con los toreros. Hace diez días, este blog solicitó a su departamento de comunicación una valoración, y, si fuera posible, una entrevista con la ministra Yolanda Díaz para aclarar la situación, pero no ha habido respuesta. Así las cosas, la única información es la que figura en las cartas denegatorias que han recibido los toreros solicitantes, en las que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) afirma que “el colectivo al que usted pertenece no se encuentra incluido en el ámbito de la aplicación de la norma”, y añade que “el acceso extraordinario a la prestación se circunscribe a los artistas en espectáculos públicos”.

Es decir, Trabajo no considera artistas a los toreros, como sí recoge el real decreto ley 1435/1985 en su artículo 1, apartados 2 y 3; y para ello se acoge a que el real decreto ley 17/2020, que incluye medidas de apoyo a los artistas del sector cultural para hacer frente a la pandemia, no cita expresamente a los taurinos como colectivo afectado.

Sin embargo, el ministro de Cultura reconoció en sede parlamentaria que los toreros pueden acogerse a estas ayudas, y los animó en reuniones con ellos a recurrir las solicitudes denegadas. (Curiosa actitud: con amigos como Rodríguez Uribes, no hacen falta enemigos. ¿No sería más lógico que sea él quien trate de subsanar el error de otro miembro del mismo Gobierno? Su consejo a los toreros es la versión postmoderna del lavado de manos de Pilatos).

Un pequeño galimatías que viene de perlas a Trabajo para negar las ayudas por una simple razón ideológica: no ayudo a los toreros porque no me gustan los toros.

¿Cuántos son los taurinos afectados? Otro pequeño enredo inicial.

Según la estadística del Ministerio de Cultura, los profesionales taurinos inscritos en 2019 son 9.993, cifra que no responde en modo alguno a la realidad, pues en una temporada normal no participan en los festejos más allá de 700 personas, entre matadores, novilleros, picadores, banderilleros y mozos de espada.

De estos, unos 200 superaron en 2019 los días de cotización necesarios para cobrar la prestación por desempleo, al igual que el resto de los trabajadores de este país.

El grupo restante (algo más de 400 personas) solo puede solicitar las ayudas previstas por la pandemia si ha cotizado, al menos, 20 días. Así lo establece el real decreto ley 17/2020: de 20 hasta 54 días de actividad da derecho a 120 días de prestación, y de 55 en adelante, hasta 180 días de ayudas.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados. Javi Martínez Pool Europa Press

De las 200 solicitudes presentadas, únicamente se han aprobado 10, y la razón de que muchos matadores y subalternos no hayan utilizado este mecanismo es porque han encontrado un trabajo alternativo o perciben algún tipo de ayuda familiar, incompatibles ambos supuestos con lo previsto en el real decreto.

Ante la actitud discriminatoria del SEPE, la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros de España (UNPBE) solicitó una reunión con el director general de este organismo, que le fue concedida y cancelada a los pocos días. “Nos dijeron que no había motivo para el encuentro porque tenían clarísimo que los toreros están fuera de las ayudas”, asegura Antonio José Martínez, asesor jurídico del sindicato de los subalternos.

Martínez confirma que se han presentado reclamaciones administrativas en distintas provincias, “pero el procedimiento es largo, lo que agrava la situación de las familias”, y también una querella penal por presunto delito de prevaricación contra el director del SEPE en Sevilla, de la que aún no tienen noticia. “Lo más hiriente -prosigue- es que el presupuesto que habría que dedicar al mundo del toro por este concepto es anecdótico para las partidas económicas del ministerio”.

La solución podría estar en una nueva redacción del decreto de ayudas a los ‘artistas’ del sector cultural

Mientras tanto, un amplio número de toreros afectados decidieron concentrarse el pasado día 21 en el Paseo de la Castellana, 68, a las puertas del Ministerio de Trabajo, y allí estuvieron tres jornadas. Ante la ignorancia de los políticos, una veintena de toreros viajaron a Toledo, donde la ministra asistía a un acto y le montaron un escrache de padre y muy señor mío, que incluyó gritos, pitidos, insultos y zarandeos del coche oficial.

Corrió, entonces, por las redes sociales una frase pronunciada por la ministra en 2013 en una entrevista en RNE que pretendía justificar la acción de los toreros. “Los escraches -había dicho Yolanda Díaz- son la única arma que tienen los que sufren la crisis para defenderse”.

Pero eran unas palabras sacadas de contexto. La ministra había añadido que “el límite en el ilícito penal está en la aplicación de la violencia”; y terminaba: “Defenderé los escraches siempre que sean pacíficos”.

No lo fue el de Toledo, lo que permite calificarlo como sencillamente intolerable.

El asunto se politizó, y dio paso a la manipulación, el oportunismo, la mentira y la descalificación más bochornosa. Brotaron muestras de encendido apoyo a la ministra y escarnio para los manifestantes. Podemos y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, los calificó de ultraderecha; Alda Colau los tildó de cobardes y privilegiados, y hasta el propio PSOE mostró su rechazo “ante los violentos ataques” sin referencia alguna a la situación de los ‘obreros’.

Nadie se acordó de que los alborotadores eran trabajadores desesperados.

Ningún político se atrevió a reconocer otra realidad incuestionable: la actitud del Ministerio de Trabajo es injusta y sencillamente intolerable.

Y es la ministra la que ha provocado esta situación, que se podía haber evitado con el simple cumplimiento de la legalidad vigente. Un espectáculo, en fin, que no tiene un pase, como ponerle la muleta a los toros de Guisando, que decía el maestro Dámaso González.

Los protagonistas del escrache toledano se equivocaron en las formas, pero no son más que trabajadores que piden lo que les corresponde, y que ven pisoteados sus derechos por tener una profesión que no gusta a la ministra. Y eso es gravísimo.

La solución final podría estar en las manos del ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, quien ha asegurado recientemente que hará una enmienda para corregir lagunas relacionadas con las ayudas a los toreros.

Según explica el asesor jurídico de UNPBE, “el compromiso del ministro es mejorar la redacción del real decreto ley 17/2020 a fin de que recoja una mención expresa a los taurinos cuando sea sometido a su aprobación en septiembre en el Congreso de los Diputados; de hecho, así figuraba en el texto que llevó al Consejo de Ministros, y Trabajo consiguió que se modificara”.

Y una guinda final: Yolanda Díaz respondió a los mensajes de apoyo de sus compañeros de partido y Gobierno con otro que decía: “Agradezco las muestras de cariño recibidas, la violencia nunca es el camino”.

Algunos toreros le replicaron con sabias palabras: “La violencia se puede ejercer de muchas formas; hacer pasar necesidad a una familia por ideología también es violencia”.

Publicado en El País

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