Cuarta corrida de la «nueva normalidad» de Enrique Ponce, que en menos de una semana se ha colocado en líder del escalafón “post-Covid”. Cuatro actuaciones en los cuatro días de agosto: Osuna, Navas de San Juan, Huelva y, hoy, Plasencia, donde se anunció en mano a mano con Emilio de Justo, uno de los toreros clásicos más ilusionantes.– De SOL y SOMBRA.
De Justo triunfa en el ‘encontronazo’ con Ponce Por Gonzalo I. Bienvenida.
Plasencia levantó el telón de la temporada en Extremadura. La comunidad autónoma que más ha querido apoyar la fiesta permitiendo la venta del 75% de las entradas que completan el aforo de cada plaza. Los tendidos presentaron una imagen cuajada. Lógicamente, al priorizar el porcentaje a la distancia interpersonal por la normativa aplicada en Extremadura, las aglomeraciones en las localidades fueron inevitables. Llenazo. En la puerta se midió la temperatura de los espectadores, se exigió higiene con hidrogeles así como el uso de la mascarilla. Sin embargo, algunos espectadores -afortunadamente pocos- cometieron la irresponsabilidad de quitársela o utilizarla de barbiquejo.
Enrique Ponce, como gran figura de este 2020, se encontraba con Emilio de Justo uno de los alicientes de esta temporada tras dos años llamando a la puerta de la cumbre del toreo. Un encontronazo de toreros con corte clásico, con trayectorias muy distintas pero que reúnen en este momento la atención de la afición.
Emilio de Justo fue dueño y señor de la tarde. Es cierto que tuvo un lote con mayores posibilidades que Enrique Ponce. De Justo es el orgullo de Cáceres, su mejor embajador, su última aportación al toreo después de años confiando en él. Una oreja cortó al segundo de la noche, un toro de El Torero que tuvo una calidad algo carente de humillación. De Justo supo encelarlo en sus trastos, desde el buen saludo capotero. La faena transcurrió con su buen oficio, tratando de encajarse en cada embestida para llevarla larga. Hubo varios pases de pecho extraordinarios que midieron las tandas medidas.
Otro trofeo logró del cuarto, un toro con mayor motor aunque con el idéntico defecto de la falta de humillación hasta el final. Quiso atemperar la embestida con el lacio capote pero el resultado fue un poco embarullado. En el quite por chicuelinas con el compás abierto, demostró su actitud. El inicio de la faena, genuflexo obligó al toro por abajo, especialmente por el pitón derecho por donde ligó varios doblones seguidos en un inicio muy jaleado. La movilidad el toro de El Torero vino acompañada por su viva orientación por el pitón izquierdo. La faena se fundamentó sobre la derecha, con tandas de mucha emoción aunque con la ligereza provocada por la fuerte embestida. Toro importante que mostró el buen momento de un comprometido De Justo. Tras un pinchazo se fue tras la espada con toda su verdad a cuestas para cobrar una gran estocada.
El quite al sexto de la noche tuvo el mismo arrebato que toda su actuación. Quizá con el triunfo ya en el esportón era el momento de buscar el sosiego. La media fue cumbre. En los albores de la faena el toro se coló con peligro, no mermó a la actitud de De Justo que se puso con la mano derecha dando el pecho y echando los vuelos por delante. El extremeño logró una tanda notable y tragó otro feo del toro. Continuó con la misma determinación al natural y entonces llegó el asentamiento que pudo faltar en otros momentos de la tarde. Cuidó la colocación, dio sus tiempos al toro, y comprendió las arrítmicas aunque humilladas embestidas del bravo sexto. Transmitió mucho la faena que fue concluida con naturales sobre la mano derecha, espantarrado, con la pierna de salida por delante, pasándoselo muy cerca. Coronó con una estocada su importante actuación (dos orejas).
Enrique Ponce con la espada emborronó lo realizado hasta escuchar un aviso en el quinto (saludos). No tuvo opciones con los dos primeros toros de su lote, un primero desfondado (silencio) y sin humillación ni acometividad del otro (saludos).
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