“Si tuvieran que torear (las figuras) hierros cómo el nuestro obligatoriamente, indudablemente se hubieran retirado mucho antes”: José Luis Algora (Partido de Resina)

Por Jaime.

El mayor tesoro de la tauromaquia se cría en las dehesas españolas, joya genéticas creadas a lo largo de mucho tiempo y que debemos preservar. Una de ellas, sin duda la más bella, es Partido de Resina, los antiguos Pablo Romero, que sobrevivieron de la mano de unos aficionados que la adquirieron y la están poniendo de nuevo a funcionar. Con José Luis Algora, representante del hierro, hablamos de esta joya ganadera, de sus peculiaridades y de cómo evitar que estos tesoros se nos vayan yendo. Además, hacemos una radiografía de la Fiesta de la mano de este veterinario (tratamos el tema) que es, sobre todo, aficionado.

¿Cómo está llevando lo que estamos pasando con el COVID?

Mal, se lleva mal, cuando no se puede lidiar nada, nada, nada, se lleva mal. Para nosotros ha sido un año en blanco y que hará que el año que viene acumulemos dos camadas de corridas de toros.

¿Ha tenido que mandar mucho al matadero?

No, de momento no. Tenía pocos toros cinqueños y los dos que tenía ya los he vendido para el año que viene para la calle. Tampoco tenía muchas corridas, cuatro, y las he dejado. No tenía quince cómo otros pero el año que viene juntaré ocho corridas.

¿La calle ya le ha comprado toros?

Sí, han madrugado. Son previsores y, antes de que se lo quiten, los han comprado ya.

¿Han encontrado en la calle una vía de escape económico muy grande las ganaderías?

Sin duda. La calle ahora mismo es fundamental para todas las ganaderías puesto que hay muchos toros que no se han lidiado o quedaron de sobreros que ahí encuentran una vía de escape que, además, es muy bien pagada.

¿Son más sensibles con hierros cómo el suyo?

Es otro público y ese público busca este tipo de hierros, no los que buscan los toreros. Ahí tenemos nosotros más preferencia que las ganaderías más comerciales.

Tener un hierro legendario y tan guapo, ayuda.

Por supuesto, en el festejo popular seremos de las ganaderías a las que más miran ellos.

¿No cree que esa sensibilidad es necesaria en el toreo a pie para no perder hierros cómo el suyo?

Sí, pero los toreros son libres de elegir y ellos son los que mandan, buscan las ganaderías que a ellos más les gustas, dónde ven que pueden tener más probabilidad de éxito y sin tantas complicaciones. Eso a costa de que el aficionado se queda sin verlos con ganaderías cómo la nuestra.

¿No habría que cambiarlo para no perder tesoros genéticos cómo el suyo?

Sí, ¿quién lo cambia?

Ésa era mi siguiente pregunta.

Los que más fuerza tienen son los aficionados pero, por desgracia, las plazas se llenan de público, cuando se llenan, o medio se llenan. Dentro de ese público son contados los aficionados y el público va a los nombres y las figuras, no miran a las ganaderías. No van a la corrida de Miura, Cuadri o Partido de Resina, van a la de Juli, Morante o a la de Pablo Aguado y no se fijan en la ganadería. Sacan su entrada, les ven cortar orejas, se aburren un poco pero al darles las orejas, tan contentos.

Al día siguiente hay una corrida espectacular de los nuestros con tres toreros poderosos y no va nadie. Si esa corrida estuviera llena, las figuras se apuntarían. No va nadie, ésa es la pena.

Ellos han buscado cerrar el círculo.

Si hubiera suficientes aficionados cómo para llenar las de las nuestras las figuras mirarían más a pasar por ellas al ver que las suyas no llenan siempre. Si ellos siguen llenando, o medio llenando, dicen que para qué van a matar las nuestras si con las suyas, repitiendo siempre lo mismo, son los que más llenan.

Y luego se van toreros con 20 años de alternativa y parece una tragedia.

Claro, tragedia es la situación que tenemos ahora. Lo que falta es dar chispa, sabor, rivalidad, medirse y dar espectáculo. Al final el cartel tiene que tener un atractivo para mover a la gente del asiento y no ver día tras día, año tras año, lo mismo. Antes una figura llenaba sola la plaza y ahora se juntan tres para llenar media plaza.

¿Por qué hemos perdido al aficionado?

El aficionado va a la plaza y paga una entrada, que suele ser cara, y no se emociona. Va año tras año pero falta un animal indomable frente a un tío que se la juega y que consigue domeñar a la fiera, eso es la esencia del toreo. Cuando falta eso la gente no tiene una provocación para ir a los toros y gastarse dinero.

Eso ayuda a perder ganaderías.

Guardiola, María Luisa, Atanasio, los patas blancas, Escobar, los Gracilianos, los Coquillas de Fabrés… muchas ganaderías y encastes que, al ver que no tenían salida los toros, las han quitado. El 90% de lo que se lidia es del mismo encaste.

¿Por qué apostaron por comprar Pablo Romero?

La primera razón es que la vendían. Se nos cruzó la venta y nos pareció un toro con unas posibilidades tremendas y que cómo aficionados nos gustaba mucho.

Sabiendo que iba a costar económicamente sacar rendimiento.

Por supuesto. En cualquier ganadería que te metas, si vas cómo negocio, mejor compra un piso y alquílalo. Sólo con el coste de la finca, personal y ganado sabes que no puedes entrar cómo inversión y tienes que tener claro que vas a poner dinero, si consigues empatar, te das por satisfecho y si ganas, tiras cohetes.

Nadie está para empatar en la Fiesta. ¿Por qué no viene, por ejemplo, El Juli a torear a un pueblo por amor al arte?

Eso está claro. Siempre ha sido así. Los ganaderos a priori hacen esa apuesta y hay algunos, muy pocos, que consiguen rentabilizar. En España habrá 400 ganaderías y habrá 10-15 máximo que rentabilicen, los demás empatan o pierden. Es un hobby, capricho, llámalo cómo quieras. Unos lo gastan en un barco, por ejemplo, y a otros nos gusta el campo y lo invertimos aquí.

¿Qué tiene de particular el toro de Partido de Resina?

Tiene muchas cosas, desde la genética hasta la morfología, que es muy determinada. El pelaje, la encornadura, los morrillos, los pechos, lo fuerte que son, es un toro muy bello y muy serio en la plaza, con mucha casta. Tiene sus teclas que tocar, sus problemas, y tiene transmisión, que es lo más importante.

¿Por qué se sumió en un bache antes de la venta?

Se juntó por un lado el cambio que hubo en el toreo, se pasó en esa época por parte de los toreros a imponer sus corridas, sus veedores, elegir en el campo y elegir otro tipo de ganaderías. Hasta ese momento las figuras del toreo mataban todo tipo de corridas, hasta Curro y Paula mataron en Málaga Pablo Romero. Ese cambio que hubo le afectó.

Tuvo problemas de patologías, de fuerza y todo eso, con este cambio tan radical en la tauromaquia, la sumió en un bache profundo.

¿Cómo recuperar su fuerza?

Con selección, cambiando alimentación, estudiando la patología, estudiando la consanguinidad genéticamente. Nos llevaron estos temas muchísimo trabajo pero, gracias a Dios, se han superado. 

En este proceso de recuperación Madrid ha sido dónde más han lidiado, ¿no es demasiado compromiso?

Sí, es el mayor compromiso de la temporada lidiar en la primera plaza del mundo. Esta ganadería, gracias a Dios, es la que más ha lidiado en la historia de Las Ventas y la más premiada gozando del predicamento del público de Madrid y, cuando hemos tenido corridas, las empresas nos la han comprado. ¿Dónde mejor para ver lo que estás avanzando?

A lo mejor en una plaza de menos responsabilidad en este proceso de recuperación.

Hemos lidiado en plazas de menor categoría pero la corrida de Madrid la llevamos a Madrid.

¿Y Francia?

También hemos ido mucho a Nimes, Arles, Dax, Ceret… llevamos 22 años cómo Partido de Resina y tenemos allí mucho público al que le gusta nuestro hierro.

¿Es más sensible para el torismo que España, quitando Madrid?

Ha cambiado también. No tanto cómo España pero también se han inclinado mucho por el nombre de los toreros más que por las ganaderías. Todavía hay plazas cómo Vic, Arles, Dax, Ceret o Mont de Marsan que siguen teniendo tirón los hierros. No cómo cuando lo conocí hace 30 años que con anunciar nuestro hierro la gente ponía el foco sin mirar los toreros pero ahora miran casi más los toreros que las ganaderías.

¿No cree que, por cuestión de tiempo, es malo para la fiesta que manden los toreros por encima de las ganaderías que deben durar más? Bueno, hay de todo.

Claro, ponerse a torear tiene mucho mérito pero si tuvieran que torear (las figuras) hierros cómo el nuestro obligatoriamente, indudablemente se hubieran retirado mucho antes. Ellos tienen sus ganaderías predilectas y pueden aguantar ahí mucho tiempo delante del toro. Esto está haciendo, entre empresarios y toreros, que esto quede cada vez más descafeinado, involuntariamente porque nadie quiere que se vacíen las plazas, pero se están vaciando. Si no hacen esfuerzos la gente se aburre y no va, no vamos, porque si yo he visto el mismo cartel veinte veces en toreros y ganaderías no me motiva coger el coche para ver la misma película que he visto veinte veces. Esto hace, salvo casos muy concretos, que las plazas estén a la mitad.

Dice que involuntariamente y yo dudo. En los festejos de La Reconstrucción torean los mismos con las mismas, parece que les interesa.

Es lo que pasa. Se está haciendo lo de la reconstrucción pero no es nada que atraiga, es más de lo mismo, no tiene especial interés con la única diferencia de 4 en vez de 6 toros. Mira Sanlúcar, se apuntó Daniel Luque y la gente prestó atención, además cortó cuatro orejas. Las figuras no quieren, poco se puede hacer, pero las empresas deben pelear por cosas distintas para atraer porque con lo de siempre, no va nadie.

¿En qué punto del toro buscado se encuentran?

En el punto medio. A uno le encantaría ir a Madrid y que los seis embistieran de lujo, lo difícil es la media. En la última que lidiamos en Madrid hubo tres toros buenos y tres regulares, el ganadero siempre busca. La corrida de seis toros de bandera a lo mejor te toca una vez en la vida, nada más.

¿Qué importancia tiene para ustedes el tercio de varas?

Es un tercio fundamental en el que el toro le va a indicar al torero muchas cosas cómo: la prontitud, el galope, la forma de embestir, cómo entra al peto, cómo recarga la bravura, si huye o no… regula al toro para la muleta. Para el espectador es bella la suerte cuando se hace bien, cosa que pasa pocas veces, y para el torero sirve para ver casi todo lo que va a ser el toro.

¿Por qué la hacemos tan fea?

(Risas). Habría que preguntárselo a ellos y saber por qué no se paran a que deje de ser un trámite y pase a ser hecha con rigor, con orden y siguiendo el ritual que Dios manda. Si el toro está cogido con alfileres antes del peto el matador quiere que sea un trámite, hacerle cómo que entra dos veces cuando es obligatorio. Lo hacen un trámite para sacarle al toro lo poco que tiene en la muleta, eso hace la suerte de varas cómo una anécdota. Hay que buscar el toro con poder, encastado y hacer una suerte bonita en la colocación y en la ejecución. Cuando se hace bien vemos plazas de pie aplaudiendo a toro, picador y torero porque han disfrutado. Se debería ver más, cosa que no pasa.

El problema está, cuando se tienen toros que se emplean en varas cómo el suyo o que les castigan, en que llegan desfondados a la muleta.

Claro, todo se basa ahora en la muleta. La faena de capote y el caballo quedan cómo un trámite, es una pena. Todos los tercios deberían ser hechos con la mayor belleza posible, no pasa muchas veces.

¿Cómo ve la moda del indulto?

Bueno, pues mal, tenía que ser el premio del indulto por algo muy sublime, no algo corriente. Ahora que cualquier toro bueno o medio bueno que embista se le va a indultar, nos encontraremos ganaderías con treinta sementales y eso no es bueno. Creo que hay que dar el premio de la vuelta al ruedo, premio que no se da siempre y se deberían dar cómo premio simbólico. El indulto debería quedar para algo muy, muy excepcional.

En su ganadería el problema principal es la consanguinidad, ¿cómo evitarlo?

Haciendo mucho estudio genético, abriendo las líneas, buscando hacer los lotes confrontando las vacas con un semental buscando que el parentesco sea lo más lejano posible. Ya lo tenemos bastante resuelto.

¿Refrescar fuera es imposible?

Refrescar no se puede, cruzar sí. Para refrescar no hay, no hay del mismo encaste, y de encaste próximo es Miura. Con lo demás sería cruzar, y si lo haces tienes un cruce y no un encaste, queremos mantener lo puro, si no, ¿para qué?

Por curiosidad, ¿sería inviable el cruce con Miura con esa raíz común?

Con el paso de los años se parecen poco. En Arles pusieron nuestro toro con uno cárdeno de Miura que era redondito, más rematado, no agalgado y parecían primos. En general, con tantos años de separación, morfológicamente son muy distintos y si echara un toro de Miura no saldría nada acorde con el toro de Pablo Romero. Tenemos que buscar dentro porque cruzar no tendría sentido.

Muchos de sus compañeros se quejan de su cuerpo profesional, los veterinarios. Se quejaban de que ellos decidan si un toro tiene trapío cómo no ocurre en Francia.

En Francia las comisiones o el empresario deciden y el veterinario reconoce que el toro está bien físicamente y los papeles y canales. Es el modelo francés y les ha ido bien. En Francia están muy encima las comisiones y las peñas y controlan muy bien el trapío de sus plazas. En España hay veinte veces más festejos con días de muchos toros. 

Es habiendo veterinarios y ves cosas horrorosas… Es cómo si en Francia la autopista está a 120 y nadie pasa de 120, allí funcionan, pero en España sin guardias civiles iríamos todos a 180. Con veterinarios presentes van muchos a 200 por hora, si no hubiera veterinarios se haría mucho descontrol. Si fuéramos serios los empresarios, toreros y los ganaderos, y hubiera rigor… todos sabemos el toro de Valencia o Huelva.

Yo no puedo como ganadero con el torero de turno llevar a Huelva una corrida que es de Alpedrete, cada plaza tiene su trapío y hay que lidiar todos los toros pero cada uno en su plaza. Si fuésemos serios no haría falta el papel arbitral o de juez de los veterinarios y se limitarían a que no hay enfermedad, nube en el ojo, cojera, certificar sólo que está en plenitud de condiciones. El problema es que el único serio aquí es el toro y lo matan. Entiendo que sigan para conservar unos mínimos.

¿No debería ser eso potestad del presidente?

Lo está. Yo he estado en plazas dónde el equipo veterinario ha rechazado un toro y el presidente ha dicho que para adelante, y se ha lidiado. El Reglamento da la potestad al presidente. Los veterinarios son acusados de cosas que son del presidente y si se vieran las actas de los veterinarios veríamos que muchas veces el presidente, por las presiones que hay en los corrales, echa toros no aprobados.

El veterinario es un asesor del presidente que da su consejo en morfología, trapío, peso, nubes, cojeras… ellos dan su informe cómo asesores pero el presidente decide.

Si el presidente decide hay un coste prescindible con los veterinarios.

En eso sí puedo estar de acuerdo pese a que no he hecho plazas de toros cómo veterinarios. Hay veterinarios buenos y malos cómo en todas las profesiones y hay algunos de gran afición que se preocupan y entienden y otros que van por mero ofrecimiento. Hay veterinarios de gran afición que ven al toro nada más salir, luego hay otros que no.

Sé que en una novillada tres veterinarios son un exceso de gasto. Los Colegios, cómo cada uno en el toro, ponen su cuota cómo los banderilleros cobrando la televisión. Los Colegios han puesto el precio y el número pero a lo mejor, en festejos menores, podrían reducirse. Un compañero me dijo que en Andalucía habían rebajado a dos veterinarios y no veas qué número de papeles para hacer para las canales, para la Delegación del Gobierno… Con dos se ven negros. Para el reconocimiento creo que un veterinario de reconocida capacidad y afición, basta para asesorar a un presidente y entre los dos decidir si la novillada, picada o sin picar, es apta o no.

Usted reconoce esto, siendo del cuerpo, pero nadie cede, empezando por las cuadrillas.

Así estamos, ni cede la Seguridad Social, ni ceden las comunidades en el dineral de permisos, documentos y cánones… luego llegas y piensas que por qué tiene que ser un cuerpo el primero y no los otros. Esto necesita sentarse seriamente con las comunidades, la administración porque si no es inviable. Las novilladas van a desaparecer por sus costes y lo más económico es el ganado, sea de la ganadería que sea, no se paga ni en plazas de primera lo que valen las novilladas. Al ganadero no se le puede exigir más.

No sé si hay que quitar personal, puede que sí, pero hay que evitar pagar 8000 euros de Seguridad Social sólo de los actuantes, no puede ser que los novilleros no reciban ni un euro de la tv y sí las cuadrillas. Se puede reducir el personal, estoy de acuerdo, porque se trata de que los ayuntamientos, que tienen menos dinero, den novilladas y ahora es muy difícil con estos precios. Sin novilladas no hay futuro, torea el que tiene dinero pero gente válida, sin dinero, se queda atrás.

Vamos terminando, ¿reciben ayuda de la Junta de Andalucía?

Cero, la única ayuda que tenemos anualmente es la de la PAC que son ayudas que van a la vaca. De la comunidad autónoma no ha habido, hasta ahora, ninguna. Sólo Madrid que va a salvar algunas ganaderías con las ayudas que ha dicho la presidenta.

¿Cómo ve el 2021?

Muy malo, este año nos ha quedado todo y yo veo que hasta julio no cogeremos un poco ritmo, con lo que acabaremos el año con la mitad de la mitad de los festejos de un año normal y con las ganaderías llenas de toros.

Y los que lidien, a precio de matadero.

Cómo pasa en todo, cuando hay exceso de oferta la demanda… Está pasando con las corridas que se están lidiando y será “marica el último”. Si uno la pone a 8, otro la va a poner a 5 porque es más que los 3 del matadero. Lo vivimos en 2008 y va a pasar más todavía.

Publicado en Patrimonio Taurino

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