Opinión: El enemigo no es el toro; son tus compañeros.

Por Genaro Suárez.

El pasado año 2020, el maestro sevillano Paco Camino, “El Niño Sabio de Camas”, cumplió 80 años de vida y 60 de haber tomado la alternativa. Es considerado uno de los toreros más importantes de la historia y en una entrevista que concedió a la radio en España, explicó uno de los problemas que desde hace mucho tiempo, agravia la situación de la tauromaquia: la ausencia de rivalidad.

Se podría decir así, ausencia de rivalidad ó falta de competencia, pero también se podría traducir en conformismo, miedo al éxito, temor al fracaso, ó simplemente, exceso de compañerismo. Nadie dice que los toreros no puedan ser amigos, el problema está cuando lo llevan hasta el ruedo, que es en donde debería ocurrir todo lo contrario. No se trata de soberbia ni arrogancia, se trata simplemente de querer ser el mejor.

Tanto en México como en España, así como entre estos dos países, se recuerdan grandes rivalidades de antaño que le han dado vida e inyectado pasión a la fiesta, que dividían aficionados y generaban debate, pero más importante, y al mismo tiempo de lo anterior, que llenaban las plazas.

Actualmente, las llamadas promesas y figuras del toreo, huyen de este compromiso y se refugian en su conformismo porque hoy en día lo mejor es no meterse en problemas. Acusan que “la competencia es conmigo mismo” ó “yo respeto mucho a mis compañeros”, pero esto no puede ni debe ser así. La lista del escalafón está numerada y hay que querer ser el número uno, y para eso se necesita ser, o por lo menos querer ser mejor que los demás. Por más que te superes a ti mismo, si no eres mejor que el otro, no vas a llegar a la cima, y en un mundo como el del toro, si no estás arriba, por lo menos durante algún determinado tiempo, nadie se va a acordar de ti.

Este es un problema que se vive desde hace varios años y que cada vez se manifiesta más. No vemos quites y mucho menos réplicas a los mismos. Hace muchos años que no tenemos un mano a mano que haga honor al apelativo del cartel (mano a mano). Se nos esta privando de ser testigos del duelo entre los que quizá sean los mejores rejoneadores de la historia. 

En México, hace más de 30 años que no tenemos una figura del toreo. Los toreros, y sobre todo los novilleros actuales, parecen más preocupados por ser amigos entre todos ellos que en sobresalir de los demás. En España el sevillano Pablo Aguado, que es quien podría dar la cara, no se la quiere ver con el peruano Roca Rey. Y el peruano, el torero del momento, no tocó un traje de luces en el pasado año, uno de los más difíciles que ha tenido la tauromaquia.

Esta es una de las cuestiones que tienen a la fiesta en el lugar en el que se encuentra hoy día. Siempre y en todos lados, se pueden tener amistades, menos en el ruedo y a la hora en la que rompe el paseíllo, porque en ese lugar y en ese momento, están a tu lado otros dos hombres vestidos de luces que quieren ser mejor que tú. Así que como dijo el maestro Paco Camino: en tauromaquia, el enemigo no es el toro, son tus compañeros.

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