La Fiesta esta Viva: El Aguante.

Por Rafael Cué.

Cualidad indispensable en el toreo, es el aguante, el poder mantener el cuerpo firme, inmóvil, convencido y entregado cuando el toro duda y se lo piensa, cuando dubitativo se frena y pareciera pensar si embiste a la muleta o al cuerpo del torero. El aguante es una herramienta que desgasta emocionalmente, cansa al cuerpo, pero fortalece el alma; es el verdadero valor, que muchas veces se confunde con arrojo en el ruedo.

Llevamos casi 10 meses teniendo que aguantar. Primero la incertidumbre de la pandemia, el irresponsable manejo de información especulativa por parte del gobierno y algunos medios, porque del caos en redes sociales mejor ni hablar. Una vez que nos “acostumbramos” a lidiar con la pandemia, hemos tenido que ajustar muchas cosas, comenzando por la mente y el corazón. Angustia y sufrimiento, para muy poco goce y alegrías. El aguante ante la incertidumbre se ha tenido que convertir en el aguante ante lo que sabemos y conocemos ya, el enorme peligro de este virus y la incapacidad e irresponsabilidad de quienes deberían guiar y actuar como verdaderos líderes en tiempos de crisis.

Estamos teniendo que aguantar también los embates de la estupidez, el reflejo de una sociedad cuyos valores se han disuelto en el oportunismo, la falta de respeto a las minorías y en nulo sentido común que se manifiesta en muchos políticos —no en todos—; voy a referirme en especial a la alcaldesa de la hermosa ciudad de Puebla, Claudia Rivera Vivanco. La capital poblana es patrimonio mexicano de cultura, artesanía, gastronomía, historia, ecología y tauromaquia. Esta mujer pretende atropellar el derecho al acceso a la cultura, manifestado en nuestra Constitución para todos los mexicanos. No es taurina, es un defecto que podemos tolerar, siempre y cuando respete esta tradición, su peso cultural y su valor económico. No vamos a tolerar que su incultura, su prepotencia y su falta absoluta de sentido común, tengan éxito. Quiere usted, señora alcaldesa, eliminar fuentes de trabajo, privar del acceso a la cultura a los poblanos, atentar ecológicamente en contra del campo bravo mexicano, y lo que es más indignante, pretende imponer su criterio, que déjeme le comento, es vergonzoso, es ciego y atenta contra el derecho de las minorías. ¿Qué sigue? ¿Eliminar las lenguas indígenas porque no las habla? ¿Desaparecer la gastronomía poblana porque en pos de su estúpida “modernidad” pretende imponer un estilo de vida anglosajón de comida rápida para mostrarse como una alcaldesa de vanguardia?

Con respeto le digo que utilice el sentido común para gobernar, basándose en la enorme fuerza de nuestras tradiciones y la cultura de este hermoso país. Busque el bien común de todos. En estos tiempos terribles de pandemia, priorice la salud y el bienestar, además de la economía. Sus gustos personales son eso nada más, personales. No se meta con la cultura si no es culta, no se meta con la Historia si no la conoce, no se meta con la tauromaquia si no le gusta.

Cambio de tercio, porque en estos tiempos hay que buscar la luz entre tanta oscuridad. Los taurinos estamos demostrando aguante, la inactividad en plazas de toros es asfixiante. No podemos vivir nuestra pasión. Estamos sufriendo en silencio con la esperanza de que pronto podamos volver a la normalidad, que ya no será como antes, y no me refiero al uso del tapabocas ni la sana distancia, me refiero a que espero volvamos a anteponer los valores del respeto en la convivencia nacional, no sólo taurina; que el respeto sea la base en la familia, el trabajo y la sociedad; que el gobierno trabaje con sentido común en busca del bien de todos. Si regresamos así, el disfrute en las plazas de toros podrá tener la pasión y valoración que se estaban perdiendo.

Publicado en El Financiero.

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